lunes, 21 de febrero de 2011
Memorias de un montador de exposiciones de arquitectura y diseño, II: Del bells oficis al disseny actual (1984)
Excelente, sobrecogedora exposición del fotógrafo español Brangulí, no muy conocido, en la sala de exposiciones de Telefónica en Madrid -que el CCCB de Barcelona acogerá en mayo-
Documentó la vida política, social y cultural de Barcelona entre principios del siglo XX y los años de la posguerra. Las imágenes fueron pensadas y tomadas como secuencias de series, y se exponen conjuntamente. Son testimonios duros y, sin duda, veraces. El ojo es clínico. Ni sentimental ni desdeñoso. Muestra objetivamente. El resultado, terrorífico. Las imágenes sobre la Barcelona de finales de la guerra civil, y de los primeros años de la posguerra revelan una ciudad entregada a los vencedores por la que campean impunemente nazis y fascinerosos, y en la que cruces, gamadas o no, llamean, entre el estamento político, militar y religioso, con la aquiescencia de lo que parece una sociedad civil pudiente, y sonriente, que enseña todos los dientes cuando caminaba contoneándose.
Esta exposición recordó el trabajo de documentación de una muestra dedicada a los setenta y cinco años del Fomento de las Artes Decorativas (FAD), financiada por la Caja de Ahorros de Barcelona, y que se presentó en el Salón del Tinell en 1984.
Dos años antes, el historiador y crítico de arte Daniel Giralt Miracle, propuso a los estudiantes habíamos documentado la presencia de objetos y obras de estilo art deco en la Exposición Internacional de Barcelona de 1929 (buscando unas seiscientas piezas para la muestra dedicada a celebrar el cincuentenario de aquélla -exposición conmemorativa que se presentó en la Fundación Miró de Barcelona, y que dirigió Ignasi de Solà Morales-), si queríamos llevar a cabo un trabajo documental parecido, buscando piezas para una muestra de homenaje a la agrupación del FAD desde sus inicios.
La historia de esta institución no estaba escrita. Se nos propuso hallar obras representativas de los socios más destacados desde la fundación del Fomento de las Artes Decorativas a principios del siglo XX. Pero no existían listas. La solución pasó por estudiar las actas de todas las juntas. El trabajo duró meses. Todas aquéllas fueron revisadas. Gracias a estos documentos se pudo saber quien había sido socio del Fomento, y qué actos y acontecimientos habían acaecido.
La historia de esa agrupación, abierta a las vanguardias de los años treinta, y simpatizante del GATCPAC, cambió drásticamente después de la Guerra Civil. El Fomento no cerró. Muchos socios siguieron. El presidente, desde 1922, (Santiago Marco) no cambió (siguió con pocos trabas y molestias hasta 1949); sí el tipo de actividades. Misas, actos políticos y religiosos de confraternización con las autoridades políticas y religiosas, loas al nuevo régimen, exposiciones de arte sacro, hasta los años cincuenta, fueron corrientes y, sin duda, inevitables. El estilo decorativo abandonó el tubo metálico y la baquelita en favor de las maderas oscuras. Sorprendió descubrir decoraciones enteramente de madera, de Marco, en pisos descomunales de la parte alta de Barcelona, llevados a cabo justo al acabar la guerra, ya en 1940.
Redactamos fichas para cada año. Transcribimos la mayoría de las noticias anotadas en las actas de las juntas del Fomento de las Artes Decorativas (luego FAD). A menudo, resumíamos los detalles en unas pocas frases.
El catálogo tenía que incluir una cronología. Cuando la entregamos, nos fue devuelta con la mayoría de las notas referidas a las actividades del Fomento durante la posguerra tachadas; o cambiadas: allí donde se exponía el vuelco ideológico de la agrupación, un bolígrafo rojo había anotado la resistencia de aquélla a las nuevas directrices del régimen. La confraternización devenía persecución. La historia del Fomento en los años cuarenta y principios de los cincuenta quedaba escamoteada; o alterada.
Nos negamos a firmar el texto. Pero éste no podía aparecer anónimamente. Se nos aseguró entonces que si "suavizábamos" alguna expresión (citada directamente de las actas), la cronología se publicaría íntegra. Aceptamos. Era correcta, se nos comentó. Pedimos verificar las galeradas. No era necesario: el texto no había sido modificado más. Se publicaba tal como lo habíamos entregado.
El catálogo se publicó unos después de la inauguración de Dels Bells Oficis al Disseny Actual, con unas quinientas piezas. Lo abrimos impacientes.
Nos quedamos blancos.
¿Hace falta comentar cómo quedó registrada la historia pormenorizada del Fomento de las Artes Decorativas o FAD?
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