domingo, 28 de agosto de 2022

El arquitecto que subió a los cielos



Erwin von  Steinbach es un arquitecto legendario medieval (s. XIII), de quien se tienen pocos datos, salvo que habría sido uno de los proyectistas de la fachada principal de la catedral gótica de Estrasburgo -aunque se le ha considerado también el proyectista de todo el templo, una de las cumbres del arte gótico catedralicio. 

La catedral de Estrasburgo es también célebre porque es la única que aún mantiene la logia masónica, o la caseta de obra de los albañiles (maçons, en francés) que junto con los tallistas, los pintores, los arquitectos, los teólogos, los herreros, los vidrieros formaron un equipo de trabajadores, liberados de sus respectivos gremios, para proyectar y construir una catedral. Las casetas de obra se desmontaban al acabar el edificio. La duración de la construcción de la catedral de Estrasburgo logró que la caseta -donde también se guardaban útiles, instrumentos, planos y libros de referencia- perdurara en el tiempo.

 El arte medieval, denostado por el clasicismo, suscitó la nostalgia de unos tiempos “puros”, en los que el trabajo artesanal y la piedad pautaban la vida, a principios del siglo XIX, y los edificios góticos dejaron de ser considerados obras de los godos o bárbaros.
El entusiasmo por esos tiempos también se manifestó en las artes plásticas, con la pintura de estilo trovador, que representaba escena piadosas, de amor cortés, ilustrativas del honor caballeresco.
Este estilo , risible hoy, llamado a veces prerrafaelista, que se oponía al clasicismo que Rafael encarnó, tubo en el pintor alemán Mortiz von Schwind (1804-1871) un artista entregado a una iconografía que ilustraba sobre las virtudes del amor puro y del trabajo desinteresado en favor de causas elevadas y de la salvación del alma, como en este cuadro que muestra al legendario arquitecto de la catedral de Estrasburgo llevado por los aires por el Arcángel Gabriel, para que pueda observar desde lo alto su obra magna la flecha de cuya torre quería alcanzar el cielo.

Agradezco al arquitecto, artista y profesor David Mesa, investigador en Múnich donde se halla este cuadro, la referencia a la obra, el artista y el arquitecto.
Los arquitectos también ascienden.

viernes, 26 de agosto de 2022

WINOLD REISS (1886-1953): INTERIORES Y RETRATOS















 

















Sea o no enteramente cierto que el arte y la arquitectura norteamericanos deben mucho a los artistas de vanguardia  europeos exiliados tras el ascenso del nazismo y durante la Segunda Guerra Mundial, lo cierto es que antes de la Primera Guerra Mundial un artista alemán, formado en el modernismo vienés, Widold Reiss, emigró a los Estados Unidos, primeramente a reservas de indios que le fascinaban, y luego a Nueva York, donde destacó tanto como retratista, sobre todo de afroamericanos de Harlem (un tema insólito), como en la decoración de interiores, a través de murales y de proyectos de espacios domésticos y de comercios -su trabajo como diseñador gráfico y como ilustrador también sobresale-, aportando el modernismo centroeuropeo, pronto evolucionado hacia un Art Deco cubista, que marcaría decisivamente la historia del interiorismo ( y de la retratistica) norteamericanos, si bien cayó en el olvido tras la Segunda Guerra Mundial, perdiéndose mucha obra: la mayoría de los interiores fueron derribados.
Hoy, Nueva York le dedica la primera exposición antológica de la historia, con lo poco que ha quedado

jueves, 25 de agosto de 2022

F.G. OSSANG (JACQUES PLOUGEAUT, 1956): SILENCIO (2007) & VLADIVOSTOK (2008)

 

 Sobre este poeta y cineasta "experimental" francés, véase, por ejemplo, este enlace.

Sobre el cortometraje Silencio, véase este enlace.


 

 Sobre el último cortometraje del cineasta, la ciudad rusa de Vladivostok, véase, por ejemplo, este enlace.

ROLF KÜHN (1929-2022): CITY CALLING (1974)

 

 


Sobre este compositor y músico de música "clásica" y de jazz alemán, recientemente fallecido, véase este enlace.

miércoles, 24 de agosto de 2022

TOM (THOMAS) WOOD (1951): LIVERPOOL (1978-2001)





















El fotógrafo -autodidacta- irlandés Tom Wood retrató, durante años, en color (cuando la fotografía en color era desdeñada), la ciudad de Liverpool y sus habitantes, nunca cazados a escondidas, sino pidiéndoles si querrían  posar, en unos entornos (pubs, centros deportivos, salas de fiesta) que los acogen y que dan sentido a los rostros, los gestos, las expresiones, a la manera de estar en el mundo.

Una exposición actual francesa, dentro del programa de los Encuentros fotográficos de Arles, evoca el trabajo de este artista:

https://centrephotographiemougins.



martes, 23 de agosto de 2022

Reliquia

 


Foto: Emmanuel Guigon, clavo de la cruz, iglesia de Arta, Mallorca 


Una reliquia es, literalmente, lo que queda de un ente o un ser, una vez éstos han desaparecido.

La reliquia está relacionada con la muerte ciertamente: en latín, reliquae (siempre en plural) designa los restos de comida, pero también las cenizas de un difunto.

Mas, en tanto que resto, una reliquia evoca también la vida, la resistencia a la desaparición. La condición de estar en permanente estado “existencial” de define bien en el latín reliquus, que debería traducirse por un ver o en gerundio: quedando, lo que insiste en el presente, en el doble sentido de la palabra: es lo que está aquí hoy, y lo que se ofrece (a los sentidos, a los demás): es un regalo.

La muerte causa las reliquias, pero no puede con ellas. Éstas son algo más que las huellas de lo que o de quién ya no está. Una huella señala un vacío, la pérdida presencia de quien ha producido una huella. Las huellas siempre son negativos de seres. La reliquia, por el contrario, forma parte de un ser o un ente. Una reliquia es una metonimia. Concentra en su figura, que siempre queda, cuyo ser es seguir quedando aquí y ahora, lo que “es” un ser. La desaparición de éste no es completa, porque la reliquia lo representa.

En castellano, los restos de comida son las sobras: lo que ha quedado porque no se ha querido, lo que llega a las sobras a su desaparición, porque son prescindibles y son molestas. Testigos engorrosos, vergonzosos, de un banquete excesivo, desmesurado. La desmesura siempre es una falta (de contención)..

Una reliquia ciertamente en un recuerdo de un ser, pero también el testimonio de que la desaparición no ha sido en vano, pues la reliquia encierra lo que en verdad fue lo que ya no es -si no es a través de la figura de un resto que es un todo. El sentimiento de pérdida muta, a través de la reliquia, en un sentimiento de plenitud y de agradecimiento. Seguimos pidiendo aferrándonos a algo ante el que el tiempo se ha detenido, dotando a la reliquia del aura de una aparición: lo que hubiera tenido que ya no ser sigue siendo, y para siempre.

La iglesia gótica de Arta, en la isla baleárica de Mallorca, conserva un clavo de la verdadera cruz (sobre la que el hijo de dios fue crucificado).

Sin entrar en el carácter fácilmente risible de las reliquias, cuyo número y cuyo volumen supera ampliamente el volumen del ser del que sin una destilación, las reliquias, como las obras de arte, nos exponen a presencias visibles sobre las que la noche no cae, presencias perdurables, símbolos de resistencia que abren la puerta a lo inefable y a la esperanza , a lo que vence al tiempo, al mortal inmortal: no evoca la pérdida sino que encapsula lo que merece ser recordado, el carácter de lo que se niega a desaparecer.


Agradecimientos a Emmanuel Guigon, director del museo Picasso de Barcelona, por el regalo de esta imagen