5: Mona Hatourm, Homebound (Lo hogareño), 2000
Las instalaciones de la artista libanesa Mona Hatoum, Home, y Homebound, convierten el espacio doméstico en un campamento militar, o de internamiento. La primera representa una mesa de cocina, en la que se disponen una serie de utensilios que se emplean para cortar, pelar, rayar los alimentos, para trocearlos y desmenuzarlos: son útiles metálicos y cortantes, similares a instrumentos de tortura. parecen exigir adiestramiento y malos modos.
Los útiles están conectados a la corriente. Se encienden como bombillas, advirtiendo, como señales, de un peligro. Ya no son útiles sino testigos.
La mesa de cocina se situa en un espacio delimitado por cables eléctricos o metálicos: definen el ámbito de la cocina, que es (o era, en Occidente) el ámbito femenino, como un espacio de reclusión, del que no se puede salir. El hombre no entraba en la cocina, solo los niños. La cocina se hallaba en la parte más recluida de la casa, o en la parte trasera, menos noble.
Este espacio se muestra como una metonimia del Hogar. Éste se convierte en una prisión, y los gestos más cotidianos en extraños experimentos propios de un campo de concentración.
El hogar, símbolo de recogimiento, se vuelve un espacio opresivo; la familiaridad que debería presidir el hogar, distanciamiento, frialdad, extrañeza y crueldad.
El espacio seguro se halla fuera del hogar.
Mona Hartoum es una emigrante de un país rodeado y sometido constantemente a tensiones internas y externas, mas su lectura del hogar, posiblemente, no se reduzca a su historia personal.
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