lunes, 13 de junio de 2022
IGOR STRAVINSKY (1882-1971): BABEL (1944-1945)
sábado, 11 de junio de 2022
….o azules
La arquitecta y escritora Inés Vidal comenta que en Ibiza y en general en Cataluña -podríamos añadir que en los países mediterráneos cristianos y musulmanes- se pintan las persianas de librillo de azul porque el azul ahuyenta a las brujas; eficaz también contra demonios y los malos espíritus.
viernes, 10 de junio de 2022
Verde que te quiero…., o porque las persianas son verdes
Fotos: Tocho, junio de 2022
Cuenta el arquitecto y profesor de instalaciones en la escuela de arquitectura del Vallés, Arcadio de Bobes, comentando las persianas metálicas negras que algunos arquitectos instalan hoy, que tradicionalmente las persianas de librillo en ciudades mediterráneas eran -y aún son hoy ocasionalmente- de madera -un material aislante, contrariamente al metal-, pintadas de verde agua u oscuro, porque el ojo es muy sensible al azul y al verde; son los colores que permiten ver mejor.
La luz tamizada que se filtra por los librillos de la persiana se tiñe levemente de verde, lo que permite que, en verano, en estancias con poca luz debido a las persianas cerradas a causa del calor y al impacto directo del sol de tarde, se pueda ver bien -mucho mejor que en otras estancias penumbrosas pero con luz cálida-, pese a la escasa iluminación, lo que evita tener que recurrir a la luz eléctrica, cuyo encendido aumentaría el calor ambiente.
Hoy, los paramentos metálicos de balcones y persianas, por el contrario, según la orientación, pueden llegar el aire hasta setenta grados, convertidos en calefactores veraniegos.
Agradecimientos a Arcadio de Bobes por su clara y evocadora explicación que desconocía (habría faltado a clase aquel día) -aunque supongo que arquitectos y constructores lo saben o deberían…..
jueves, 9 de junio de 2022
#MeTocho
Es usted un célebre arquitecto y docente en una escuela de arquitectura. Ésta dispone de una bolsa de trabajo regulada. Los estudiantes de arquitectura pueden encontrar ofertas de trabajo de los estudios que se han inscrito en dicha bolsa . La institución vela por la contratación; fija el precio por hora (entre ocho y veinte euros) y el número de horas.
Usted contrata al estudiante por unas horas al día. Nada le impide exigirle entonces el cumplimiento del doble de horas, por el mismo precio.
Puede también obtener un estudiante becario, pagado por la administración, para la realización de trabajos unas horas fijadas a la semana. Una vez en el estudio, puede contratar a dos estudiantes más, pagando a los tres con el dinero asignado a uno solo.
De estos modos podrá obtener trabajadores de último curso de carrera en su estudio, por ejemplo, que cobren entre un y cuatro euros a la hora.
Pero quizá no le vaya bien pagar, pese al trabajo que tiene. En este caso, lo mejor es contratar a un estudiante por el precio y las horas fijadas por la administración pública y, ya en el estudio, pedirle, cada mes, que le devuelva lo que le ha pagado.
Podría enfrentarse a una pequeña dificultad: la universidad le pedirá que abone un tanto por ciento de lo que tiene que pagar al estudiante, mas, con cumplir con este modesto impuesto y afirmar que respecta las condiciones fijadas en el contrato, ya no se le acusará de nada, aunque obviamente no vaya a pagar nada al estudiante.
Ningún estudiante denunciará a un estudio de arquitectura prestigiosa, y la administración no podrá tomar ninguna medida ante la falta de una denuncia y de pruebas.
Y así….
Arquitectito que vienes al mundo te guarde Dios.
Urbe y orbe
"Después de la ciudad, de la urbe, viene el orbe de la tierra, el llamado tercer grado de la sociedad humana: el hogar, la urbe y el orbe, en una progresión ascendente. Aquí ocurre como con las aguas: cuanto más abundantes, tanto más peligrosas."
(Agustín: La ciudad de Dios, XIX, 7)
Edificación (verdadera)
“Acerca de la morada, dónde debe levantarse y con qué material:
El lugar es el corazón, y el material son los pensamientos puros.
No cabe ninguna excusa para no edificar una casa. Posees el lugar.
Pero agranda el corazón para poder acoger no por una sola noche sino permanentemente”
(Hugo de San-Víctor: De Arca Noe Moralia -Reflexiones sobre el arca de Noé, IV, 1)
Hugo de San-Víctor fue un místico agustino germánico del siglo XI, y uno de los más importantes pensadores y escritores medievales que interpretó en clave alegórica, mística, textos bíblicos.
Hoy ha caído en el olvido. Casi no se encuentran ediciones modernas de sus escritos. No tendríamos tiempo de leerlo ni de reflexionar sobre éstos.
martes, 7 de junio de 2022
Judy & Mies
Fotos fijas de la película Ha nacido una estrella, de George Cukor, en 1954, con la actriz, bailarina y cantante Judy Garland
La llamada silla Barcelona, que el arquitecto Mies van der Rohe diseñó para el pabellón alemán de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929, no era una silla vulgar, sino un peculiar trono real para la visita del rey español Alfonso XIII.
Sea lo que sea, se trata del mueble más prodigioso del siglo XX, Junto con la gandula (o “chaise-longue) que el arquitecto suizo Le Corbusier o su ayudante la arquitecta francesa Charlotte Perriand dibujó por aquellos años (la tumbona solo está firmada por el arquitecto): un mueble particularmente incómodo -nadie logra levantarse a la primera y con cierta dignidad, debiendo realizar reiterados esfuerzos con la amenaza del lumbago-, pero imprescindible en todo interior de un arquitecto o un decorador moderno.
El gran escenógrafo de cine Malcom C. Bert, responsable de los decorados de la película musical de George Cukor, Ha nacido una estrella (recientemente proyectada en una cadena televisiva pública española), una de las mejores de la historia, con Judy Garland de protagonista , incluyó esta silla, tapizada de blanco, en la recreación de la suntuosa villa hollywoodiense de la protagonista interpretada por la actriz principal, convirtiéndose en uno de los símbolos del ascenso social del personaje que, en un célebre número musical, se las ve y se las desea para sentarse de lado, con las piernas cruzadas, en (el borde de) la silla, apoyándose casi agarrándose al borde del asiento para no caer en las profundidades abisales de aquél, o apoyándose tan solo en el dosel, las manos contra la barbilla, y las piernas estiradas en diagonal, dando la sensación que está sentada sin estarlo, pero que no desdeña el peculiar trono, pudiendo así levantarse airosamente sin perder el aliento y seguir cantando.
La perfecta encarnación del diseño inútil y necesario.