martes, 8 de marzo de 2016

Maquetas arquitectónicas iraníes, simbolos y protectoras del espacio doméstico





Fotos 2 y 4: Tocho, Museo Benaki. Colección de Arte Islámico, Atenas, 2015

Las fiestas de año nuevo (llamadas fiestas de Nauruz, del Nuevo Día o de la Nueva Luz) en Persia durante la Edad Media empezaban el 1 de marzo, día del solsticio de primavera. Su origen zoroástrico era manifiesto, pero a que la fiesta era islámica (solo para los sufís). Este día se producía el tránsito del frío signo de Piscis al cálido signo de Aries asociado al fuego, la manifestación visible pero anicónica de Ahura Mazda, el dios único de dicha religión, aparecida a principios del primer milenio aC.

La fiesta consistía en un banquete comunitario. Los invitados se intercambiaban unos objetos de cerámica vidriada (loza): eran maquetas de casas habitadas, en las que los personajes banqueteaban. El color azul reluciente manifestaba que el espacio había sido renovado, purificado. La luz volvía a inundar el interior, a dispersar la noche.

Las maquetas actuaban como símbolos que sellaban el encuentro pacífico bajo la luz. Los invitados habían compartido mesa y techo con los dueños de la casa, y se llevaban un doble en miniatura del espacio en el que habían sido acogidos, todo y regalando una imagen de su hogar en el que se celebraría la fiesta del siguiente Nuevo Año.
Pocas fiestas han dado tanta relevancia al espacio de acogida.

Nota: La fiesta del Día Nuevo se sigue celebrando hoy, pero los regalos ya no incluyen maquetas.

Estas cuatro maquetas van a estar expuestas en la muestra sobre cerámica y arquitectura, en el museo del Diseño de Barcelona durante el cuarto trimestre de este año, y en la muestra sobre arquitecturas celestiales en Nueva York durante el segundo cuatrimestre del año próximo.

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