No recuerdo si corrían finales de los ochenta o de los noventa. Seguramente ocurrió en 1998.
Unos amigos arquitectos exponían un proyecto privado que habían iniciado por su cuenta -y posteriormente "tomado" por el Ayuntamiento de Barcelona-: la reconversión de las vías y equipamientos de ferrocarriles de la Sagrera, en Barcelona, en un gran parque junto con áreas residenciales, comerciales y de negocio, consistentes en un gran número de torres, y una estación de tren de gran velocidad, que esperaban pudiera realizar el arquitecto británico Norman Foster.
Este gran proyecto, origen del actual que lleva a cabo el ayuntamiento -o ejecutaba, ya que se halla en gran parte parado- iba a ser expuesto, gracias a amistades comunes, en una galería privada de arquitectura en Suecia.
Sabedores que el por el aquel entonces presidente de la Generalitat de Catalunya, el Muy Honorable Jordi Pujol, iba a acudir a este país, estos amigos se pusieron en contacto con la oficina presidencial para comunicar que jóvenes arquitectos catalanes expondrían en Suecia durante la visita presidencial.
La galería recibió la noticia que dicha visita tendría, en efecto, lugar. Los arquitectos se ufanaron en viajar al norte de Europa. Mientras el presidente recorría la muestra, su esposa, dirigiéndose a uno de los arquitectos, le preguntó si se dedicaba a proyectos de jardinería. Ante la respuesta afirmativa (el futuro parque de la Sagrera era un buen y sabroso ejemplo), le tendió su privada tarjeta de visita profesional, añadiendo, echándole flores: "jove, ferem bons negocis".
No sé quien pagaba el viaje de la esposa del presidente, dedicada a menesteres no necesariamente públicos. Menudencias.
domingo, 3 de agosto de 2014
sábado, 2 de agosto de 2014
DONALD RODNEY (1961-1998): IN THE HOUSE OF MY FATHER (EN LA CASA DE MI PADRE, 1997-1998)
Rodney es un joven artista británico de origen jamaicano. Murió de un tipo de un tipo de anemia incurable. Ésta es endémica en la isla de Jamaica, de dónde sus padres fueron obligados a emigrar.
La maqueta de una casa arquetípica se aguanta con alfileres. Los muros y el techo están levantados con tiras de la piel del artista, perdida, una y otra vez, durante la enfermedad. La piel, como la casa, envuelve y protege al ser.
La maqueta es una obre independiente, una pequeña escultura que el artista (fotografiado por un amigo), en el hospital sostiene en la mano. En cualquier momento puede cerrar ésta, y aplastar la casa, ya deshecha, como el propio cuerpo del artista hecho trizas.
Mientras el artista estaba en el hospital, su padre -la única raiz con su tierra natal, que le estaba matando- murió. No pudo acudir a su lado. Estaba o era prisionero de su cuerpo.
El hogar: un refugio, o un lugar de encierro. Quizá ambas cosas a la vez.
Obra recientemente integrada en la colección permanente del museo Tate Modern de Londres. Una de las más sencillas y mejores expuestas. No requiere largas explicaciones.
viernes, 1 de agosto de 2014
Arte simbólico (o D´Or is)
Toda obra de arte es simbólica. No solo las piezas primitivas, de formas masivas y cerradas, incapaz de materializar la incorporeidad del espíritu, como sostenían teóricos del arte decimonónicos, sino cualquier obra es un símbolo de los años, la cultura que la creó o en la que se creó. Al mismo tiempo, las grandes obras de arte trascienden su época porque son capaces, no solo de poner en contacto al presente o el futuro con el pasado sino que también se anticipan a lo que vendrá, y son señales de nuevos tiempos, semejantes a los del pasado.
Por este motivo, atesorar obras de arte permite un contacto directo con las voces del pasado que, sin mediación alguna, manifiestan lo que encierran a los hombres del futuro. La obra de arte, todo y siendo un reflejo y un fruto de su tiempo, trasciende el tiempo.
Existen razones espurreas para coleccionar hoy la obra de la pintora Doris Malfeito: acaba de fallecer, por lo que sus obras pronto dejarán de estar en el mercado, y, en este momento circunstancial, su cotización ha bajado (de unos nueve mil a cincuenta euros); pero la razón verdadera para atesorar la obra de esta artista es porque es un maravilloso y certero reflejo de un tiempo que se desvanece.
Hasta hace pocos años, ¿qué prócer no habría comprado, alegre y libremente, una obra cósmica -aunque Doris Malfeito también sabía retratar la realidad cotidiana-, de la que se escribía que "muestra un gran conocimiento de la astronomía; mediante un minucioso trazo de objetos celestes transporta al espectador hasta la inmensidad del macrocosmos. Erupción matérica y explosión de colores que denotan un gran dominio de la técnica plástica y que nos hacen reflexionar sobre la insignificante y minúscula existencia humana en un universo en constante transformación y movimiento", no una obra sino una exposición entera de cuadros y esculturas de quien era la esposa del Excmo. Sr. D. Maciá Alaavedra, fundador de Convergencia Democrática, y consejero, sucesivamente, de Gobernación, de Industria y Energía, y de Finanzas de la Generalitat de Catalunya, antes de, por azares de la vida, ver menguada su vida política y empresarial, junto a la de su esposa, por algunos temas anecdóticos?
Doris Malfeito exponía con las obras ya vendidas, aquí y en Nueva York, realizó encargos olímpicos, entró a formar parte de las mejores colecciones (como la Fundación Vila Casas) y fue, durante unos años maravillosos, la artista catalana por excelencia.
Hoy, que añoramos estos venturosos años, en los que las antipáticas fronteras entre lo público y lo privado, la vida política e industrial, eran flexibles (las obras cósmicas de Doris Malfeito supieron trasmitir la nebulosa, la incierta frontera entre lo humano y lo divino, así como los alargados y ondulantes apolíneos cuellos de los cisnes que serpentean hasta rodear, como un abrazo, del oso o no, a su conquista), así como las, tan humanas y convencionales, que separan países como Cataluña y Andorra, bueno sería recordar la obra de Doris Malfeito, intuyendo que, muy pronto, esta época, dorada o plateada, resurgirá, y Doris Malfeito volverá a anunciar e iluminar esta bendita y anhelada época. Los años cincuenta, en Cataluña, no se entienden sin Pedro Pruna; Montserrat Gudiol, y Joan Pere Viladecans alumbran a los sesenta; ¿cómo adentrarse en la edad de oro, entre los años ochenta y el primer decenio del siguiente siglo, sin la fuerza cósmica, la sensibilidad por los gustos, los anhelos y procedimientos de una sociedad, de Doris Malfeito?
Por este motivo, atesorar obras de arte permite un contacto directo con las voces del pasado que, sin mediación alguna, manifiestan lo que encierran a los hombres del futuro. La obra de arte, todo y siendo un reflejo y un fruto de su tiempo, trasciende el tiempo.
Existen razones espurreas para coleccionar hoy la obra de la pintora Doris Malfeito: acaba de fallecer, por lo que sus obras pronto dejarán de estar en el mercado, y, en este momento circunstancial, su cotización ha bajado (de unos nueve mil a cincuenta euros); pero la razón verdadera para atesorar la obra de esta artista es porque es un maravilloso y certero reflejo de un tiempo que se desvanece.
Hasta hace pocos años, ¿qué prócer no habría comprado, alegre y libremente, una obra cósmica -aunque Doris Malfeito también sabía retratar la realidad cotidiana-, de la que se escribía que "muestra un gran conocimiento de la astronomía; mediante un minucioso trazo de objetos celestes transporta al espectador hasta la inmensidad del macrocosmos. Erupción matérica y explosión de colores que denotan un gran dominio de la técnica plástica y que nos hacen reflexionar sobre la insignificante y minúscula existencia humana en un universo en constante transformación y movimiento", no una obra sino una exposición entera de cuadros y esculturas de quien era la esposa del Excmo. Sr. D. Maciá Alaavedra, fundador de Convergencia Democrática, y consejero, sucesivamente, de Gobernación, de Industria y Energía, y de Finanzas de la Generalitat de Catalunya, antes de, por azares de la vida, ver menguada su vida política y empresarial, junto a la de su esposa, por algunos temas anecdóticos?
Doris Malfeito exponía con las obras ya vendidas, aquí y en Nueva York, realizó encargos olímpicos, entró a formar parte de las mejores colecciones (como la Fundación Vila Casas) y fue, durante unos años maravillosos, la artista catalana por excelencia.
Hoy, que añoramos estos venturosos años, en los que las antipáticas fronteras entre lo público y lo privado, la vida política e industrial, eran flexibles (las obras cósmicas de Doris Malfeito supieron trasmitir la nebulosa, la incierta frontera entre lo humano y lo divino, así como los alargados y ondulantes apolíneos cuellos de los cisnes que serpentean hasta rodear, como un abrazo, del oso o no, a su conquista), así como las, tan humanas y convencionales, que separan países como Cataluña y Andorra, bueno sería recordar la obra de Doris Malfeito, intuyendo que, muy pronto, esta época, dorada o plateada, resurgirá, y Doris Malfeito volverá a anunciar e iluminar esta bendita y anhelada época. Los años cincuenta, en Cataluña, no se entienden sin Pedro Pruna; Montserrat Gudiol, y Joan Pere Viladecans alumbran a los sesenta; ¿cómo adentrarse en la edad de oro, entre los años ochenta y el primer decenio del siguiente siglo, sin la fuerza cósmica, la sensibilidad por los gustos, los anhelos y procedimientos de una sociedad, de Doris Malfeito?
jueves, 31 de julio de 2014
HRAIR SARKISSIAN (1973): EXECUTION SQUARES (PLAZAS PARA EJECUCIONES, 2008)
Una de las nuevas series de obras que el museo Tate Modern de Londres expone en su colección permanente consiste en fotografías de gran tamaño, del artista sirio Sarkissian, nacido en Damasco y hoy instalado en Londres, de plazas de Damasco y Alepo donde han tenido lugar, hasta esta fecha, ejecuciones públicas recientes, tras las cuales los cuerpos quedaban expuestos durante horas al sol y a la vista de los transeúntes.
Las fotografías muestran las plazas en días de fiesta, a primera hora de la mañana, vacías, muertas, a la espera, pues, de los condenados.
Pocas obras modernas, sin aspavientos, transmiten mejor el horror de la muerte aplicada por la mano del hombre sobre un semejante.
Cualquiera que haya estado en estas ciudades reconocerá estas plazas centrales.
La muestra Mediterráneo. Del mito a la razón, en Caixaforum, Madrid (julio-diciembre de 2014) destaca la importancia de la plaza pública mediterránea, como lugar de diálogo e intercambio. Nos olvidamos que también era el lugar donde el gobierno ejecutaba -y ejecuta- públicamente a quienes supuestamente poner en peligro el orden público que la plaza simboliza y atesora.
Véase las páginas web siguientes:
http://www.hrairsarkissian.com/Portfolio/Pages/Execution_Squares.html
http://www.tate.org.uk/context-comment/video/tateshots-hrair-sarkissian
sábado, 26 de julio de 2014
MACHO: BENIDORM (2012)
Macho es otro de los grupos liderados por el arquitecto, profesor y músico de Barcelona, Ramón Faura, más conocido como Le Petit Ramon.
Dado el turismo que, el estío pulula, de noche y de madrugada, por el casco antiguo de Barcelona, este tema debería ser el himno de una ciudad, Barcelona como Benidorm, convertida en un anuncio de camisetas imperio, bambas hasta la altura de los tobillos y shorts shorts shorts a la altura de las axilas.
http://machomacho.bandcamp.com/track/benidorm
STÉPHANE COUTURIER (1957): BARCELONA (2008) & ALGER (CITÉ CLIMAT DE FRANCE, 2012-2013)
Su reciente retrato del inmenso bloque de quinientas viviendas Climat de France (1954-1957), del arquitecto francés Fernand Pouillon (1912-1986), en Argel, es también devastador.
Planificado y construido como un monumento concebido como un cenotafio, libre de las turbulencias vitales, la Cité Climat de France es hoy, como bien muestra Couturier, una ruina gangrenada por las necesidades y las miserias vitales -o quizá sea hoy lo que tenía que ser, contrariamente al sueño del arquitecto-, y expone el abismo que media entre la visión y la realidad. Es posible que la arquitectura no debería construirse nunca.
Stéphane Couturier - Alger, Climat de France - Cour des Deux Cent Colonnes from stéphane couturier on Vimeo.
Nota: "Clicar" sobre la imagen. Remite directamente al portal de Vimeo donde se activa legalmente la filmación.
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