viernes, 8 de agosto de 2014
"Nadie me quita mis vacaciones en Castellón" (Luis Aguilé): Santiago Calatrava en Castellón
La arquitectura académica (denominada de "Beaux-Arts") o decimonónica se caracterizaba porque los edificios nunca eran lo que parecían. Los museos se confundían con los palacios, los museos con las iglesias, las estaciones de ferrocarriles con mausoleos o con la Torre de Babel.
Por el contrario, la arquitectura moderna sigue o seguía el dictado: la forma atiende a la función, aunque a lo que no atendía era al lugar -lo que sí hacía la arquitectura académica.
Una obra de arquitectura total tendría que atender a esos dos postulados: el desajuste entre el ser y el parecer, y el parecer o ser un objeto no identificado en cualquier lugar.
Y así es como el anteproyecto del centro de convenciones en Castellón de la Plana, de Santiago Calatrava, de 2008, es una obra maestra.
No se sabe qué forma tiene que tener un centro de convenciones, pero sí se sabe que tiene que ser capaz de albergar una multitud en una misma planta, lo que tiene que ser difícil de lograr en un edificio que se asemeja a un estilizado tiburón -¿adaptado a ciertos personajes?- con la aleta trasera enhiesta de ciento cincuenta metros de alto, imprescindible.
Por otra parte, nunca se ha expresado tan bien la nula relación entre el edificio y el solar: éste ni siquiera existía.
Ante prodigio semejante, casi tres millones de euros de honorarios por un anteproyecto es una minucia. Esta obra prodigiosa no tiene precio.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Excelente! Los colegas estrella conseguirán que las multitudes se estrellen contra un mundo completamente desprovisto de significado, salvo de la magnificiencia de algunos arquitectos
ResponderEliminarEste ultimo proyecto de Santiago Calstrava parece una parodia grotesca de un proyecto arquitectónico. Todo forma -absurda- y ningún contenido, aunque sin duda respondía bien al encargo: una cuestión sólo de imagen. El centro de convenciones, por otra parte era y es innecesario.
Eliminar