“El mundo ha envejecido ahora. Las fuerzas que entonces lo sostenían ya no lo sostienen. Las lluvias ya no son lo bastante abundantes en invierno para alimentar lo sembrado; en verano, un calor moderado ya no se da que permita que las cosechas se desarrollen, tan cierto como que la Primavera ya no brinda el placer de sus temperaturas, y el otoño, la misma abundancia de frutas en los árboles”.
(Cipriano de Cartago -a. III dC-: Cartas)
Cipriano de Cartago, uno de los mejores escritores paleocristiano, murió lapidado. Fue un fiel observador de los cambios irremediables que socavaron el Imperio Romano de Occidente.