jueves, 1 de febrero de 2018

Teoría del arte

Teorizar consiste en estar atento a lo que acontece, lo que se muestra. Teorizar es dialogar. El diálogo se establece entre el espectador y la obra. Ésta no se somete a la contemplación y la interpretación del espectador, sino que ambos, obra y espectador, se tienen respeto, se "observan" y se abren el uno al obra.
Teorizar es prestar atención. (La) atención se presta. Se trata de un bien que se cede, se concede. Un regalo, una ofrenda. Revela el pleno reconocimiento del ente o el ser a quien se confía la atención. Nuestra atención, nuestra capacidad de atender (a los deseos y necesidades del otro o de lo otro) se deposita en éste o esto. Nos entregamos, confiamos lo que nos permite estar atentos, en contacto con el mundo. Nunca nos sentiremos más frágiles, afectados, expuestos y, al mismo tiempo, en confianza que en esta relación con la obra de la que esperamos que nos atienda y nos responda.
La teoría abre un espacio de diálogo. La obra es portadora de un mensaje que tiende al espectador si éste lo o la acepta. La obra pone a prueba la capacidad de aceptación y comprensión del espectador. Éste debe asumir la obra, reconociendo que ésta puede cerrarse en banda y no revelar, en todo caso, todo lo que encierra. La teoría, por tanto, nos invita a salir de nosotros mismos y a observar el mundo. Nos obliga aceptarnos, y a reconocer nuestros límites y limitaciones. El diálogo tiene lugar n un espacio compartido. Pero debemos ser capaces de escuchar y de aceptar que la obra es un otro yo cuya complejidad, cuyas contradicciones, cuya reserva no podré solventar ni vencer. La teoría invita a cuidar a lo que se revela. La obra pide respeto, una actitud respetuosa ante ella. Invita a escuchar lo que tenga a bien contarnos. Debemos también aceptar sus silencios. en ningún caso debemos forzar su significado. La obra tiene múltiples caras de las que muestra algunas si somos capaces de atenderla o atender a aquéllas.
La teoría es una invitación a atender a lo que se me abre. La obra es una apertura al mundo.Aspectos, amables o dolorosos, de éste, se descubren a través de la obra. Aspectos que la obra recoge y muestra, si sabemos atenderla. Miramos o sentimos la obra, pero ésta también nos siente nos observa. La teoría es un cruce de miradas que expone, en dicho encuentro, lo que de otro modo, permanecería oculto. La teoría invita a ir al encuentro del mundo, al mismo tiempo que permite a éste revelar lo que encierra para nosotros. Las cosas, las obras adquieren sentido cuando nos acercamos, siempre manteniendo cierta distancia. Distancia que no implica mostrarse distante sino colocarse a la distancia adecuada para la obra respire, y nos expire.
Teorizar es asumir la complejidad humana y del mundo que la obra expresa o simboliza. Teorizar es actuar como un ser humano, reconociendo en el otro, en la obra, a un igual que merece el mismo trato que nosotros y al que debemos exigir que nos trate bien. La teoría es un trato entre iguales que se confiesan -que confieran lo que tienen a bien contar, cuidando tanto la expresión como el silencio. La teoría es la asunción de que no estamos solos ni podemos actuar como si estuviéramos dolos. Invita a quedarse (quieto) y a escuchar, a aceptar que nuestra vida está guiada por los otros, y por las obras, que nos trazan un camino.
La capacidad de teorizar, de atender y mirar con cuidado, de tener cuidado, es lo que nos define como humanos. El arte y su contemplación nos constituye.   

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