jueves, 3 de febrero de 2011

(El retorno) de las casas del alma
































Urnas cinerarias etruscas en forma de casa, en piedra o en terracota, entre los siglos VII y V aC, del Museo Etrusco de Chianciano Terme, en Chianciano, cerca de Chiusi (Italia).
Tamaño aproximado: base 50x30 cm, altura: 40 cm, salvo las piezas 4, 8 y 9, de 30x20x15 cm, aproximadamente.
Las cinco primeras están permanentemente expuestas. El resto, en las reservas: jamás expuestas ni publicadas (el museo posee más, y su número crece cada año) . La primera, pintada, fue hallada intacta en 2001. No ha requerido restauración alguna. Los pájaros que la coronan, que simbolizan el alma del difunto -o son una ofrenda a una divinidad funeraria-, se hallaban incluso en su sitio.
Las urnas, junto con unos ciento cuarenta urnas canopio y treinte mil objetos votivos, proceden de Tolle, la mayor necrópolis etrusca del mundo, excavada desde 1985. El material, inédito, atesta tres reservas.


(Fotos: Tocho, con el permiso del director del Museo)

(Desde Chianciano Terme, cerca de Chiusi, en Italia)

El Museo Archeologico delle Acque di Chianciano Terme, en Chiusi (Italia), y el Museo delle Culture, de Lugano (Suiza), preparan conjuntamente una muestra, Le Case delle Anime, sobre maquetas arquitectónicas de la antigüedad, que se inaugurará en junio en Chiusi.

La exposición parte de Casas del alma, que tuvo lugar en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, en 1997, y cuyo catálogo ha servido de fuente de documentación de la presente muestra. En ambas se quería tratar el tema del imaginario antiguo del hogar, y valorar si aún es de recibo.

La muestra actual comprende treinta y cinco maquetas provenientes de museos italianos y extranjeros, y cinco de los fondos del propio museo. Incluye un tercio del casi centenar de maquetas expuestas en Barcelona. Pero añade una buena colección de casas del alma etruscas, provenientes de museos locales cercanos, y una pequeña muestra de maquetas de culturas no mediterráneas (precolombinas y del Extremo Oriente), de colecciones públicas suizas.

Ambas muestras, sin embargo, no son idénticas: en Barcelona, se incluyeron planos antiguos (sobre tablillas, papiros, placas de mármol), a fin de exponer los diversos sistemas proyectuales antiguos; la exposición que pronto se va a inaugurar solo contiene maquetas antiguas. La manera de dar forma a la idea mental del arquitecto no es el tema que se percibe, sino los valores que dichas imágenes vehiculan, y cómo son recibidas. Mientras en Barcelona, se trataba de ver la arquitectura desde los puntos de vista del creador (el arquitecto) y del receptor, en Chiusi se ciñen a la imagen que el receptor se hace a la vista de la arquitectura. El aprecio que siente ante su hogar se traduce en la "maqueta" que contendrá sus cenizas, y que le acompañará, le protegerá en su tránsito hacia el más allá. Son los valores del hogar el tema central de la muestra de Chiusi.
La muestra de Chiusi ordena las obras atendiendo a las funciones funerarias y voticas que cumple, así como a la miniaturización a la que somete el mundo, para dominarlo mejor, y para expresar su admiración ante él, convirtiéndolo en un mundo que cabe casi en la mano. 

Es extraño, y emocionante, ver que la muestra de Barcelona, de algún modo, aún sigue vigente y da frutos.

Ayer, tuvo lugar en el museo de Chiusi un encuentro para dialogar sobre el imaginario o los imaginarios del espacio doméstico sobre el o los que la exposición versará.
Y cena en Pesce di´Oro (http://www.ristorantepescedoro.it/), cabe el lago arificial de Chiusi (creado por los etruscos como lugar donde poner a prueba las naves con las que lucharían con griegos y cartagineses para dominar el Mediterráneo), en el que sirven brustico, un pescado lacustre al modo etrusco (cocido entero y sin limpiar, y ahumado, sobre un fuego violento con "madera" de cañas, y posteriormente vaciado, asado y macerdado en aceite y limón): extraordinario. Considerado el mejor restaurante toscano.

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