sábado, 22 de agosto de 2015

Jardines mesopotámicos

Se sabe hoy que Babilonia nunca tuvo jardines colgantes. Pero éstos no fueron extraños a la cultura mesopotámica. Las ciudades orientales que dispusieron de aquéllos estuvieron en Asiria (en el norte de Mesopotamia), como Nínive -trágicamente conocida hoy.
Puede sorprender la presencia de la naturaleza dentro de la ciudad del Próximo Oriente Antiguo. En el imaginario mesopotámico, la naturaleza virgen o primigenia debía ser completada, acotada, controlada. El Paraíso mesopotámico no correspondía a un espacio edénico sino a una ciudad o a un territorio urbanizado, dotado de vías y de canales. La ciudad se oponía a la naturaleza, pero por razones distintas a las actuales. La naturaleza debía ser "domesticada", y la ciudad era el resultado de una poderosa y decidida intervención en la naturaleza para reducirla. Las ciudades, como cantaba el rey de Uruk Gilgamesh eran la manifestación del control humano -siempre por indicación o autorización divina- de la naturaleza, a la que ya el dios Enki, dios de la arquitectura, tuvo que doblegar a poco de la creación del mundo. La naturaleza era el espacio e los monstruos y los males.
Los jardines "colgantes", por el contrario, introducían la naturaleza en la ciudad, lo que conllevaba que el desorden penetraba en la ordenación del espacio que la ciudad conseguía, al mismo tiempo que lo amenazaba. Dada la urbanización del territorio emprendida por los reyes asirios y neo-asirios durante unos novecientos años desde la primera mitad del segundo milenio, y la extensa red de ciudades fundadas ex-nuovo, no siempre atendiendo a una explícita orden divina, cuesta entender la aceptación del orden natural -controlado, ciertamente en forma de jardines plantados- en la trama urbana. Las ciudades manifestaban un orden estricto. Aunque se adaptaban a la geografía, se sustentaban sobre una trama "hipodámica", estaban rodeadas de murallas y se dividían claramente entre una ciudad baja profana y una parte alta aislada, un "acrópolis" donde se ubicaban palacios y templos sobre un juego de extensas terrazas. El modelo, pese a variantes e influencias locales, solía ser claro.
La existencia de jardines, sostiene la profesora francesa Masetti-Rouault, podría tener una poderosa razón. Respondía a un plan y a una ideología claros. Los jardines no negaban la oposición entre ciudad y naturaleza. Por el contrario, la exacerbaban. Pero, permitiendo que la naturaleza se instalase dentro del recinto urbano, los reyes asirios manifestaban que no la temían, lo que era una manifestación de su poder sobre las fuerzas  que traían el desorden. La naturaleza estaba enteramente sometida. Ya no constituía ningún peligro. Como los pueblos dominados por Asiria, la naturaleza inclinaba la cabeza y reducida a la forma de un acotado jardín se le autorizaba a refugiarse en la urbe. Los reyes demostraban así su omnipotencia, y que los dioses confiaban en su poder. Los jardines no "naturalizaban" la ciudad sino que mostraban que la naturaleza solo podía existir en tanto que naturaleza domesticada.    

4 comentarios:

  1. De todas formas,una de la imágenes más importantes que nos ha legado el mundo de Mesopotamia es la del árbol de la vida .Quizá el jardín era el lugar en el que se manifestaba ese aspecto de lo sagrado : la vitalidad y la capacidad de renovación del mundo .
    Puede que fueran huertos ,árboles frutales :el jardín en el se celebraba el encuentro de Innana y Dumuzi. Es curioso porque en el canto que celebra su unión ,la diosa al principio desea a un labrador ,no al pastor que debía representar a esa naturaleza sin cultivar .Al final se rinde al pastor ,que es el que está asociado a la capacidad de crecer de los árboles ,dela yerba ,a la naturaleza en estado puro. Como Osiris
    “En el regazo del rey se erguía el cedro ascendente.
    Las plantas crecían altas a su lado.
    Los granos crecían altos a su lado.
    Exuberantes los jardines florecían.
    Inanna cantó:
    “ El ha retoñado; ha brotado;
    Es lechuga plantada cerca del agua.
    Él es a quien mi útero ama más.
    Mi jardín bien aprovisionado de las llanuras,
    Mi cebada que crece alta en su surco,
    Mi manzano que carga frutos hasta su corona,
    El es lechuga plantada cerca del agua.
    “http://inanna.iszaevich.net/node/4
    Los jardines debían de ser la manera de compaginar la civilización y la presencia sagrada de la vida vegetal.
    Tampoco desdeñaría la capacidad estética de los monarcas .Un jardín es un lugar de descanso y disfrute de todos los sentidos .La ciudad era un avance y una conquista ,pero los humanos no podemos prescindir totalmente de la relación con la tierra.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tiene mucha razón.
      Templos y palacios no se concebían sin un jardín cercado que debía evocar la tierra originaria y contenían el árbol de la vida. La descripción del Edén en el Génesis, concebido como un templo, que incluye dos árboles sagrados, es un buen ejemplo. Imágenes de reyes neo-asirios banqueteando en jardines también son comunes, así como relieves del árbol de la vida. En un fresco del palacio de Mari (hoy en el Louvre) se muestra un jardín dedicado a Inana, cruzado por un río sagrado.
      A lo que la profesora Masetti se refiere, sin embargo, no es a este tipo de jardín, sino a la presencia de parques más extensos, no necesariamente sagrados, en el seno de la ciudad, que se dirían partes de la naturaleza incontaminada incluidas en la trama urbana.
      Muchas gracias por la puntualización

      Eliminar
  2. Entiendo.! Gracias! Quizá esos jardines que menciona Masseti Roual podrían tener una utilidad ,más allá del mensaje ideológico.Pudieran ser lugares de estudio y experimentación sobre mejoras en la agricultura ,como por ejemplo los injertos de arboles frutales que creo que fueron muy importantes en Mesopotamia.Quizá también se cultivaban en ellos plantas medicinales,como en los jardines del medioevo y también podrían cultivarse para suministrar alimentos al palacio y al templo en momentos -si los había -de saqueo .
    Es curioso que Gilgamesh ,el rey urbanita, fuera humanizado por Enkidu ,alguien que venía del mundo salvaje .También es verdad que Enkidú había sido previamente humanizado por la prostituta sagrada.
    Quizá la prepotencia de Gilgamesh está lanzando ese mensaje que recoge la Biblia de la ciudad ,Babel ,como desafío a la divinidad

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Desconozco la función o utilidad de esos jardines o "zonas verdes" en la ciudad, aunque me imagino tierras de cultivo y pasos para animales quizá para sacrificios.
      En Ur, en el tercer milenio -cultura sumeria- la muralla rodeaba la ciudad que incluía terrenos sin construir.
      Me sorprende, en efecto, que Gilgamesh haya sido "civilizado" por un salvaje de las montañas, pero también es cierto que éste previamente fue "calmado" por la prostituta sagrada y que se erigía como una imagen de lo que debería ser Gilgamesh si dejara de violar a las jóvenes casaderas de la ciudad en la que reinaba como un tirano. La humanización pasaba por el encuentro con el otro.
      Parece que el ISIL desconoce esta "ley"

      Eliminar