Una exposición antológica, hoy -y hasta mediados de 2017- en el Archivo Fotográfico de Barcelona, y una muestra (Perdido en la ciudad. La vida urbana en las colecciones del IVAM) sobre la ciudad moderna actualmente en el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) en Valencia, en la que fotografías que el autor argentino Humberto Rivas (exiliado desde 1976 en Barcelona) tomó en esta ciudad y alrededores en los años 80, antes de la renovación urbana previa a los Juegos olímpicos, ha devuelto la actualidad a este fotógrafo, marcado por Marcel Proust, que supo captar las huellas del paso del tiempo en muros y fachadas -heridas casuales o intencionadas, fruto del abandono o de la violencia-, signos no de envejecimiento, sino de una ganada dignidad -que posiblemente los edificios recién concluidos no tendrían.
Casi todos están abandonados, las puertas cerradas o tapiadas, entrevistos de noche, velados a veces por farolas solitarias, como solitarios se muestran en medio de derribos. En ocasiones, la construcción ha caído, socavada quizá por la mar, pero han mantiene cierta compostura, como si se resistiera a dejarse ir.
Las casas pertenecen a la periferia o a un centro que, en los años 80, estaba abandonado, abandono que sobre coge aún más gracias a la entereza de algunos edificios, dejados, cerrados y sin embargo erguidos, cuando a su alrededor se acumulan las ruinas.
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