TEXTO DE PRESENTACIÓN
Más allá de la idílica visión del mar Mediterráneo que
retrataran los pintores norteños, fascinados por la luz, de principios del
siglo XX, el Mediterráneo engloba una superposición, una mezcla y una
confrontación de lenguas, culturas y religiosas desde los inicios de la
historia. Se trata también de un marco urbano, compuesto por ciudades
históricas, destruidas y reconstruidas, por aglomeraciones ilusorias de
vacaciones, y por campamentos de quienes no tienen acceso a la ciudad. El Mediterráneo
acoge a ciudadanos desde la Grecia antigua, lo que conlleva el rechazo de todas
las personas que permiten que la ciudad viva pero a las que no se les otorga el
título de ciudadano, y compone el escenario de hábitos y costumbres, de modos
de vida, moldeados por un hábitat que los deja respirar o los constriñe. El mar
Mediterráneo es un mar de fondo. Habitar
el Mediterráneo es una exposición con un mosaico de imágenes, de obras de
la antigüedad y contemporáneas, de artistas de todas las riberas, que traducen
la compleja, contradictoria, inclusiva y excluyente imagen de pueblos y
ciudades, levantados con muros que ceden el paso o que amurallan, bajo una luz
que echa luz o que ciega.