Agradecimientos a la alcaldesa de Tossa de Mar, Dª Gisela Saladich, y al arquitecto Marc Manzano, estudioso de la casa, por todos los datos suministrados y, sobre todo, al arquitecto municipal Gonzalo Alcaraz, por su amabilidad, disponibilidad y facilidades concedidas para la visita.
Ocupada ilegalmente durante unos años desde que el último propietario vendió la finca en 2000, saqueada varias veces, dañada intencionadamente, con grietas preocupantes -aunque estructuralmente aún sólida-, y problemas de humedad puntuales, abandonada por el departamento de Cultura de Generalitat de Catalunya que no dispondría de ciento veinte mil euros para su restauración -un presupuesto cuatro veces inferior a ciertos actos recientes patrióticos-, catalogada, en cambio, como Bien Cultural Local por el Ayuntamiento de Tossa, con varios arquitectos de Tossa o relacionados con esta villa preocupados por la integridad de la casa y del jardín y promotores de cuantas iniciativas puedan emprenderse para salvar la Casa Acerbi, de 1940, éste solo se podría restaurar con fondos privados (a cambio, sin embargo, de un uso en parte también privado).
La casa a cuatro vientos, con dos entradas (principal, en la fachada delantera, y de servicio, en la posterior), comprende dos plantas. La planta baja acoge dos estancias, de plantas rectangular (proporcionada según la sección aúrea) -con una sencilla y modulada chimenea baja empotrada en el muro-, y cuadrada, articuladas por un espacio abierto de planta circular que actúa de gozne, enlosadas con piezas cerámicas dispuestas en diagonal, de manera que las juntas recorren los tres espacios unidos y apuntan a la escalera principal, situada a un lado; el acceso al núcleo de dicha escalera; cocina y áreas de servicio; estando los dormitorios y baño en la planta superior cubierta por una terraza a la que desemboca la escalera que organiza volumétricamente y en planta todo el edificio aterrazado. Este núcleo, recorrido por una escalera de caracol, se ilumina por una ventana vertical continua hecha de "pavés" alemanes en perfecto estado.
La planta baja dispone de calefacción, integrada en los muros. La carpintería original, así como el despiece de la puerta de entrada, es o era de hierro pintado.
La casa, un ejemplo único en Cataluña, necesita una intervención urgente, imposible de acometer en estos momentos.
Tan solo sirve como caseta para los propietarios y empleados del parking privado circundante.