martes, 19 de abril de 2011

Arquitectito español, 2...............

Esta misma semana (solo es martes y son vacaciones) ya llevo dos.

Entre las tareas del profesor universitario, se impone una nueva, casi inexistente hasta hace apenas dos años: la redacción en cadena de cartas de recomendación de estudiantes y de jóvenes arquitectos que buscan obtener une beca para proseguir estudios de tercer ciclo (máster, doctorado) en el extranjero.

Recuerdo que hasta hace poco, muchas becas se dejaban vacantes por falta de candidatos. En septiembre, la búsqueda de alumnos para convencerles que optaran a una ayuda, era desesperante. Un año, casi obligué, a última hora, a una brillante estudiante a que se presentara. Tuvo apenas una hora para decidir un tema de investigación. Obtuvo la beca. No tenía rivales.

Casi nadie quería seguir estudiando, ligados a una universidad. Se habían formado para ser arquitectos; deseaban lógicamente montar su estudio, proyectar, construir; para eso se habían prreparado durante seis o siete años; no para seguir encerrados en clases y bibliotecas. Solo los que teníamos miedo de construir o sabíamos que solo seríamos capaces de construir mediocridades optábamos por la enseñanza y el estudio profesionales.
La bolsa de trabajo de la universidad no daba abasto. Los estudios perseguían a los estudiantes a quienes les llovían las ofertas (con condiciones, empero, casi esclavistas). Tenían, eso sí, dónde escoger.

Hoy, la empresa pública Gisa lanza concurso de arquitectura que sabe que no se llevarán a cabo, ni se pagarán.

Profesores jubilados insisten en trabajar hasta gratis en la universidad -ocupando plazas que, de todos modos, no se podrían cubrir con jóvenes profesores por falta de presupuesto; aunque por lo que se les paga...

Y los mejores profesores huyen para no ver lo que acontece.

Ya solo queda a los estudiantes y jóvenes licenciados estudiar, reflexionar sobre el devastado territorio que los arquitectos, junto con promotores, constructores, inversores, especuladores, políticos y funcionarios, les hemos dejado en herencia. Y maldecirnos. Como mínimo.

1 comentario:

  1. Aun así, siempre quedará el hecho de que ello sea una opción positiva de vida, ¿no? :)

    Espero que lo de Irak avance...!

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