miércoles, 7 de enero de 2015

Arquitectura y Edén en el mundo islámico (Colección de azulejos islámicos de los Museos Reales de Arte e Historia de Bruselas)




Paneles de azulejos de Isfahan (Iran), s. XVII



Tres azulejos con inscripciones coránicas, de una mezquita: "En el nombre de Alá, vuestro Seños quien ha creado los cielos...", Irán, ss. XIII-XIV


Azulejo con inscripción coránica, Kashan (Irán), mausoleo de Yahya en Varamina, 1261-1263


 Azulejo exagonal, Siria, s. XV



Azulejos, Siria o Turquía, mitad del s. XVI



Azulejo con uvas, Iznik (Turquía), s. XVI



Azulejo con medallón, Turquía, s. XVI


Las salas de arte islámico de los Museos Reales de Arte e Historia en Bruselas (Bélgica), inauguradas hace seis años, presentan una excelente colección de azulejos, quizá una de las mejores del mundo.

Los azulejos, en la arquitectura islámica tenían una función paradójica: hacer desaparecer la arquitectura. la arquitectura, entendida, como un espacio placentero, un lugar donde morar, sentir y pensar, requería la disposición de azulejos que, una vez dispuestos, eliminaban la razón de ser, y la existencia de la arquitectura. Recreaban un espacio ideal, en el que los muros defensivos ya no eran necesarios. Amén de controlar temperatura y humedad, proporcionando confort, los azulejos  que cubrían suelos y sobre todo muros los borraban visualmente. Los motivos vegetales, incluso las escenas más o menos naturalistas del arte de la corte persa, evocaban el Paraíso, o el cielo.
Es cierto que el jardín del Edén tenía límites, como los tenían la tierra y el cielo. En tanto que espacios organizados para la vida (eterna), estaban bien encuadrados. Formas geométricas perfectas los realzaban. Los muros del Edén, sin embargo, estaban formados por filas de plantas o de árboles flamígeros. Eran muros y no lo parecían. El jardín se disponía como un claro en el bosque, un reducto en el que asentarse en medio de espacios aún indómitos e impenetrables donde la vida no podía recluirse.
La decoración a base de azulejos trastocaba el espacio y el tiempo. Retrotraía las estancias al espacio y el tiempo de los orígenes, cuando los azulejos no eran necesarios porque no existían muros que borrar. Creaban un mundo de ilusión. O un mundo primigenio: la fuente de la vida.


(En recuerdo de los dibujantes y escritores de la revista francesa Charlie-Hebdo -capaces de recrear mundos llenos de humor-, asesinados hoy en París)

Formando







Menos mal; pese a los drásticos recortes en sanidad, cultura y educación, Presidencia de la Generalitat tiene aun fondos para actos tan importantes como una gran exposición en el barrio más caro de Bruselas sobre Carlos III (Ausburgo) de Cataluña y Felipe V en Cataluña, con una impresionante serie de grabados sobre el bombardeo de Barcelona en 1714.
La exposición está cerrada por falta de visitantes pero el vigilante se apresura a abrirla a quien lo desea.
Según consta en la página web de la Generalitat de Catalunya, se trata de -parafraseo- la producció d´una exposició institucional encomanada expressament per el director general
Absolutamente científica, académica.

Nota: el responsable de Cultura, y la comisaría, fueron maoístas en su juventud. Divino tesoro.
Algo queda.


lunes, 5 de enero de 2015

MARK LEWIS (1958): PYRAMID (PIRÁMIDE, 2014)




Una pirámide es una construcción del Egipto faraónico que señala la presencia de una tumba a la que cubre, al mismo tiempo que ofrece una escalera para que el alma del difunto ascienda al cielo.

La tumba, en el Egipto antiguo, era un espacio doble del espacio de los vivos. Éstos proseguían la misma vida que en la tierra, pero convertidos en sombras, si bien su cuerpo preservado, momificado, permitía que el alma -el ka, el ba o el aj- no se disolviera, sino que siempre tuviera un punto de anclaje en el mundo inferior.

La cultura del Egipto antiguo, en particular sus monumentos -sus pirámides- fue descubierta y estudiada por vez primera en occidente tras la conquista de Egipto por las tropas de Napoleón a finales del siglo XVIII.
El emperador francés Napoleón I creó el Museo del Louvre -cuya superficie amplió- que se llamó durante unos años Museo Napoleón. Las obras que atesoraba a principios del siglo XIX procedían de los países conquistados y expoliados. La mayor y más importante colección era la del Egipto faraónico.

Cuando el arquitecto chino-norteamericano I. M. Pei recibió el encargo de reformar el museo del Louvre en los años 80, proyectó y construyó un acceso principal subterráneo en el centro de la gran esplanada rodeada por tres lados por los edificios que configuran el museo, y que anteriormente habían formado parte del palacio del Louvre. Dicho acceso fue señalado por una gran pirámide de cristal, inaugurada en 1988. Su transparencia permite, desde las profundidades del acceso, tener una visión del cielo.

Mark Lewis es un cineasta canadiense. Según una reciente tradición consistente en encargar una obra de arte sobre y para el Museo del Louvre a un artista contemporáneo, fue invitado a idear un proyecto.
Éste se ha materializado en varios cortometrajes a color y mudos, filmados a cámara lenta, que se proyectan en una sala subterránea del museo hasta hoy, 5 de enero de 2015.

Pyramid es el título de unos de los cortometrajes. Filma, desde la base de la pirámide a los  visitantes que transitan por el área de acceso. La imagen está invertida. sí que lo que se desplaza es la sombra proyectada, mientras que el cuerpo se asemeja a la sombra de la sombra.
Un museo es un receptáculo de obras. Atesora imágenes, ficciones, ilusiones, seres sin entidad. un museo se asemeja a una tumba. Se circula por el en silencio y lentamente para contemplar efigies desencarnadas, manchas de luz y de color, sombras. Los visitantes, a los que se les pide silencio, respeto y movimientos lentos y cuidadosos, parecen espectros. Han entrado en el mundo de los muertos, del que salen transfigurados, aleccionados, iluminados. De algún modo, al salir a la superficie, o al exterior, renacen, sabiendo más sobre la vida de que sabían antes de adentrarse en el muse. Es como si resucitasen.
Tales son algunas de las alusiones que Mark Lewis evoca en el silencioso -amable o atractivo- documental, accesible en este enlace legal:

http://www.forks.fr/2014/10/14/lart-video-au-louvre-mark-lewis/

Domesticar

"El Principito le preguntó al zorro: 

- ¿Qué quiere decir domesticar?, 

y el zorro le respondió: 

- Es algo demasiado olvidado... significa crear lazos."

(Antoine de Saint-Éxupéry: El Principito)


Agradecimientos a Rosa Amorós por recordar esa cita.

domingo, 4 de enero de 2015

La creación del mundo en china: los gemelos primigenios Fun-Xi y Nu-wa




Fotos: Tocho, Museo Guimet, París, diciembre 2014
Estos "grabados" sobre papel fueron producidos frotando relieves en tumbas, ya en el siglo V aC, a fin de que las múltiples copias ejecutadas difundieran estas imágenes funerarias e informaran sobre los orígenes del mundo. Los relieves en las tumbas evocaban la creación del mundo a fin de asegurar al emperador su renacer, que tenía que coincidir con la creación o recreación universal.


El universo ha sido puesto en orden por unas divinidades, hijas del dios supremo creador -retirado tras su gesta-, que suelen ser gemelos, en diversas culturas.
Los gemelos divinos -varones, o un varón y una hembra- son una constante mítica.
La "gemelidad" los señala como seres singulares, capaces de completar la creación divina.
Dicha acción tiene como finalidad poner la tierra al servicio de los humanos, o habilitar la tierra de tal modo que los humanos puedan sentirla como suya; humanos que, a menudo, los gemelos crean -a partir de una materia primera, ya sea barro, o una masa de harina de maíz- o humanizan, educándolos y adiestrándolos en el manejo o la práctica de las artes con las que los humanos rematan la tarea de los gemelos, sus padres y sus maestros casi siempre. Desde las técnicas agrícolas hasta las edilicias, pasando por la escritura, la música y las artes adivinatorias, los gemelos ayudan a los humanos a entender el mundo y a relacionarse con él.
Los gemelos, por otra parte, median entre los dioses y los hombres. Suelen realizar el primer sacrificio, a través del cual, la tierra entra en contacto con el cielo.
Una vez la tierra convertida en un lugar apto para la vida, los gemelos se retiran.
Así es como el mundo fue creado, según algunos mitos chinos. Los gemelos -hermanos y esposos- Fuxi (varón) y Nuwa (hembra) completaron el cielo y la tierra. En tanto que seres primigenios estaban unidos tan íntimamente a la tierra que tenían cuerpo de serpiente o de dragón, más la parte superior del cuerpo destacaba poderosamente contra el cielo. Solían tener los cuerpos entrelazados, formando un único tronco. Fuxi portaba un compás con el que delimitó el cielo con exactitud. Nuwa, por el contrario, blandía una escuadra, con la que estructuró la tierra. Círculos y cuadrados: símbolos aéreos y terrenales.
Es así como Fuxi y Nuwa fueron presentados sobre todo como arquitectos o constructores. suya no era la materia, sí su conformación. Levantaron el cielo y extendieron la tierra. Los instrumentos de medida les permitieron asignar a cada nivel la forma conveniente nítidamente trazada. La geometría fue lo que acotó la materia primera.

sábado, 3 de enero de 2015

RICARDO PORRO (1925-2014) / BENJAMIN MURRAY & ALYSA NAHMIAS: UNFINISHED SPACES (2011)

















Tras exiliarse de Cuba bajo el régimen del dictador Batista, en los años cincuenta, el arquitecto Ricardo Porro se instaló en Venezuela donde impartió clases y trabajó para Raúl Villanueva (el mejor arquitecto del siglo XX) en Caracas. Regresó a Cubra después de la revolución castrista, y proyectó el conjunto de la escuela de las artes, en la que construyó personalmente las sedes de las escuelas de danza moderna, y de bellas artes, un proyecto que Michel Ragon, en su monumental Histoire mondiale de l´architecture et l´urbanisme modernes, de 1972, describió como poseído por "un ambiente onírico extraño que debe tanto a Gaudí como a un poblado africano", una de las obras maestras de la arquitectura del siglo XX,
Ricardo Porro volvió a emigrar de Cuba en 1966 cuando las formas de sus proyectos se consideraron ajenas al espíritu y las técnicas de los bloques de hormigón cuadriculados soviéticos, y se instaló en Francia.
El artista cubano Felipe Dulzaides (1965) homenajeó este conjunto en una compleja instalación -video, dibujos, fotografías y danza- en la Graham Foundation de Chicago en 2010.
Ricardo Porro falleció el día de navidad, aunque la noticia se ha sabido hace dos días.

En recuerdo del arquitecto Jean-René Ricard Porro, formado en la Escuela de Arquitectura de Barcelona, y el taller de su tío en París, quien fue el primero en hablar de este arquitecto que quien nada o casi nada se contaba en España en los años setenta y ochenta.

Ricardo Porro es pariente del diseñador industrial francés André Ricard, uno de los pilares del diseño moderno y económico en España.

jueves, 1 de enero de 2015

El origen del mundo en china: creación y arquitectura / John Cage (1912-1992): Music of Changes (I Ching, 1951)






Fu-xi fue, junto a su hermana gemela, y esposa, Nü-wa -hijos del dios supremo Pangu- el ordenador del mundo. Su hermana era una diosa madre que engendró a todos los seres, a quienes Fu-xi adiestró: les transmitió técnicas como la caza para liberar el espacio de peligros, y la escritura, con la que encontrar el hilo con el que hallar sentido a la creación.
El mundo fue creado a partir del encuentro del cielo descendiente, el yang, y de la tierra ascendente, el yin.
De la unión de una línea continua -que manaba del cielo como un rayo- y de una línea discontinua -como el horizonte entrecortado por las montañas-, surgieron sesenta y cuatro figuras, que eran signos (cifras y términos) con los que se podía pautar y nombrar el universo, cuyo conocimiento puso Fu-xi a disposición de los humanos.
Estos signos -hexagramas- se compusieron de líneas continuas y discontinuas. las continuas manifestaban el ser, las discontinuas su ausencia, un vacío.
Palabras o expresiones, que eran cifras, compusieron el mundo. Éste respondía a un orden matemática, a una sucesión o composición de seres y de no-seres.
El no-ser era una discontinuidad; una interrupción en el desarrollo lineal del ser.
Este concepción se asemejaba a la concepción del mundo de un pensador presocrático como Parménides.
En Mesopotamia, y más tarde en Grecia, la interrupción del desarrollo se simbolizaba por un cero (que no intervenía aun en la composición de cifras, como en la india y, más tarde, en el mundo árabe, de donde pasó a occidente).  Este símbolo no denotaba un vacío, sino un equilibrio. El cero (que sí significa vacío) resultaba de la suma de un elemento positivo y de uno negativo, como del encuentro de dos fuerzas opuestas de idéntica, aunque contraria, intensidad o movimiento. El cero no evocaba la nada sino la quietud, es decir, el origen de un desarrollo temporalmente detenido, un desarrollo latente. el cero era el origen de la vida, entendido como un núcleo o germen, antes de que la vida surja hacia el cielo o las profundidades.
El cero era la nada en China: nada podía surgir. En la India, el Próximo Oriente y en Occidente, el cero era lo que anuncia y precede la creación.
El cero, en China, no era creador. Era una interrupción, un corte.
En verdad, en China, el cero era un espacio vacío, un área de descanso en medio de líneas de fuerza y de movimiento. Se concebía como un alto en un camino. El movimiento se detenía. Se abría un área, bien acotada, dono morar. El cero era un espacio de reflexión, de quietud. era necesario porque a partir de él, el movimiento re-emprendía. No originaba el crecimiento, como en Occidente, sino que le daba sentido. la reflexión resultante de la parada permitía orientar o reorientar el movimiento.
La ordenación del espacio redundaba en beneficio de la vida, curiosamente porque la interrumpía. Permitía un ejercicio de introspección, una pequeña muerte, un corte con respecto a la vida cotidiana, para poder volver a seguir el camino con una nueva visión.
El espacio acotado era un lugar de descanso. Daba sentido a la vida porque le permitía reconsiderarla. Es decir, la vida no miraba hacia adelante sino hacia atrás. No se apunta al progreso, sino al regreso. Era necesario detenerse y no avanzar. La quietud absoluta, en China, -que en Occidente evoca la muerte-, por el contrario invita a la vida.      

Este comentario parte de la documentación para la muestra sobre el Nacimiento del Mundo que el Museo de las culturas del mundo de Barcelona prepara para finales de 2016.

La correspondencia entre el jesuita francés barroco, alojado en la corte imperial china, Joachim Bouvet -estudiado del texto I Ching sobre el origen mítico del mundo-, y el filósofo alemán Liebniz, comentada más tarde por Hegel, aporta esclarecedoras intuiciones a la concepción mítica del origen del mundo en China.
    
La comprensión del I Ching y de sus consecuencias es aún muy incierta para mí.

¡Feliz Nuevo Año 2015!




Composición la distribución de cuyas notas está basada en los dibujos de los sesenta y cuatro diagramas del Libro de los cambios (I Ching)