Fotos: Tocho, marzo de 2016
El Centro Cultural y Social del Barrio de Villa Pompeia (Serviço Social do Comércio), en Sao Paolo, está situado en una fábricas de ladrillo rehabilitadas. Constituyen una pequeña ciudad, con una calle principal y dos plazas. Dos altos edificios de hormigón, unidos por pasarelas, también de hormigón, fueron añadidos, junto con lo que se asemeja a una chimenea: acogen equipamientos deportivos (piscina, canchas, etc.)
Se trata de una de las últimas obras de la arquitecta italo-brasileña Lina Bo Bardi. Ladrillos, madera y hormigón, conforman amplios espacios en los que el mismo cuidado en el tratamiento de los paramentos, las texturas y la luz, se han dedicado al mobiliario y a unos delicados azulejos añiles, que evocan una naturaleza originaria. El agua -un estanque zigzaguea en el interior de una nave, utilizado por los niños en verano, pero hoy vacío por la plaga de de mosquitos-, el fuego -una gran chimenea comunitaria convierte una nave descomunal en un hogar recoleto-, y la luz son los verdaderos elementos de esta ciudad ideal, dedicada al placer de los sentidos: la lectura, actividades comunitarias, actividades físicas, espectáculos y talleres artesanos.
La mesura de los edificios fabriles contrasta con la inventiva de los bloques de hormigón. Las formas horizontales alrededor de la calle interior concluyen con los bloques verticales que se asemejan a monumentos, e identifican al centro.
El conjunto tiene cuarenta años. No tiene ni un rasguño, ni una pintada. Aparece como el centro del barrio, un foco de energía -pero también de retiro.