El término sumerio sidim suele traducirse por constructor u arquitecto. Se ha discutido si es, en verdad, un vocablo sumerio -una lengua monosilábica sobre todo cuando nombra entidades o figuras comunes, como lo es un artesano, un técnico, un constructor.
Sin embargo, algunos especialistas sostienen que sidim es un término compuesto por dos palabras monosilábicas sumerias: sig4 o seg4, y dim. El segundo, el verbo dim, significa crear, incluso engendrar (crear vida, dar a vida); desde luego, construir. Sig4 o seg4 se traduce por ladrillo.
Un arquitecto sería aquel que construye desde el propio elemento básico de la construcción hasta el edificio entero, cuyas paredes resultan de la suma de unos ladrillos. Pero el ladrillo, al mismo tiempo, es una imagen en miniatura del edificio. Como en un juego de muñecas rusas, el ladrillo no está solo contenido en el edificio, sino que lo anuncia: la relación, de algún modo, es inversa: es el edificio el que ya está todo en un simple ladrillo.
Ocurre que ladrillo, seg4 o sig4, se podía escribir se-eb. Se era morar, habitar; también vivir; eb significa oval. Se-eb evoca una forma primigenia, un espacio matricial; un lugar que acoge, en el que la vida se genera y se recoge; una verdadera protección, que también alumbra. Un ladrillo es una promesa de hogar. Con la fabricación de los primeros ladrillos (fundacionales), el hogar está en ciernes, anunciado. La casa ya se vislumbra. Las bases ya están puestas. El ladrillo, una volumen paralelepipédico perfectamente angulado ordena el espacio. Contiene las tres directrices del espacio. En cuanto se posa en el suelo apunta hacia las principales direcciones; ya organiza, ordena el espacio. El ladrillo es una promesa de morada. Sin él, la casa no se distinguiría del barro. El ladrillo es barro, materia, sometido al imperio de la forma, alumbrado por la inteligencia y el saber hacer. Se trata del fundamento del hogar.
Un arquitecto es un hacedor de ladrillos, entendidos como los elementos básicos, los pilares de la casa: definen, delimitan el espacio, permiten que los muros se alcen, que un primer muro contra el que recostarse se levante. Un arquitecto es quien sabe inspirar confianza en la venida de un hogar.
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