Montaje: Arthur Drexler (1925-1987) y Le Corbusier (Charles-Édouard Jeanneret-Gris, 1887-1965)
Museo de Arte Moderno (MoMA), Nueva York, Enero-Abril de 1963
Fotos: George Barrows
Agradecimientos a Emmanuel Guigon, director del Museo Picasso de Barcelona y comisario de la primera exposición sobre Le Corbusier como diseñador de exposiciones, con centenares de documentos inéditos, en el Museo de Besançon en 2011, por estos datos.
El arquitecto Le Corbusier no era discreto. Sabía utilizar los medios -prensa, publicidad, publicaciones, fotografía, cine y televisión-. Cualquier medio era útil para divulgar sus ciudades supuestamente radiantes.
Algunos consideran que era también un exhibicionista. Algunas fotografías podrían dejarlo entrever.
Pero lo que es menos conocido es su trabajo como diseñador de sus exposiciones. Se conocen su participación en exposiciones internacionales o universales, con proyectos de pabellones. Concibió, junto con el arquitecto y músico Xenakis, un gran expectáculo "multimedia" para el pabellón Philips en la Exposición de Bruselas de 1958. Proyectó interiores, dibujando marcos para pinturas y bases para esculturas clásicas o modernas.
Su trabajo como escenógrafo de exposiciones culminó con la gran exposición de su obra última (Le Corbusier. Buildings in Europe and India) que Arthur Drexler, director del Departamento de Arquitectura del Museo de Arte Moderno (MoMA), de Nueva York, organizó, y que contó con un montaje del propio Le Corbusier. Dominaba el lenguaje expositivo.
Su gran aportación a la historia de la escenografía expositiva fueron unas grandes cajas de luz, treinta años antes de que se impusieran en el mundo de la fotografía "artística", que colgaban, como cuerpos o volúmenes, como galerías, de las paredes de las salas, con fotografías de gran tamaño de sus edificios -el empleo de la fotografía, de diversos tamaños y "volúmenes", era omnipotente. Situadas en estanterías bajas continuas, colgadas en esquinas, ubicadas a distintas alturas, como vidrieras, definían u organizaban el espacio. Pequeñas maquetas, por el contrario, descansaban sobre gruesas peanas, que también se asemejaban a volúmenes arquitectónicos, salidos del muro, un recurso que artistas contemporáneos han utilizado ya en el siglo XXI.
Esta exposición posiblemente sea una de las más importantes de la segunda mitad del siglo XX.