domingo, 15 de septiembre de 2013

ANSELM KIEFER (1945): CRECIENTE FÉRTIL (2009)











Conjunto de pinturas matéricas recientes, de Kiefer, de gran tamaño, sobre las secretas correspondencias que unen, según el pintor, las fabricas de ladrillo en la India, extraídos de hornos al aire libre, las ciudades y monumentos mesopotámicos, construidos con ladrillos de adobe, y derruidos o sepultados, y las ruinas de las urbes alemanas, desperdigadas por el territorio, tras la Segunda Guerra Mundial.

SOPHIE FIENNES (1967): OVER YOUR CITIES GRASS WILL GROW (SOBRE VUESTRAS CIUDADES LA HIERBA CRECERÁ -Fragmento-, 2010)



Documental de Sophie Fiennes sobre la obra del artista alemán Anselm Kiefer (1945). Este fragmento muestra Las Torres que levantó en un solar industrial abandonado en el sur de Francia. Transformó las estructuras de una fábrica de seda, derruidas, en un estudio y una vivienda -dejada desde entonces-, al mismo tiempo que una instalación permanente. Obra y continente se fundieron.
El documental se estrenó en el Festival de cine de Cannes (Francia) de 2011.


sábado, 14 de septiembre de 2013

MAYA JANE COLES (1987): COME HOME (VUELVE A CASA, 2013)



Véase. http://mayajanecolesofficial.tumblr.com/

Casas del alma egipcias: dos ejemplares del museo de Arte e Historia de Bruselas (Bélgica)








Fotos: Tocho, Bruselas, septiembre de 2013

Las llamadas casas del alma proceden del Egipto faraónico. Se datan de finales del tercer milenio. Son bandejas de ofrenda  sobre las que destaca una reproducción en miniatura de un edificio. Éste se ubica a un lado de la bandeja, liberando una superficie horizontal ante sí -como si fuera un patio-, en la que se suelen situar reproducciones de alimentos vegetales y animales (partes de animales) ofrendados. hechas de un material imperecedero como la tierra, podían durar eternamente. Un murete continuo, unido a los muros del edificio, delimita los bordes de la bandeja. Un canal, en la parte delante, permite evacuar los líquidos de libación.

Estas piezas suelen tener unos 30x40 cm de base, y unos 20 de alto. Son de terracota. Están moldeadas a mano, y suelen ser toscas.

Fueron halladas a principios del siglo XX por el arqueólogo inglés Petrie enterradas en la arena. Descubrió un número considerable de piezas, enteras o fragmentadas. Consistían en bandejas muy sencillas, o con complejas construcciones de uno o dos pisos. todas proceden de un mismo yacimiento. Fueron ofrecidas a diversos museos europeos y norteamericanos. Éstos manifestaron escaso interés ante piezas tan modestas y brutas. Suelen hallarse en las reservas de los museos, salvo alguna, utilizada para documentar la arquitectura doméstica egipcia.

Estas ofrendas se depositaban sobre enterramientos populares. El cadáver se entregaba en un simple hueco, sin momificar, se cubría de arena sobre la que se apoyaba esta bandeja. Servía tanto como monumento funerario cuanto canalizaba los líquidos ofrendados para dar de beber al difunto hacia la arena que lo cubría. Esas bandejas reemplazaban los complejos funerarios para quienes no podían pagarse mausoleos.

Estas "maquetas" se distinguen de las más conocidas y abundantes maquetas de madera coloreadas, algunas de grandes dimensiones, que documentan diversas actividades en una propiedad. Estas maquetas, en efecto, se depositaban dentro de la tumba -y no en el exterior-, y cumplían la misma función que los frescos que cubren las paredes interiores: ayudan al difunto a vivir en el más allá la misma vida que en la tierra.

La expresión casa del alma es moderna. Deriva de la expresión (soul house o spirit house) con la que se nombran casas diminutas, colgadas de los árboles, en culturas del sudeste asiático, y que tienen como función acoger el alma del difunto. Esas casas del alma del Extremo Oriente carecen de bandeja de ofrendas y de canal de libación.

Una de las dos maquetas del Museo de Arte e Historia de Bruselas presenta un rasgo único: la casa está habitada. Tres figuras trabajan en el piso superior. Plantean un interesante problema interpretativo.
¿Qué son estas figuras? Podrían ser almas. sin embargo, si bien las maquetas de terracota se inscriben en la creencia en la supervivencia del alma -que, hasta finales del Imperio antiguo, solo se aplicaba al alma del faraón-, según la cual el alma se transfiera del cuerpo a una nueva ubicación, la tumba, el alma se representaba como un pájaro. Estas figuras, sin embargo, son enteramente antropomórficas.
Por tanto, es muy posible que las figuras cumplan el mismo papel que todas las que pueblan las tumbas, pintadas o esculpidas. Estas figuras documentan la proyectada vida en el más allá. Quieren mostrar que la vida en la ultratumba repite o continua la vida en la tierra.
Pero nadie podía estar seguro de que eso ocurriera ni que fuera posible. Era un sueño. Este sueño podía llegar a acontecer si se materializaba, se mostraba. Las imágenes, entonces son proyecciones. Son la plasmación de una visión. Se anticipan a lo que acontecerá. La vida en el más allá tendrá lugar tal como se documenta precisamente porque se documenta. La vida en el más allá es una consecuencia de lo que las imágenes pintadas o esculpidas muestran. Estas imágenes no reproducen la vida en el más allá, sino que la desencadenan o activan. Aseguran, así, que la vida en el más allá tendrá lugar de tal modo. Son como las profecías: muestran lo que ocurrirá "realmente" o "de verdad". Son imágenes propiciadoras y anticipatorias. Pronostican y provocan lo que muestran.
Si los egipcios, de la clase alta, o del pueblo, necesitaban anticiparse a la realidad y conducirla o reconducirla de modo que tuviera lugar según ciertas pautas, es porque, sin duda, no estaban seguros que la vida en el más allá fuera a tener lugar de este modo, ni que hubiera vida en el más allá. Esas imágenes placenteras y domésticas revelan temor ante la "vida" en la ultratumba. Nada garantizaba que hubiera vida, ni que la vida fuera soportable. El único modo de poder creen en una vida humana era forzando el destino, haciendo creer -creyendo en la veracidad de lo anunciado posiblemente- que lo que las imágenes muestran tendrá lugar ciertamente y del mismo modo.
Los egipcias crían en el poder de los sueños y las visiones. porque sabían que lo que los ojos descubren seguía por un camino muy distinto.

jueves, 12 de septiembre de 2013

ALEXEI JANKOWSKI (1968) & ALEKSANDR SOKUROV (1951): LES COURAGEUX / DE HELDHAFTIGEN (GALERIES CINÉMA, BRUSELAS, 2013)































Fotos: Tocho, Bruselas, 11 septiembre de 2011.
Parte del material fue enviado por Marcel Borràs, Albert Imperial, Marc Marín con una beca de la fundación alemana Gerda Henkel.

La Filmoteca de Bruselas organiza un ciclo de dedicado al cineasta ruso Aleksandr Sokurov, conocido por sus documentales y sus películas de ficción, la última de las cuáles, Fausto, ganadora del León de oro de la Mostra de Venecia en 2011, se estrenaba ayer en la capital belga.

El ciclo se acompaña de una exposición en la sala Cinéma Galleries, ubica en las célebres galerías cubiertas decimonócicas, Galeías Saint Hubert, las primeras de Europa. Se trata de una extensa  video-instalación que se desarrolla en doce grandes pantallas, y dos pantallas de televisión. Las proyecciones duran dos horas.
El tema escogido es la destrucción y las tentativas, acertadas o fracasadas, de protección y recuperación del patrimonio arqueológico, artístico y cultural de Iraq, tras la invasión de 2003 y la presente guerra civil larvada. La muestra se inscribe dentro de una de las líneas de trabajo de dicha institución cultural, a la que también se adscriben otros documentales de Sokurov sobre el arte de países en guerra, o dictatoriales, desde la Unión Soviética y la Alemania nazi, hasta Chechenia y Afganistán.

La video instalación ha sido supervisada por Sokurov, pero montada por el joven cineasta ruso Jankowski, ayudante de Sokurov.
Se compone de material gráfico y textual (escritos, fotos y filmaciones) enviado por doce contribuyentes -calificador como Los valerosos, título que solo se merecen arqueólogos, historiadores y funcionarios iraquíes, periodistas y solo algunos estudiosos extranjeros-: desde un arqueólogo norteamericano , John Russell, que trabajó voluntariamente como representante del gobierno norteamericano para la salvaguarda del patrimonio cultural iraquí, hasta el arqueólogo iraquí Hadulamir Hamdani, luchando solo para defender y preservar yacimientos arqueológicos-devastados por saqueadores, azuzados por los altos precios de obras mesopotámicas en los anticuarios y las subastas internacionales-, en la cárcel por sus esfuerzos de oposición a la compra-venta de antigüedades, o el fallecido antiguo director del Museo Nacional de Iraq en Bagdad, Donny George, que narra, a partir de un diario personal, la destrucción del museo los días 3 y 4 abril de 2003, días después del la ocupación de la capital iraquí.
El saqueo y el incendio de los archivos nacionales, la destrucción de la biblioteca nacional, yacimientos como Fara o Umma, definitivamente perdidos tras la infinidad de huecos abiertos en busca de antigüedades por saqueadores -a menudo de pueblos vecinos necesitados de dinero-, ante la impasibilidad del ejército norteamericano, la devastación del Museo de Bagdad, etc., la catástrofe ecológica que significó el intento de aniquilación, casi logrado, por parte del presidente Sadam Hussein, en los años noventa, de las marismas del delta de los ríos Tigris y Éufrates, hoy contaminadas por el uranio de las bombas sucias soltadas por la coalición, son narrados, en proyecciones de gran tamaño, en las largas salas abovedadas subterráneas del Cinema Galerías, desnudas y oscuras. Las imágenes parecen los últimos testimonios de luz antes de que la oscuridad completa ciegue el laberinto de pasadizos y galerías.
Se expone una sola pieza tridimensional, sola en la única y recóndita sala al final de los pasadizos: una reproducción, rota, fragmentada, sin restaurar, de una estatua sumeria del Museo de Bagdad: una pareja, cogidos de la mano, la mirada triste o desencantada. Los verdaderos valientes del título de la muestra.
Una exposición hermosa y conmovedora.
Se guardó un minuto de silencio, bajo las bóvedas, en recuerdo por los fallecidos en los atentados de las Torres Gemelas de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001, y por todos los muertos en la invasión, las cárceles y la guerra civil en Iraq, hasta hoy.
Iraq sí es un país oprimido.

Véase también la entrada: http://tochoocho.blogspot.com.es/2013/01/alexei-jankowski-1972-alexander-sokurov.html

J. S. BACH (1685-1750): Cantata no. 213, Herkules auf dem Scheidewege ("Lasst uns sorgen, Lasst uns wachen") (La elección de Hércules), BWV 213 (BC G18): aria "Schlafe mein Liebster" & "Treues Echo dieser Orten", 1733





Ante la encrucijada, Hércules supo escuchar; escogió el recto camino, sin prestar atención a loscantos de sirenas.
Hace tiempo que Hércules nos dejó.

EL ÚLTIMO VIAJE DE ULISES / EL ´´ULTIMO VIAJE DE HÉRCULES: HÉRCULES ANTE LA ENCRUCIJADA (II)


“También es posible elegir fácilmente la legión de los vicios.
Es llano el camino y muy cerca habitan.
Delante de la virtud los doses inmortales han puesto el sudor.
Y el camino que a ella conduce es largo, empinado y áspero, al comienzo. Mas, cuando llegas a la cima,
Te resulta ya fácil, a pesar de ser duro.” (Hesíodo, Los trabajos y los días, s. VII aC)

“A las claras Homero mostró en la Odisea que considera al hombre no otra cosa sino alma, cuando dice:
Y llegó el alma del tebano Tiresias,
Con su áureo cetro,
Pues intencionadamente cambió el género del alma, sustantivo femenino, a masculino, con el fin de indicar que el alma era Tiresias (…)
Ni siquiera la creencia de Pitágoras en la trasmigración de las almas de los muertos a otras formas corpóreas estuvo fuera del alcance de la mente de Homero.” (Pseudo Plutarco: Sobre la vida y la poesía de Homero, 123)

Algunos pensadores, ya hacia el siglo V aC, sostenían que los relatos de Homero y Hesíodo acerca de las correría de los dioses y sus devaneos con los humanos –Zeus sedujo, raptó y violó a hombres, mujeres y niños, por ejemplo- eran aceptables si no se las consideraba literalmente, sino como alegorías de los envites del alma en su tránsito por la tierra. Así, los doce trabajos de Hércules, luchando contra monstruos sanguinarios –yeguas que devoraban carne humana, hidras, cancerberos, toros descomunales, etc.- o el zaherimiento que Poseidón, el dios de los mares, infligió a Ulises, a fin de hacerle pagar durante una eternidad el derribo de los muros de Troya  que la divinidad había levantado, fueron considerados como poderosas y eficaces imágenes de las pruebas a la que el alma humana se veía sometida en vida.
Los viajes de Ulises, como las pruebas de Heracles acontecieron en otra era, antes que el tiempo de los humanos. Sin embargo, a finales de la antigüedad, el viaje o la lucha se convirtió en una metáfora de las incertidumbres del alma y, en concreto, del alma de cada uno. Ulises o Heracles ya no fueron héroes lejanos sino que se identificaron con cada persona. El mito dejó de narrar lo que ocurría a quienes no eran humanos –dioses y héroes, cuyas acciones eran inimitables aunque destiñeron sobre las de los hombres-, para contar lo que le ocurría al ser humano, lo que nos ocurre. El mito explicó la vida interior: la vida verdadera.
Del cuerpo (sôma, en griego) que era una cárcel (sema), el alma solo lograba escapar tras duros enfrentamientos durante su vida terrenal. El viaje, así, reemprendía. Mas ya no se trataba de un viaje físico, sino espiritual y, por tanto, más difícil y peligroso. Hasta el mismo Hércules, ya a principios del siglo IV aC, como contaba Pródico de Cos, que personificaba la fortaleza del espíritu humano ante hercúleas dificultades, se halló, ya a principios del siglo IV aC, según contaba Pródico de Cos,  ante una encrucijada sin poder retroceder, y fue tentado: a la izquierda, un camino áspero y ascendente en medio de penurias, o, a su vera, una florida y serpenteante senda, entre seductores cantos  de sirena. Su elección determinaría la suerte de la humanidad. Y su posible liberación de los peligros físicos y anímicos.
Ante la historia de Europa cabe la duda sobre la pertinencia de su elección.


“El tiempo de la vida humana, un punto; su sustancia, fluyente; su sensación, turbia; la composición del conjunto del cuerpo, fácilmente corruptible; su alma, una peonza; su fortuna, algo difícil de conjeturar; su fama, indescifrable. En pocas palabras: todo lo que pertenece al cuerpo, un río; sueño y vapor, lo que es propio del alma; la vida, guerra y estancia en tierra extraña; la fama póstuma, olvido. ¿Qué, pues, puede darnos compañía? Única y exclusivamente la filosofía. Y ésta consiste en preservar el guía interior, exento de ultrajes y de daño, dueño de placeres y penas, si hacer nada al azar, sin valerse de la mentira ni de la hipocresía, al margen de lo que otro haga o deje de hacer; más aún, aceptando lo que acontece y se le asigna como procediendo de aquel lugar de donde él mismo ha venido. Y sobre todo, aguardando la muerte con pensamiento favorable, en la convicción de que ésta no es otra cosa que disolución de elementos de que está compuesto cada ser vivo.” (Marco Aurelio: Meditaciones, II, 17)    

Véase también la entrada Hércules ante la encrucijada, 21 de junio de 2013: http://tochoocho.blogspot.com.es/2013/06/hercules-ante-la-encrucijada.html