martes, 15 de octubre de 2013
ERIC RAVILIOUS (1903-1942): HIGH STREET (CALLE MAYOR, 1938)
Dos hechos han acaecido en la historia del arte moderno, que pueden hacernos mirar por vez primera la obra de un modesto artista inglés, grabador y acuarelista, Eric Ravilious.
Algunos museos de arte contemporáneo, creados a finales del siglo XX, y carentes de colecciones permanentes con entidad, marcados por los precios inaccesibles de los grandes artistas del siglo XX, de Picasso a Pollock, lo que les impide adquirir obras importantes o de artistas de primera fila, han decidido, bajo la excusa (válida, al fin) de reescribir la historia de arte, fijándose en nombres y escuelas o movimientos desatendidos por las grandes colecciones públicas internacionales (MoMA, Tate Modern, Centre George Pompidou, etc.) -obras de Brasil, Iraq, Colombia, etc.-, adquirir o aceptar obras menos expuestas, más desconocidas, consideradas, hasta ahora, como notas a pie de página de la historia considerada "oficial" o canónica -logrando, en algún caso, una "nueva historia oficial".
Por otra parte, varias exposiciones temporales recientes se han centrado en mostrar juguetes y libros ilustrados infantiles por grandes artistas del siglo XX, postulando que la sencillez, el esquematismo, los colores claros y puros del arte moderno, sobre todo del Fauvismo, el Expresionismo, el Constructivismo y el Neoplasticismo, casaban bien con ilustraciones de libros para niños. De algún modo, estos artistas, cuyas ventas no siempre les permitían mantenerse, hallaron a veces en la ilustración infantil una vía de escape y manutención. Pero la relación entre arte de vanguardia e ilustración infantil era biyectiva. La práctica de estas imágenes, dibujadas, grabados o recortadas, pudo también influir en la concepción y la práctica de las artes plásticas. El esquematismo y el color saturado, atractivos para los niños, llevaron, quizá, a que los artistas vieran y tradujeran el mundo con esquemas procedentes de su labor de ilustrador.
Entre estos artistas, menores, y de vanguardia, conocidos por un excelente libro infantil, se halla Eric Ravilious con su obra dedicada a ilustrar una calle mayor típica de cualquier ciudad media inglesa.
Una delicia, reeditada regularmente en inglés.
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Ciertamente usted fue pionero, mostrando en una exposición que comisarió en el año 2004, una muñeca autómata del siglo XVIII
ResponderEliminarVioleta
Recuerdo exposiciones en el Centro Georges Pompidou, en París, en los años ochenta y noventa, en las que una época, un movimiento, eran evocadas por todo tipo de artefactos: obras de arte, artesanía, diseño gráfico e industrial, moda, etc.
ResponderEliminarEsta manera de ver y juzgar llegó tardíamente a España (al MACBA, en particular).
Jean Clair, a finales de los noventa, mezcló aparatejos científicos y obras de arte, a fin de retratar mejor cómo una época enfocaba un problema o un tema.
Viendo esas bonitas ilustraciones, de composición tan variada, se siente la tentación de colocar algunas etiquetas de "ismos". Personalmente creo que debemos resistirla. Aunque es indudable que la ilustración no puede aislarse de esos movimientos, el arte contemporáneo se aisló de la intendencia del mundo cuando los artistas dejaron de trabajar por encargo y empezaron a hacer mayormente lo que se les ocurría (esperando venderlo a alguien indeterminado, toda una novedad). Contrariamente, la ilustración de un libro era un encargo bastante acotado. No sólo por los temas sino por las antiguas limitaciones de impresión; ahí entran la cortedad de la paleta (en este caso parece que de sólo tres tintas) y los colores planos. No sé si eso pudo influir en la pintura; tal vez, aunque el grabado ya tenía sus limitaciones.
ResponderEliminarSaludos,
Santiago
Quizá no sea una casualidad si los primeros artistas modernos importantes hubieran sido, amén de pintores, también ilustradores, familiarizados con las tintas planas, desde Manet hasta Toulouse Lautrec, por ejemplo.
ResponderEliminarEs muy posible, pues, que la impresión en tonos planos haya contribuido a que los pintores hayan pensado en "aplanar la imagen".
Creo que los grabados japoneses, de tonos también planos, que los artistas, como Zola, van Gogh o Manet coleccionaban o apreciaban, también contribuyeron a cambiar la pintura occidental.
Gracias por este recordatorio.