¿Qué es un barrio?
Un
barrio está constituido por un conjunto de casas y de calles. Pero no trata
sólo de eso. Un barrio está también formado por quienes viven y comercian ahí. El
barrio antecede a la ciudad. El propio origen, árabe, de la palabra (برّيّ ), que
significa salvaje, lo denota: el barrio está cerca todavía de la naturaleza,
del primer asentamiento, del primer refugio. El barrio media entre la
naturaleza y el hombre. No se ha olvidado sus raíces terrenales. Un barrio está
enraizado. Tiene un origen inmemorial. Nos retrotrae a los orígenes mismos de
la vida humana en la tierra. Evoca nuestra llegada. Un barrio son hábitats y
habitantes. No son, además, grupos y bloques cualesquiera. Constituyen nuestro
entorno más cercano. Lo conocemos y lo apreciamos. No podemos perdernos en él.
Ante bien, un barrio es un refugio. Formamos parte de él, forma parte de
nuestra vida. No nos sentimos extraños en él. Un barrio, nuestro barrio no nos
rechaza, ni nos es indiferente. Y en cuanto esos sentimientos o esos impulsos
acontecen, el barrio deja de ser un barrio. Debemos entonces cambiar de barrio
(a menudo, causando un desgarro, como si la pérdida fuera traumática, y para
siempre, como si algo que forma parte de nosotros fuera arrancado, dejándonos
incompletos, mutilados), hallar un lugar en el que nos sintamos acogidos.
Pues
un barrio es un lugar de acogida. Es el espacio que nos acoge y en donde
podemos acoger a los demás. Apenas un invitado se instala por un tiempo en
casa, le informamos de lo que podrá hallar en el barrio, de lo que éste le
ofrece. Ofrece: como un regalo, o un don. Tratamos que se familiarice con el
entorno, que sienta que ha entrado a formar parte de una familia –con todos los
claro-oscuros que las familias poseen. El espíritu del barrio, las personas del
barrio, son conocidas y apreciadas. Forman parte de nosotros. Las relaciones
son amigables, estrechas –pero también pueden ser violentas: la violenta se alza
casi siempre entre personas o grupos cercanos, que mucho comparten y que, por
tanto, tienen mucho que perder. Un barrio es la prolongación de la casa. La
puerta se abre al barrio. Todos se conocen. Ningún mal debe de esperarse del
entorno (salvo si éste se vuelvo hostil, con la violencia que se genera en el
seno de grupos conocidos, familiares o clánicos).
Un barrio es el espacio en el
que uno se encuentra a gusto; un espacio que nos representa; por el que
circulamos sin sorpresas, conociendo todos los rincones, y las personas, como
si formaran parte de nuestro entorno más cercano.
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