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domingo, 5 de enero de 2025

Qué vienen curvas (de nivel)

Varios arquitectos e historiadores de la arquitectura se han preguntado por la fealdad de la arquitectura moderna española, por las aberrantes construcciones por centenares y por las planificaciones de urbanizaciones en lugares imposibles, aun hoy, pero sobre todo en los fastos años noventa, los años grunge.

La respuesta es relativamente sencilla, y quizá la solución sea aún de recibo.

Usted es un vendedor de parcelas. Ha comprado un terreno de cierta importancia y lo divide. Las parcelas tienen que tener una medidas mínimas para que se pueda construir en ellas. Imaginemos que pueda obtener diez solares. Así lo comunica a la administración. Mas, en el momento de delimitar sobre el terreno, empieza por la primera y la última parcelas, y las concede algo menos de anchura -respetando la anchura minina legal. Luego se ocupa de la segunda y penúltima parcelas, y las delimita del mismo modo, reduciendo algo la anchura anunciada. De este modo, obtendrá no diez sino once parcelas. La onceava, más estrecha, tan estrecha que quizá no sea edificable. Pero esta parcela no existe legalmente ni en plano alguno. No informa del procedimiento al propietario del conjunto o, si usted ha adquirido el terreno, no informa a la administración. Por tanto, puede vender dicho solar y cobrarlo enteramente -sin pagar impuesto alguno. Usted solo paga impuestos y contribuciones  por la venta de diez, no de once parcelas. Lo que obtenga de la venta de esta última es neto.

La persona que haya adquirido la onceava parcela fantasma se encontrará quizá que no es edificable porque es demasiado estrecha. Pero no podrá quejarse ante la administración ni la justicia porque ha adquirido una parcela que legalmente no existe. No ha comprado nada.

Sigamos. Los solares horizontales, planos, valen más que los que están en pendiente. La construcción en un terreno inclinado obliga a  movimiento de tierras, a construir terrazas.

Usted es el vendedor. El solar o los solares que pone en venta no son planos. Los planos topográficos así lo corroboran. Están recorridos por curvas de nivel. El comprador del solar tiene ante los ojos de la evidencia de la pendiente del solar; un solar que compra sobre plano, sin verlo.

¿Y si entonces borra alguna curva del nivel? El procedimiento recibe incluso un nombre: alisamiento de curvas de nivel. A menos curvas, menos pendiente. El terreno adquiere valor.

El propietario, feliz por haber adquirido un solar tan favorable a la edificación, se encontrará en la realidad con una pendiente que le ocasionará un gasto considerable antes de poder construir el chalet de sus sueños. Mas, ¿a quién recurrir? El arquitecto municipal no ha controlado el procedimiento y posiblemente no conozca el solar. 

¿Y si el solar es una hondonada dónde es imposible construir? Todo tiene remedio. Nivele con tierra y cascotes. No es necesario compactarla. Puede así ahorrar varias cubas de tierra. Venda, al precio correspondiente, el terreno como si fuera plano. Si el comprador no puede construir porque la tierra no aguanta y debería hincar pilotes hasta alcanzar la roca, el problema es del propietario. El solar, en fotos, era horizontal: un terreno de primer nivel.

Y así, con esos sencillos consejos, podrá cubrirse las espaldas y los bolsillos  hasta el final de sus días. Si no hace dinero es que no quiere.


Agradecimientos a G. A. por sus sabios consejos



miércoles, 1 de enero de 2025

LARS TUNBJÖRK (1956-2015): DE LA OFICINA A CASA




















































 Personajes solitarios, vistos de espaldas, cara a la pared, caminando encorvados, o hundidos en oficinas hundidas en el desorden; o tan ordenadas que parecen lugares post-mortem.
El fotógrafo sueco LarsTunbjöck mostró que los colores vivos y claros pueden ser siniestros o deprimentes, y en su estridencia anunciar el fin. Fue un retratista de casas periféricas rodeadas de ensnitos de cerámica, y de oficinas pobladas o despobladas de trabajadores estupefactos o perdidos, sin saber qué hacer, enfrentados a tareas sin sentido. Una luz uniforme desvelada un mundo sin sombras, es decir un mundo uniforme, plano, aplanado por la tristeza, que se asume ls cabeza gacha.
Las imágenes de oficinas vacías parecen imágenes de las que se hubiera borrado cualquier rastro de vida, y solo quedarán paneles de plástico, y sillas absurdamente ubicadas, un escenario abandonado, inútil, antes de apagar la luz por última vez.
Un humor frío otorga sin embargo humanidad a escenas patéticas, en las que se percibe que la prosecución del orden impoluto y obsesivo, que parece quedar compensar el vacío físico y moral, emborrona la vida y descubre que nada está en su sitio.

Una extensa retrospectiva de su obra abre el año en los Estados Unidos:


Sobre la obra de este artista, fallecido antes de tiempo, véase la página web de su fundación: 

Feliz 2025.

martes, 24 de diciembre de 2024

CHARLIE CHAPLIN (1889-1977): EL CIRCO (FRAGMENTO , 1928)

 

 Célebre escena que se anticipa a la aún más alabada -y mucho más inquietante, aunque igual de lúcida y cruel- de Orson Welles en La dama de Shanghai

:


Para poder la filmación legalmente cliquen donde indica Ver en YouTube. La filmación ya está libre de derechos de reproducción 


Perfecta para anunciar el año que nos espera.

martes, 5 de noviembre de 2024

El arte del toreo

 Seguramente no es necesario hoy remontarnos a la etimología de las palabras. Su significado literal y metafórico, sus implicaciones, la extensión de sus aplicaciones, lo que apuntan y lo que evocan son meridianamente (signifique lo que signifique este adverbio) claros: torear y capear designan acciones en las que un ser humano y una bestia interactúan -y en algunas ocasiones parece que intercambian los papeles.

El torero azuza al toro: lo enerva, lo excita, lo atrae, para que embista en línea directa, justo para esquivarlo y desorientarlo. 

La capa actúa de señuelo. El juego consiste en poner de los nervios al toro sin que la vida nivel temple del torero se resienta. Se trata de marear el toro -cono si fuera una perdiz. Se le produce la ilusión que tiene al torero, su supuesta víctima, a un tiro de piedra; mas, aquella, en el último momento, se esfuma: ya no está donde estaba. 

El torero engaña al toro, antes de rematarlo, lo distrae, lo confunde, antes de la estocada. El toro apunta a la capa, detrás de la cual no hay nada. Debe de detenerse al momento, dar la vuelta y contraatacar, gesto que el torero espera para desorientar aún más al toro. El torero juega al despiste, un juego que si no fuera con el golpe final, se asemeja a un juego de cartas o de manos: nada por aquí, nada por allá, la bolita no está nunca donde se supone. 

Y siempre queda el burladero -el nombre lo dice todo- para escapar a la acometida del toro y sacarle la lengua. Torear, lógicamente, significa burlar, engañar, mientras que la expresión capear el temporal destaca la acción o decisión de quien se sacude con malas artes de un problema, arteramente, esconde su responsabilidad.

El torero, como el actor, el embaucador, el charlatán, el traperlista juega al gato y el ratón: el maravilloso y enervante juego de la ficción, de las apariencias, que emboban, distraen y dejan la boca abierta por la astucia, la desvergüenza, la falta de prejuicios y el encantamiento.

Hoy se anunciado que el nuevo responsable de Interior en la comunidad de Valencia, nombrado por el presidente, el fatídico día en que las aguas se han salido de madre, destaca por “su conocimiento de la idiosincrasia de los festejos taurinos y, en especial, de “bous al carrer””, según se afirma desde la Consejería de Justicia.  

¡Olé tus…!





 

sábado, 2 de noviembre de 2024

THE BEATLES: MAGICAL MYSTERY TOUR (1967)

 

 La olvidada -más que olvidable-, denostada, y sin embargo, muy británica película televisiva sobre un viaje imaginario por ciudades y campiñas británicas, marcado por el absurdo.
Hoy, posiblemente, una delicia añeja, difícilmente encontrarle, raramente proyectada, pese a contener algunas de las mejores canciones del grupo.  
Los Monty Python (amigos de Georges Harrison) no están lejos….

martes, 8 de octubre de 2024

Buen humor

 “Vivo, esforzándome constantemente en luchar, por el buen humor, contra los sufrimientos de la mala salud y otros males de la vida, firmemente persuadido que a cada vez que un hombre sonríe, y más aún cuando ríe, añade algo a este fragmento de existencia.” 

(Laurence Sterne: Vida y opiniones de Tristram Shandy, Gentleman, 1759)

lunes, 26 de agosto de 2024

ALEXANDER CALDER (1898-1976): BRANIFF AIRLINES (1972)


























 








 Braniff fue una compañía de aviación norteamericana, fundada en 1928. Quebró en 1982. La marca sigue en la hostelería.

Operaba en los Estados Unidos, aunque cubría algunos vuelos a Europa y Asia. Fue la representante del Concorde en América del Norte, atendiendo vuelos que la compañía francesa Concorde no estaba autorizada a surcar.

En 1972, el escultor Calder recibió un encargo singular: “vestir” tres aviones de la compañía, haciendo referencia a América del Sur, América del norte y a México. Calder falleció antes de concluir el tercer avión.

La relación entre artistas e industria data de los tiempos en que artes mecánicas o artesanas y artes liberales o bellas artes se separaron a finales del siglo XVIII en Occidente. Algunos artistas, en el siglo XIX, trataron de superar la fractura trabajando como artesanos de otro tiempo y elaborando objetos útiles únicos.

Artistas plásticos del siglo XX, en cambio, han atendido encargos de las artes decorativas y de la industria, asumiendo la fabricación seriada: moda, tejidos, relojería, coches, anuncios, alimentos industriales, juegos infantiles han sido diseñados o tan solo decorados excepcionalmente , con mayor o menor fortuna, por artistas cuyo trabajo ha sido plasmarse en otros soportes.

El trabajo tardío de Calder  es uno de los más singulares ejemplos de entrega de un pintor y escultor a la ornamentación industrial. 

Nada tiene que ver con los supuestos motivos “mironianos” en aviones de compañías aéreas españolas, ya que nunca fueron ejecutados ni concebidos por Miró.

Esta obra poco conocida de Calder es destacada en una exposición sobre la relación entre el pintor y poeta francés Cocteau y la industria del lujo, en los años cincuenta, presentada en la fundación Guggenheim de Venecia.