sábado, 16 de junio de 2018

ALBERTO BURRI (1915-1995): GIBELLINA (1984-1989, 2015)











El pueblo de Gibellina, de origen árabe, situado en lo alto de una colina (jebel significa montaña, en árabe), cerca de Trapani, al oeste de la isla italiana de Sicilia, desapareció hace exactamente cincuenta años (1968). Quedó tan dañado por un terremoto, que fue imposible restaurarlo.
Se edificó Nova Gibellina, cerca de las ruinas. Los mejores arquitectos y artistas italianos participaron en el proyecto de edificios públicos y en la ornamentación o dignificación del espacio público.
El pintor Alberto Burri desistió. Pero la devastación le conmovió.
Cubrió las ruinas con una gruesa capa de cemento blanco de metro y medio de alto por trescientos cincuenta metros y doscientos cincuenta metros de lado, con una superficie de ocho mil metros cuadrados, dispuesta como escamas separadas por una trama de pasos que seguía -y mostraba- la sepultada la trama urbana.
El inmenso manto, que evocaba un sudario y se adaptaba a las ondulaciones del terreno, como una sábana estirada al viento, se asemejaba a la tierra reseca y cuarteada.
La lechada blanca cubrió la tierra como la lava de los volcanes Etna, Stromboli y Vulcano -Sicilia es una tierra de volcanes- . El molde de las calles que afloraban recordaba los moldes de los habitantes de Pompeya cubiertos por la lava y las cenizas del Vesubio, pero esta placa -por la que se transita, como si lo que constituye un pueblo, sus calles, sus vías de comunicación, contacto e intercambio, estuvieran aún dispuestas a ser recorridas, como nervios o venas- también se asemeja a la sólida base de una nueva edificación, un alto podio a la espera de la venida, manteniendo las trazas del desaparecido pueblo, inscrito su recuerdo en el mismo lugar en el que se asentaba.

La inmensa escultura, completada en 2015, es quizá una de las obras más hermosas de Sicilia, junto con la carena de templos griegos que velan también por una ciudad desaparecida, la antigua Agrigento, sepultada por las espantosas construcciones modernas fruto de la codicia, la especulación y la miseria -moral.
 

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