jueves, 30 de marzo de 2023

Pongo




¿Pero qué hemos hecho mal en Barcelona? ¿En qué hemos fallado? Por qué se nos ningunea? ¿No estamos a la altura? ¿Tan provincianos somos? Contritos estamos, dispuestos a hacer acto de contrición por nuestras faltas que tanto nos merman.

¿Acaso nos nos merecemos, pobres de nosotros, una cabeza de ésas de, no sabemos, ciento cincuenta metros de alto, como mínimo - así, por lo bajo-, que esconda la fachada de la Pedrera, por ejemplo, o del Palacio de la Música, todas las fachadas, que digo, una , cinco, diez, cincuenta, una en cada plaza, en cada esquina, delante, sobre, debajo de cualquier edificio, público, privado, “okupado”, cabezas XXXL, blancas, negras, broncíneas, de mármol, hormigón, madera, bronce, chocolate -¿cómo las pastelerías no se han puesto de acuerdo ya para vender monas de Pascua en forma de cabeza esta Semana Santa?-, en todas partes, y no como en Nueva York que la han plantado tan lejos de Manhattan, en otra orilla, allá en el horizonte, que apenas se percibe como una mota en el ojo?

Y, mientras, las instituciones pagan por tan originales obras, los estudiantes de Bellas Artes y los artistas jóvenes, con una visión renovada, deberán esperar becas y ayudas que no llegan, no vayan a creer que todo el monte es orégano.

#gigantesycabezudosforeverforbarcelona


“Dar la cabeza:

Pasar  en un funeral por delante de los familiares al dar el pésame. Hacer acto de presencia en un lugar con el propósito de ser visto”.


Agradecimientos a HT y AM.



2 comentarios:

  1. Pero ¿quién decide tamañas barbaridades visuales? Menos mal que no la han incrustado en la fachada ad aeternum.

    Pongo. Leyendo ahora Los ríos profundos, de Arguedas, el término pongo sale con frecuencia. Un indio que trabajaba de criado. Pero también debe haber una especie de primate con ese nombre.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No conocía esta novela. Muchas gracias.
      Acerca de la autorización de la ocupación del espacio público ante un edificio twn visitado, el desconcierto es absoluto. El permiso debe de ser, supongo, municipal, lo que aún es más insólito dado el cuidado con el que se afirma se trata el espacio común. Un desaguisado estético y social.

      Eliminar