lunes, 22 de julio de 2013
Una historia de la antigua sede de la embajada norteamericana en Bagdad (Iraq), de José-Luis Sert (1955-1957)
Resumen de datos generosamente aportados por la Dra. Ghada Siliq, de la Universidad de Bagdad (Iraq)
Un próximo documental para televisión sobre la obra del arquitecto José-Luis Sert se centra en dos obras que permitieron que Sert volviera a proyectar edificios y no solo planes urbanísticos en los años cincuenta: el estudio del pintor Joan Miró en Palma de Mallorca, y el conjunto de la antigua embajada norteamericana en la capital iraquí.
El recinto, por desgracia, fue levantado en un terreno que no pertenecía al gobierno norteamericano. Cuando, en 1968, las relaciones entre los Estados Unidos e Iraq se rompieron debido al apoyo nortemaricano al gobierno de Israel cuando la Guerra de los Siete días de 1967, fue la embajada de Bélgica la que se ocupó de los asuntos de los Estados Unidos en Iraq.
El conjunto pasó en manos del gobierno iraquí. Se convirtió en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, sufriendo una mínima modificación interior: la instalación de paneles de madera en algunas estancias, sin que la estructura ni la decoración original quedaran afectadas.
Posteriormente, en los años ochenta, el conjunto pasó en manos de los Servicios de Inteligencia del gobierno del presidente Saddam Hussein. La razón estribaba en la proximidad del Palacio presidencial, construido por un arquitecto inglés en los años cincuenta para el rey Faisal II.
En este momento se debatió la conveniencia de modificar la ornamentación en favor de formas y motivos "islámicos". Sin embargo, las buenas artes y el conocimiento de los arquitectos que formaban parte del equipo de arquitectos del presidente lograron que la obra de Sert no fuera modificada. Permaneció en buen estado, bien preservada hasta 2003.
El ejército norteamericano, que desconocía que el conjunto había sido la sede de la embajada de los Estados Unidos, bombardeó, debido a la proximidad al palacio presidencial, algunos edificios. Desde entonces, decayeron.
Sin embargo, antes de que se construyera y se inaugurara la nueva e inmensa sede de la embajada nortemaricana, el gobierno de los Estados unidos instaló la embajada en el Palacio Presidencial, utilizando los edificios de Sert como un anexo a la embajada, donde los visitantes de menor importancia eran alojados.
Finalmente, el conjunto fue devuelto al gobierno iraquí hacia 2010. Una ley de Iraq obliga a que todo bien devuelto sea entregado al Ministerio de Finanzas. Éste, entonces, transfirió la propiedad al vice-primer ministro de Iraq. Acusado de terrorismo, huyó hace un año al Kurdistan iraquí.
Desde entonces, la propiedad del conjunto permanece en un limbo legal.
Su situación en la Zona Verde, y su proximidad al Palacio Presidencial, impide que pueda ser estudiado ni que se pueda valorar su estado.
Algunas personas afirman que algunos edificios han sido -o están siendo- utilizados como campamento de entreno militar del ejército iraquí.
Tanto el Ayuntamiento de Barcelona cuanto el gobierno de España se interesaron por la obra de Sert. Hubo negociaciones a fin de calibrar su restauración y la instalación de un centro cultural hispano-iraquí, o un Instituto Cervantes. La incertidumbre sobre la titularidad de los edificios, la negativa del gobierno iraquí es fijar un uso -pese a que la restauración iba a correr a cargo de Barcelona, o de España-, la crisis económica española, y un lento desinterés de las autoridades gubernamentales y municipales españoles (agravadas quizá por disensiones internas) llevaron a que se pusiera fin a una tentativa de rehabilitación y nuevo uso del conjunto de Sert.
Por su parte, los responsables de la nueva embajada norteamericana, puestos sobre aviso sobre la importancia histórica de su antigua sede, ofrecieron permutar una parte del solar de la nueva embajada, comprado o regalado por el gobierno iraquí (¿?), por el de la antigua embajada, de modo que pudiera pasar en manos norteamericanas y se pudiera proceder a una hipotética rehabilitación de los edificios y del jardín. Esta propuesta, al parecer, también ha fracasado.
Se ha hablado de derribar el conjunto, cada vez en peor estado. Desde hace un tiempo, ya no se sabe nada, pese a los esfuerzos de estudiosos y arquitectos iraquíes por salvar su patrimonio, dejado de lado por las autoridades iraquíes, europeas y norteamericanas.
Quizá este documental ayuda a levantar el interés en Europa y en los Estados unidos por esta obra maestra de la arquitectura del siglo XX.
La obra ha sido fichada por DOCOMOMO como un conjunto arquitectónico moderno en peligro.
Agradecimientos a María del Mar Arnús
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Sert viajó nunca a Iraq?
ResponderEliminarExcelente pregunta: no lo sé.
ResponderEliminarLa embajada fue construida por la empresa iraquí Shahin and Janabi.
Aalto sí estuvo en Bagdad.