miércoles, 16 de octubre de 2013

MARÍA BLEDA (1969) & JOSÉ MARÍA ROSA(1970). CIUDADES / ESTANCIAS (1998-2006)

















Ciudades















Estancias


No se trata ni siquiera siempre de ciudades en ruinas. Allí, recortada contra un cielo bajo, hubo una ciudad en la antigüedad. Hoy,  alguna piedra desplazada, quizá tallada aunque ya roma, indica la presencia de un enclave. Éste se halla ahora en la imaginación del visitante. Sabe que la ciudad estuvo allí; quizá sea incluso capaz de vislumbrarlas, pero las trazas son mínimas o inexistentes. Las piedras han rodado y se han mezclado con los cantos rodados. Se han desvanecido. Pero se intuye que no fueron ciudades imaginarias.

La segunda serie de Bleda & Rosa documenta estancias palaciegas que fueron, al mismo tiempo, hogares. La imagen encuadra una esquina cubierta, aunque se abra el paisaje. Ofrece aun un techo protector. Desvelar la otra cara, el "rostro humano" del poder, ha sido, casi siempre, el trabajo del artista. Por un lado, la exaltación, por otro, las grietas que denotan que lo que se muestra, un rostro o un espacio, es terrenal, y está condenado.
Muros de palacios de la antigüedad  desconchados, suelos ajados o hundidos,  estancias vacías invadidas por la humedad. Fueron grandes y lo siguen siendo. No han perdido la majestuosidad. Pero también fueron refugios y no solo imágenes de grandiosidad. Poseían rincones en los que refugiarse para dar la espalda al mundo, y acurrucarse.

Las fotografías de Bleda y Rosa pueden pasar desapercibidas. No muestran casi nada; Quizá por eso, son emotivas.

https://www.facebook.com/pages/Bleda-y-Rosa/180593891955702

El monstruo de las galletas, o qué suerte tienen los jóvenes arquitectos españoles

Un decano de un Colegio de Arquitectos imparte una conferencia para aconsejar y dar ánimos a estudiantes de arquitectura y jóvenes arquitectos, en paro. Quiere mostrarles posibles vías de trabajo.
Les hace ver la suerte que tienen. Han sido tan bien y tan variadamente formados en distintas disciplinas, que el proyecto y la construcción no son las únicas salidas. Trabajar en un despacho, propio o ajeno (en un momento en que los despachos cierran , se encogen o se vacían) no es el fin, no. Ancha es Castilla.
Pueden prosperar, por ejemplo, amasando y horneando cookies (un tipo de galleta apelmazada y mazacota) en la cocina, o pueden instalarse en Valencia donde participarán del próspero mundo de los videojuegos. Una proyección de caras felices corrobora las recetas.
¿Quién no querría ser joven ante tantas alegrías?

Nos merecemos los Barcelona World y los Eurovegas -donde, no cabe duda, se consumirán cientos, miles de galletitas llenas de granos, y un sin parar de videojuegos.


VENGA MONJAS: MADRID 2020 (2013)

martes, 15 de octubre de 2013

JON HOPKINS (1979): A TEMPLE (UN TEMPLO, 2010)

ERIC RAVILIOUS (1903-1942): HIGH STREET (CALLE MAYOR, 1938)
























Dos hechos han acaecido en la historia del arte moderno, que pueden hacernos mirar por vez primera la obra de un modesto artista inglés, grabador y acuarelista, Eric Ravilious.
Algunos museos de arte contemporáneo, creados a finales del siglo XX, y carentes de colecciones permanentes con entidad, marcados por los precios inaccesibles de los grandes artistas del siglo XX, de Picasso a Pollock, lo que les impide adquirir obras importantes o de artistas de primera fila, han decidido, bajo la excusa (válida, al fin) de reescribir la historia de arte, fijándose en nombres y escuelas o movimientos desatendidos por las grandes colecciones públicas internacionales (MoMA, Tate Modern, Centre George Pompidou, etc.) -obras de Brasil, Iraq, Colombia, etc.-, adquirir o aceptar obras menos expuestas, más desconocidas, consideradas, hasta ahora, como notas a pie de página de la historia considerada "oficial" o canónica -logrando, en algún caso, una "nueva historia oficial".

Por otra parte, varias exposiciones temporales recientes se han centrado en mostrar juguetes y libros ilustrados infantiles por grandes artistas del siglo XX, postulando que la sencillez, el esquematismo, los colores claros y puros del arte moderno, sobre todo del Fauvismo, el Expresionismo, el Constructivismo y el Neoplasticismo, casaban bien con ilustraciones de libros para niños. De algún modo, estos artistas, cuyas ventas no siempre les permitían mantenerse, hallaron a veces en la ilustración infantil una vía de escape y manutención. Pero la relación entre arte de vanguardia e ilustración infantil era biyectiva. La práctica de estas imágenes, dibujadas, grabados o recortadas, pudo también influir en la concepción y la práctica de las artes plásticas. El esquematismo y el color saturado, atractivos para los niños, llevaron, quizá, a que los artistas vieran y tradujeran el mundo con esquemas procedentes de su labor de ilustrador.

Entre estos artistas, menores, y de vanguardia, conocidos por un excelente libro infantil, se halla Eric Ravilious con su obra dedicada a ilustrar una calle mayor típica de cualquier ciudad media inglesa.
Una delicia, reeditada regularmente en inglés.