martes, 9 de abril de 2013

La educación en España en 2013



Sede del Ministerio de "Educación" en el Paseo de la Castellana en Madrid, abril de 2013.
¿Hace falta añadir algo más?

Pier Paolo Pasolini (1922-1975) & Paolo Brunatto (1935-2010): La forma della città (La forma de la ciudad, 1973-74)




http://www.pasolini.net/cinema_formadellacitta.htm

Documental esencial para arquitectos y urbanistas.

lunes, 8 de abril de 2013

JESS FRANCO (1930-2013): EL CASTILLO DE FU MANCHÚ (1969)


Castle of Fu Manchu por crazedigitalmovies

Y, dado el fúnebre tono de este frío lunes 8 de abril de 2013, ¿cómo hemos podido pasar por alto el reciente óbito de Jess Franco, el mejor y más prolífico cineasta español?

La mítica película El Castillo de Fu Manchú es (o está en) el Parque Güell de Barcelona.

Por una vez, la arquitectura de Gaudí no luce pastelera sino que sirve para algo (más que para solaz de turistas asoladores). Deberían proyectar la película en la entrada -y cerrar definitivamente el parque entregándolo a la maleza y las malas yerbas, lo que no costaría mucho-.

RIP, de nuevo.

TUSET STREET (1968) (FOREVER)




En día tan infausto, Tocho8, siempre atento al arte de vanguardia, así como a los mitos y su relación con las ciudades, no puede desaprovechar la ocasión de mostrar tan memorable película, de Sarita Montiel, dirigida -da igual por quien- por Jorge Grau y Luis Marquina.
RIP.

Ciudad y juego en la Grecia antigua



Una reciente exposición en el Museo de Cluny (Museo Nacional de la Edad Media), en París, dedicada a los juegos de mesa en el mundo antiguo mostraba que éstos fueron comunes en culturas como la egipcia, la mesopotámica, la griega y la roma. Comprendían un damero y fichas.
Estos juegos no eran (solo) tales, sino que formaban parte de rituales o de prácticas mágico-religiosas. El damero simbolizaba el mundo visible -un campo de batalla en el que se dirimían diferencias entre mortales e inmortales-, los peones, humanos, o señales sobrenaturales, y los dados no mostraban cifras al azar, sino que éstas respondían a lo que las potencias sobrenaturales querían comunicar acerca del destino de los humanos.

Un conocido juego de mesa griego, seguramente parecido al juego de damas actual, comprendía un tablero cubierto por una trama regular, de dos colores alternados, de cuadrados idénticos. Un espacio, bien acotado, se dividía en formas o parcelas iguales. Ninguna destacaba sobre las demás. Los peones eran también idénticos; tenían el mismo valor. Dispuestos sobre el damero de juego se movían libremente mientras no interfirieran con los movimientos de los peones semejantes. Dominaban y defendían un espacio. Actuaban conjuntamente. Formaban un equipo que avanzaba al unísono, y de acuerdo con una reglas asumidas por todos.
Este juego se llamaba polis.
Cabe preguntarse si el urbanismo de las ciudades coloniales griegas, a partir de  Hipodamo de Mileto, consistente en una trama regular e isomorfa de espacios articulados, que posteriormente se aplicaría a la estructura o trama urbana de las ciudades de la Grecia continental, y que reflejaba o que creó quizá la igualdad de los ciudadanos sometidos a una ley común -que no estaba a merced de ningún tirano-, no se inspiraría, en el origen, en los juegos de mesa. Éstos facilitaban la convivencia, el intercambio de ideas, las labores conjuntas, y la resolución pacífica, por medio de un juego, de conflictos. La democracia, inscrita en el territorio, gracias a los espacios igualmente divididos y distribuidos, y en las mentalidades, que asumieron que las decisiones se tomaban en común, empezó posiblemente siendo un juego.