miércoles, 16 de marzo de 2016

LINA BO BARDI (1914-1992): MUSEO DE ARTE DE SAO PAOLO (MASP, 1958)







































Fotos: Tocho, marzo de 2016

La ciudad de Sao Paolo (Brasil) se extiende por un sinfín de colinas y hondonadas que ascienden escalonadamente hasta una estrecha franja horizontal, o carena, recorrida por la larga y recta Avenida Paulista. A mitad de recorrido, un belvedere se asoma a lado y lado de la carena a dos precipicios cubiertos por lo que se asemeja a la selva -y que ha sido conservadas. Sobre esta plataforma se alza el Museo de Arte Moderno, suspendido, colgado de dos pórticos, de modo que la vista de ambos abruptos tajos invadidos por bosques tropicales se mantiene.

El museo, la obra maestra de la arquitecta italiana Lina Bo Bardi, no solo posee la mejor colección de arte occidental de América del Sur, sino que ésta se dispuso originariamente sobre paneles de vidrio, encajados en cubos de hormigón, dispuestos en medio de la única sala, a fin que los cuadros quedaran también suspendidos.
Esta disposición fue desmantelada en favor de una colocación más convencional que exigió la construcción de paneles.

La restauración del edificio ha favorecido la recuperación de la presentación original. Las obras se asemejan a apariciones. Flotan como rostros de la Verónica. Una multitud de rostros y cuerpos se enfrenta al espectador que, a medida que avanza y se da la vuelta descubre el anverso, el bastidor, la condición evanescente de la imagen. Lo que podría constituir un confuso bosque de cuadros deviene emanaciones de no se sabe donde que acrecientan el carácter irreal de las imágenes, pero mucho más verdaderas que los cuerpos de los espectadores. Imágenes imborrables que salen al encuentro antes de desaparecer.

4 comentarios:

  1. Sorprendente y audaz. Genial. Los cuadros por fin se separan de la pared del museo y restituyen su carácter de imagen y no de objeto, aunque por su reverso lo contradicen y muestran con sarcasmo la ambigüedad perpetua de toda pieza artística en dos dimensiones.

    El mismo concepto de este museo es revolucionario, estas salas sólo se pueden visitar en un sentido. Desde el anverso es un espacio plagado de fantasmas, y desde el reverso es un almacén que evidencia los andamiajes de los objetos rectangulares.

    Veo en las imágenes de Internet que los pilares en ángulo eran de color bermellón o carmesí y ahora no.

    Saludos.

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    1. ¡Exacto! Los cuadros, al mostrar el anverso, se descubren cómo "puras" imágenes, entes inmateriales.
      Se trata de un montaje permanente que podría crear una cacofonía e impedir apreciar las obras, pero el efecto logrado es lo contrario. Las obras adquieren aún más nobleza.
      Como el museo está en restauración, es posible que el color rojo se recupere. Concretamente, los pórticos rojos exteriores de los que cuelga la caja del edificio, están ahora cubiertos por telas y andamios, pero el color rojo se mantiene
      Muchas gracias por las observaciones

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  2. Me parece una idea extraordinaria, és cierto, las obras se ennoblecen.Las observaciones de Belart son estupendas.

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    1. ¡Cierto! La lectura de Belsrt sobre la doble cara de las imágenes explica perfectamente su fuerza, su ambigüedad, y la razón del montaje que logra "puras" imágenes en el espacio sin el soporte de un muro que parece tener siempre que asistirlas como si las imágenes no pudieran valerse por sí mismas
      Muchas gracias por esos comentarios que ayudan a valorar el trabajo de Lina bo Bardi

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