Fotos: Tocho & Tiziano Schürch, noviembre de 2018
Tres delgadas capas superpuestas, de unos quince por ocho metros cada una, compuestas por reproducciones en hormigón gris de ocho tipos de pequeñas piezas de madera de un juego de construcción infantil, encajadas unas contra otras, sin separación alguna entre ellas, formando un insólito mosaico de delgados cilindros, pequeñas pirámides y paralelepípedos de varios tamaños. Unas pocas piezas, ocho en total, están teñidas de colores vivos.
Una vez construido el mosaico -un fino volumen dispuesto en el suelo-, se empieza a desmontar; se van extrayendo, levantando o girando piezas. Se excava a fin de llegar hasta los elementos que se quiere realzar. Poco a poco, el mosaico se orada. Aparecen cortes, fallas y taludes. Las piezas, hasta entonces horizontales, se disponen verticalmente, creando volúmenes que se destacan de la superficie superior, sobre todo cuando vierten hacia los huecos creados por la retirada o el alzamiento de las piezas. El paisaje urbano se funda en diversos estratos superpuestos. Éstos de desmontan, pero dan lugar a construcciones sólidamente ancladas. Éstas se alzan solo porque existen niveles de asentamiento, y los volúmenes que configuran algo así como una gran maqueta urbana solo cobran presencia cuando la base que los sustenta es desgarrada. Se construye hiriendo la tierra. Los cuerpos cobran forma tras el vaciado, los cortes profundos abiertos en la masa.
Nada une las piezas salvo la presión que ejercen unas sobre otras. Los alzamientos, los movimientos "de tierra", son los que mantienen las piezas en su sitio. Sin embargo, no se emplea ningún material de unión. Por tanto, las piezas son extraíbles (es un juego que, como todo juego, imita críticamente la realidad). Presentan un cierto juego. Se desplazan ligeramente. En cualquier momento pueden derrumbarse ante un envite excesivo. La instalación es una buena imagen de la suerte de Beirut, que se levanta sobre sus propias ruinas, ruinas con las que se reconstruye en el mismo lugar, capa sobre capa.
Architecture Lessons es una instalación del joven arquitecto y artista libanés, Rayyane Tabet -ya presentada en este blog, pero de la que hoy, tras su instalación, durante días, se tiene un conocimiento directo-, que el Instituto Valenciano de Arte moderno (IVAM, Valencia) ha incluido en la muestra Habitar el Mediterráneo que se inaugura el jueves 29 de noviembre, y que incide en la frágil condición de las estructuras arquitectónicas y urbanas, y los modos de vida que acoge, siempre a punto de desaparecer. Seguramente se trata de una de las obras más sugerentes de la exposición.