martes, 19 de noviembre de 2019

La casa de los líos: Frank Lloyd Wright (1867-1959) & Rudolf Schindler (1887-1953): Hollyhock House (1919-1921)






























Fotos (exteriores: está prohibido tomar fotos en el interior): Tocho, noviembre de 2019

1919: Aline Barnstall, heredera de una compañía petrolera, multimillonaria, madre soltera por decisión, viajera empedernida, y promotora de las artes modernas, decide crear un polo de las artes en una colina ante el parque Griffith: un teatro, un cine, una casa de artistas.... Encarga el proyecto a Frank Lloyd Wright quien la convence de la conveniencia de disponer de una casa en medio de dichos espacios culturales. 
Dos años más tarde , Wright ha gastado una fortuna en una casa -con una decoración inspirada en motivos mayas, pero también de Extremo Oriente- que Aline Barnstall no deseaba, y no ha producido ninguno de los proyectos encargados. 
Aline Barnstall despide a Wright y contrata a un ayudante suyo, Rudolf Schindler, para acabar la obra (y proyectar la casa de invitados, a imitación del estilo de Wright): Hollyhook House, o Casa Malvarosa, la flor favorita de Aline Barnstall, cuya representación casi abstracta se multiplica por toda la casa y se convierte en un motivo estampado por doquier. 
La casa, de estancias con altos techos de hormigón y madera, unidas por amplios pasadizos de techos muy bajos, carentes de puertas, nunca fue ocupada. Apenas terminada fue entregada al municipio de Los Ángeles. A Aline Barnstall no le interesaba asentarse y partiría siempre de viaje. 
Algunos actos culturales, protagonizados, por ejemplo, por la nieta de Wright, la mítica actriz de cine Anne Baxter, sí tuvieron, y aún tienen, lugar en este casa.
La mansión fue expoliada en los años cuarenta. Una parte de los muebles desaparecieron, sustituidos por réplicas, a partir de fotografías. La casa aún está en restauración, y no se puede acceder al primer piso.

lunes, 18 de noviembre de 2019

Arquitectura y arqueología / Architecture and Archaeology

Texto completo, en español y en inglés, de la ponencia presentada en el congreso de Cartagena, organizado por la Universidad de Murcia y el Museo del Teatro Romano de Cartagena, sobre intervenciones arquitectónicas contemporáneas en yacimientos arqueológicos.

Agradecimientos al profesor José Miguel Noguera

Nota: Se han eliminado las ilustraciones de los proyectos citados, fácilmente encontrables por internet.



A LA BÚSQUEDA DEL ESPACIO PERDIDO: AL AMPARO DE LAS RUINAS
Pedro Azara & Tiziano Schürch (UPC-ETSAB, Barcelona)

1.- PRESENTACIÓN
La presente ponencia trata un problema cada vez más habitual en arquitectura: cómo relacionarse con la arquitectura del pasado, sin restaurarla, preservándola tal cómo se presenta, permitiendo su visita, y ayudando a interpretarla cuando los restos, escasos o dispersos, dificultan o imposibilitan una apreciación coherente. Al mismo tiempo, esta “musealización” de unos restos arqueológicos no debe impedir que las labores de los arqueólogos prosigan. Las intervenciones deben ser reversibles, o ubicadas de modo que no interfieran con las excavaciones ni con la comprensión del yacimiento. Desde una protección parcial y temporal, emprendida a poco de un descubrimiento, hasta grandes museos y centros interpretativos, tanto las aproximaciones cuanto las tipologías arquitectónicas van desde la intervención casi invisible hasta estructuras que cubren enteramente el yacimiento -produciendo, en ocasiones, la impresión que el yacimiento, en tanto que yacimiento, ya no existe, sustituido por un nuevo levantamiento y una restauración íntegra de las ruinas, un efecto del que, en principio, se huye-. Esta aproximación a las ruinas arqueológicas desde la arquitectura revelan cómo miramos, cómo tratamos el pasado, qué importancia le concedemos y porqué. Por otra parte, convierte lo que son fragmentos dispersos de construcciones en entidades que no necesitan ser completadas. La ruina de un ente pasa a ser un ente a parte entera, pero sin despertar la nostalgia por lo que hubo, porque un yacimiento “musealizado” o habilitado para la visita no evoca una pérdida sino una conquista. Se han ganado unas entidades que no existían antes de la destrucción y el abandono, con tanta presencia como las construcciones del pasado. La ruina no da lugar al lamento renacentista por la pérdida. Se trata de una creación moderna. Nunca se reconstruye.
Estas intervenciones arquitectónicas son requeridas a menudo por la apertura del yacimiento al público. Ni el estudio ni la preservación del yacimiento requieren estos tratamientos. De hecho, la misión arqueológica del yacimiento neo-asirio de Tell Massaikh, en Siria, con un palacio de tipo imperial, en buen estado, en gran parte desenterrado, negó responder a las peticiones del gobierno sirio de restaurar y “musealizar” el yacimiento. No solo dichos trabajos hubieran exigido fondos destinados a las prospecciones, sino que los mecanismos, estructuras y modos de abordar la preservación del yacimiento pueden entrar en conflicto con las excavaciones, amén de la discutible utilidad de la preservación definitiva de la arquitectura de adobe. Este intento de preservación, con un éxito y un logro formal o estético relativo, aún proseguían a finales de 2010 en el hoy devastado, irrecuperable yacimiento de Mari en Siria. La cubrición con capas protectoras de las ruinas palaciegas de Ebla, también en Siria, con mortero de cal, seguramente lograron detener el deterioro del adobe, pero a costa de producir una imagen muy distorsionada del aspecto que aquel palacio, parcialmente bien conservado, pudo haber tenido. La “musealización” y la investigación responden a necesidades o fines que no siempre se pueden conjugar satisfactoriamente, al menos ante estructuras tan frágiles como son construcciones de adobe.

Un paseo arquitectónico (El teatro y el Museo del teatro de Cartagena)













































Fotos: Tocho, noviembre de 2019


6 de febrero de 1990: El descubrimiento de una placa inscrita romana permitió hallar la ubicación exacta del teatro romano de Cartagena, cuyas trazas se intuían, bajo un barrio tan degradado que la mayoría de las casas, casi en ruinas, estaban abandonadas. Hoy aún se excava el teatro sus alrededores y se restaura.

2005: El arquitecto Rafael Moneo inicia las obras del que podría ser su mejor edificio, uno de los mejores museos arqueológicos de España y posiblemente de Europa. 

Concluido en 2008, consta de tres edificios escalonados, unidos subterráneamente por túneles abovedados, que configuran un paseo ascendente, punteado por algunas obras, que sube zigzagueando, a través de escaleras mecánicas y rampas, por la pendiente de la colina en la que se ubicaba el teatro y un peristilo posterior -situado en un nivel inferior- hasta desembocar, ya en el exterior, en un mirador colgado sobre el teatro.