viernes, 28 de octubre de 2016
WILLI BAUMEISTER (1889-1955): DISEÑO GRÁFICO (1919-1934)
Fotos: Tocho, octubre de 2016
El pintor Willi Baumeister empezó su carrera como diseñador gráfico y tipográfico a los veinte años de edad. Suyo es el logotipo de la casa Bosch. Con el ascenso del partido nazi al poder, considerado como un "artista degenerado", pudo sobrevivir como diseñador gráfico y trabajador en una fábrica de pinturas -pintando a escondidas.
Una hermosa pequeña exposición en el Kunstmuseum de Stuttgart (Alemania), con obras de sus fondos, recuerda, hasta el 22 de enero de 2017, esta faceta de Baumeister, quizá un tanto olvidada,. peto en la que destacó como uno de los mejores diseñadores del siglo XX, responsable del último cartel mostrado en esta entrada que tanta influencia tuvo, por ejemplo, en carteles del GATEPAC y del GATCPAC en los años 30 en España
jueves, 27 de octubre de 2016
FRANCIS BACON (1909-1992), INTERIORISTA, DISEÑADOR INDUSTRIAL Y TEXTIL
Antes de aprisionar a sus modelos retratados en jaulas y espacios constreñidos, el pintor Francis Bacon, a los veintiún años de edad, tras un viaje a Berlin y el descubrimiento de la obra de Picasso en París durante el mismo año de 1927, empezó a trabajar en su propio estudio como interiorista y diseñador de muebles y alfombras. Logró incluso una exposición de alfombras con motivos cubistas y algún primer cuadro en 1930.
El pintor australiano Roy de Maistre, promotor del mobiliario moderno en Australia en los años 20, y en Gran Bretaña a principios de los 30, fue el primer comprador de muebles de Bacon.
El taburete curvilíneo, de madera laminada pintada, inspirado en la obra de Eileen Gray, de Bacon, no tiene precio. Raras son las piezas de mobiliario y tejidos del artista que se conservan.
Roy Maistre: estudio de Francis Bacon, 1930
FRANCIS BACON (1909-1992), INTERIORISTA, DISEÑADOR INDUSTRIAL Y TEXTIL
Antes de aprisionar a sus modelos retratados en jaulas y espacios constreñidos, el pintor Francis Bacon, a los veintiún años de edad, tras un viaje a Berlin y el descubrimiento de la obra de Picasso en París durante el mismo año de 1927, empezó a trabajar en su propio estudio como interiorista y diseñador de muebles y alfombras. Logró incluso una exposición de alfombras con motivos cubistas y algún primer cuadro en 1930.
El pintor cubista Roy Maistre fue el primer comprador de muebles de Bacon.
El taburete curvilíneo, de madera laminada pintada, inspirado en la obra de Eileen Gray, no tiene precio. Raras son las piezas que se conservan.
Roy Maistre: estudio de Francis Bacon, 1930
miércoles, 26 de octubre de 2016
FRANCIS BACON (1909-1992), INVISIBLE ROOMS (ESTANCIAS INVISIBLES. LONDRES, LIVERPOOL Y STUTTGART, 2016)
Organizar una exposición dedicada al pintor Francis Bacon que no consista en una sucesión interminable de trípticos parecidos con figuras deformadas de la misma manera sobre fondos planos, parece difícil.
Invisible Rooms (Estancias Invisibles), hoy en la Staastgalerie de Stuttgart (Alemania) ofrece, sin embargo, un punto de vista novedoso y aporta interpretaciones sugerente acerca del modo descarnado de Bacon de representar a seres humanos.
Aullan y se retuercen porque están encerrados en espacios interiores que les encierran como animales en una jaula., como Bacon muestra directamente No existe una correspondencia armónica entre el hombre y su espacio. Aquél no tiene un lugar propia. Se siente siempre encerrado. Se ahoga. Las estancias le obligan a mirar de frente como si estuvieran en un ataúd. Todo el esfuerzo que desfigura los retratados está dedicado a tratar, vanamente, de torcer los barrotes.
El grueso marco, siempre idéntico, que ciñe la tela, es el primero de los cercos que aísla a la figura y la convierte en una imagen de cara al espectador. La persona rodeada -axaltada, inmovilizada para siempre como una figura de cera- se halla expuesta, obligada a estar bajo la mirada del otro, convertida en una figura del espectáculo, una figura especular: como nosotros.
La pintura, al mismo tiempo, busca levantar esas capas -Bacon habla de velos- que aprisionan a los hombres. Por eso Bacon pinta. Lo que descubren, sin embargo,son figuras exhaustas. Necesitan y repudian las habitaciones que los acogen y los ahogan.
Estancias que son escenarios, por otra parte, donde se dirime la suerte del individuo. Los numerosos dibujos que Bacon realizó -cuya existencia negaba- muestran como Bacon concebía el espacio de la vida como una jaula y como un cuadrilátero donde se dirimen diferencias. En éstos, los hombres se exponen. Por esto pueden ser vistos y cruzan la mirada con el espectador. No cabe concebir al ser humano en el vacío, fuera del espacio donde la vida pasa cómo en una escena, donde se juega hasta el final.
Una exposición contenida, con obras que enlazan unas con otras sin repetirse.
La pintura, al mismo tiempo, busca levantar esas capas -Bacon habla de velos- que aprisionan a los hombres. Por eso Bacon pinta. Lo que descubren, sin embargo,son figuras exhaustas. Necesitan y repudian las habitaciones que los acogen y los ahogan.
Estancias que son escenarios, por otra parte, donde se dirime la suerte del individuo. Los numerosos dibujos que Bacon realizó -cuya existencia negaba- muestran como Bacon concebía el espacio de la vida como una jaula y como un cuadrilátero donde se dirimen diferencias. En éstos, los hombres se exponen. Por esto pueden ser vistos y cruzan la mirada con el espectador. No cabe concebir al ser humano en el vacío, fuera del espacio donde la vida pasa cómo en una escena, donde se juega hasta el final.
Una exposición contenida, con obras que enlazan unas con otras sin repetirse.
domingo, 23 de octubre de 2016
Mahoma ante Jesús en el Palacio del Paraíso
Fotos: Tocho, Octubre de 2016
Una gran exposición sobre la Jerusalén medieval (Jerusalem 1000-1400: Every People Under Heaven) en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York expone hoy algunas fascinantes y aleccionadoras miniaturas persas del siglo XVI. Dos de ellas, pintadas en ambas caras, muestran al arcángel Gabriel conduciendo al profeta Mahoma hasta las puertas del Paraíso. Tras descabalgar de Buraq, su blanca montura de rostro humano, Mahoma se dirige hacia la sala central del palacio paradisíaco donde el profeta Jesús le aguarda. Ambos se reconocen: tienen el rostro aureolado por una llama. El encuentro es pacífico. Sus rostros encandescentes iluminan las ilustraciones.
El Paraíso no es un espacio primigenio, libre de las primeras construcciones que el fratricida Caín tuvo que levantar para esconderse de la ira de Yahvé, sino una deslumbrante construcción coronada de cúpulas, con muros y cubiertas de piedras y metales preciosos, tan brillante como el empíreo.
Esta escena acontecía hace cuatro siglos.
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