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domingo, 16 de febrero de 2025

Gaza

 “ Preciso es reconocer que el hombre es cosa pasmosamente vana, variable y ondeante, y que es bien difícil fundamentar sobre él juicio constante y uniforme (…)

El más valeroso de los hombres y tan humano para los vencidos como Alejandro, habiéndose hecho dueño después de muchos obstáculos de la ciudad de Gaza, encontró a Betis que la defendía con un valor de que Alejandro había sentido los efectos; Betis solo, abandonado de los suyos, con las armas hechas pedazos, cubierto todo de sangre y heridas, combatía aún rodeado de macedonios que le asediaban por todas partes. Entonces Alejandro le dijo, contrariado por el gran trabajo que le había costado la victoria (pues entre otros daños había recibido dos heridas en su persona): «No alcanzarás la muerte que pretendes, Betis; preciso es que sufras toda suerte de tormentos, todos los que puedan emplearse contra un cautivo.» El héroe a quien tales palabras iban dirigidas, seguro de sí mismo y con rostro arrogante y altivo, se mantuvo sin decir palabra ante tales amenazas; entonces Alejandro, viendo su silencio altanero y obstinado, dijo: «¿Ha doblado siquiera la rodilla? ¿Se le ha oído tan sólo una voz de súplica? Yo domaré ese silencio, y si no puedo arrancarle una, palabra, haré que profiera gemidos y quejas.» Y convirtiendo su cólera en rabia, mandó que se le oradasen los talones, y le hizo así arrastrar vivo, desgarrarle y desmembrarle amarrado a la trasera de una carrera. ¿Aconteció que la fuerza del valor fuese en el monarca tan natural que por no admirarla la respetó menos? ¿o que la considerase sólo como patrimonio suyo, y que al rayar a tal altura no pudo con calma contemplarla en otro sin el despecho de la envidia? ¿o que en la impetuosidad natural de su cólera fuese incapaz de contenerse? Cierto que si esta pasión hubiera podido dominarla el monarca, es de creer que la hubiera sujetado en la toma y desolación de la ciudad de Tebas, al ver pasar a cuchillo cruelmente tantos hombres valerosos desprovistos de defensa: seis mil recibieron la muerte, en ninguno de los cuales se vio intento de huir; nadie pidió gracia ni misericordia; al contrario, todos se hicieron fuertes ante el enemigo victorioso, provocándole a que les hiciera morir de una manera honrosa. A ninguno abatieron tanto las heridas del combate, que lo intentara vengarse, al exhalar el último suspiro, y con la ceguedad de la desesperación consolar su muerte con la de algún enemigo El espectáculo de aquel dolor no encontró piedad alguna: y no bastó todo el espacio de un día para saciar la sed de venganza: esta carnicería duró hasta que fue derramada la última gota de sangre, y no se detuvo sino en las personas indefensas, viejos, mujeres y niños, para hacer de todos ellos treinta mil esclavos.“


Hoy, la carnicería no se detiene ni ante personas indefensas, viejos, mujeres y niños…. El progreso


(Michel de Montaigne: Ensayos, vol. I, cap. I)

Primera edición original francesa de 1588.

Traducción de Constantino Román, 1898


Existe una nueva edición en francés moderno - el texto original en francés del siglo XVI es ilegible- de Guy de Pernon, publicada en 2009. Muy recomendable 


viernes, 31 de enero de 2025

Mosul (Luces y sombras siete años más tarde de la devastación tras la presencia del Estado Islámico)
















Luces en la parte menos afectada por el Estado Islámico










Mansión antes y después de 2015-2017. Fotos del estado original mostradas por un ciudadano

 




































 Casco antiguo en Mosul asolado por el Estado Islsmico en el que se llevan a cabo difíciles trabajos de reconstrucción 


Fotos: Tocho, enero de 2025


Mosul fue tomada por el Estado Islámico en 2015, tras la huida del ejército iraquí. Impuso una versión extremista del extremismo súbita. 

La ciudad contaba dos millones y medio de habitantes. Permanecieron, a menudo escondidos en sus casas, trescientos mil.

Con la ayuda del ejército norteamericano, el ejército iraquí reconquistó la ciudad en 2017. A las destrucciones que el Estado Islámico causó durante sus dos años de mandato se sumaron la sistemática destrucción de la ciudad, la parte antigua sobre todo, que practicó antes de huir.

Y sin embargo, pese al miedo a la presencia aún latente del Estado Islámico en o cerca de la ciudad, el silencio y la soledad de las calles de la ciudad antigua de noche, la aún evidente destrucción, los extenuantes controles a la entrada y salida de la ciudad (y para acceder o abandonar Erbil), que pueden llegar a durar hora y media -controles que pautan cualquier trayecto por carretera en Iraq, aunque sin la intensidad en el Kurdistán y más concretamente en Mosul-, y cierto desánimo de algunos habitantes que creen que el Estado Islámico regresará, la ciudad está en mucho mejor estado que en 2019, puentes han sido reconstruidos, la basura controlada, y las luces y el comercio han regresado en la parte más moderna de la ciudad.

Acongoja pensar que salvo los niños más pequeños, todos los viandantes con los que nos cruzamos han “vivido” el terror del Estado Islámico. Nadie habla en la calle y la delgadez extrema de ciertos varones denota mínimamente lo que padecieron y lo que temen.