miércoles, 6 de mayo de 2009

Justicia

Penélope a los pretendientes que no cesan de asediarla en su propio hogar: "¿No oísteis decir a vuestros padres, cuando erais todavía niños, de qué manera los trataba Ulises que a nadie hizo agravio ni profirió en el pueblo palabras ofensivas, como suelen hacer los divinales reyes (é t´ésti díke theíoon basiléoon), que aborrecen a unos hombres y aman a otros?"
(Homero, Odisea, 4, 689-693)

La justicia es una virtud real. Los reyes se comportan como dioses: son divinos (theíoon basiéoon). Mas los reyes son caprichosos. Sus decisiones irracionales, injustificadas. Conceden y retiran favores sin que se sepa porqué. Éstos responden a la diké. Diké es el derecho, la justicia: la norma que debe regir las relaciones. La justicia que los reyes, comportándose como los dioses, siguen les impele a comportarse como unos tiranos. La justicia, como la que los reyes y los dioses asumen, es el paradigma de la injusticia. Mas la diké es una virtud que los hombres deben seguir. Una virtud propiamente humana.
El sarcasmo de Homero es evidente. Su intención, sin embargo, no es clara. U obliga a una doble interpretación: que los poderosos (reyes y dioses) son injustos, o que los hombres son unos seres sustancialmente injustos. Su humanidad es su inhumanidad. Por eso, los dioses tenían razones para que los hombres se extinguieran lenta y cruelmente en una lucha fratricida casi eterna. La guerra de Troya aún no ha concluido.

martes, 5 de mayo de 2009

Apolo, humano

Para el dios Apolo, la norma, la ley, la mesura humanas (la themis) son la falta o ausencia de norma, la desmesura (hubris). Valores antitéticos que solo los hombres equiparan. Los humanos son los sin-ley. Por eso son efímeros (Homero, Himno a Apolo, v. 540)

Humano, demasiado humano (o ¿quién necesita al cristianismo?)

"Se pueden apresar los bueyes y las pingües ovejas, se pueden adquirir los trípodes y los tostados alazanes; pero no es posible prender ni coger el alma humana para que vuelva, una vez ha salvado la barrera que forman los dientes."
(Homero, Ilíada, 9, 401 y ss.)

domingo, 3 de mayo de 2009

Henri Matisse: Capilla del Rosario, Saint-Paul-de-Vence (Francia) (1941-1951)


Henri Matisse: vidriera representando El árbol de la vida. Se trata del cactus que crece tenazmente en un clima árido.
Todo el mobiliario, los objetos litúrgicos y las telas son obra de Matisse; la obra arquitectónica, por el contrario, es de Henri Matisse con la ayuda de Auguste Perret

José-Luis Sert: Capilla de la Fundación Maeght, Saint-Paul-de-Vence (Francia) (1964)


Georges Braque: vidriera de la Capilla de la Fundación Louis y Aimé Maeght, Saint-Paul-de-Vence (Francia) (1964)

Jorn Utzon: Iglesia parroquial de Bagsvaerd, Copenhague (1976)
















Jorn Utzon: Iglesia parroquial de Bagsvaerd, Copenhague (1976)
Los motivos ornamentales de los tejidos (casullas, telas, alfombra, etc.), del propio Utzon, interpretan los que Henri Matisse proyectó para la Capilla del Rosario en Saint-Paul de Vence (Francia) (1947-1951)





Sigurd Lewerentz: Iglesia de San Marcos (1956-1960)













Sigurd Lewerentz: Iglesia parroquial de San Marcos, Estocolmo (Suecia) (1956-1960)