Fotos: Tocho, junio de 2022
Cuenta el arquitecto y profesor de instalaciones en la escuela de arquitectura del Vallés, Arcadio de Bobes, comentando las persianas metálicas negras que algunos arquitectos instalan hoy, que tradicionalmente las persianas de librillo en ciudades mediterráneas eran -y aún son hoy ocasionalmente- de madera -un material aislante, contrariamente al metal-, pintadas de verde agua u oscuro, porque el ojo es muy sensible al azul y al verde; son los colores que permiten ver mejor.
La luz tamizada que se filtra por los librillos de la persiana se tiñe levemente de verde, lo que permite que, en verano, en estancias con poca luz debido a las persianas cerradas a causa del calor y al impacto directo del sol de tarde, se pueda ver bien -mucho mejor que en otras estancias penumbrosas pero con luz cálida-, pese a la escasa iluminación, lo que evita tener que recurrir a la luz eléctrica, cuyo encendido aumentaría el calor ambiente.
Hoy, los paramentos metálicos de balcones y persianas, por el contrario, según la orientación, pueden llegar el aire hasta setenta grados, convertidos en calefactores veraniegos.
Agradecimientos a Arcadio de Bobes por su clara y evocadora explicación que desconocía (habría faltado a clase aquel día) -aunque supongo que arquitectos y constructores lo saben o deberían…..
No hay comentarios:
Publicar un comentario