Teoría e historia (dos asignaturas de las carreras de arquitectura y de bellas artes) son dos maneras muy distintas de relacionarse con el mundo. La distinción reside en quién o qué toma el mando de la relación, o decide sobre ésta, y en las consecuencias de dicho contacto.
Teoría, como hemos mencionado en otros textos, en griego (theooria), significa contemplación; también meditación. La teoría se practica con la vista; más precisamente con la vista unida al intelecto -facultad anímica superior activada por la vista. Se produce un golpe de vista, que da lugar a lo que en francés se denomina "un coup de foudre" o "de coeur", es decir un súbito enamoramiento, una entrega, un abandono a lo que nos ha fulminado.
Lo que desencadena la teoría es una aparición inesperada. No es algo que se busca sino que se encuentra o, mejor dicho, que viene a nosotros, se manifiesta, se presenta. El encuentro nos toma por sorpresa. Quien decide mostrarse es el desencadenante de la teoría, una obra de arte que viene a nosotros y se revela.
Teoría significa también procesión: un movimiento hacia algo o alguien a la espera que tenga a bien descubrise, sin que podamos hacer nada para favorecer o forzar el descubrimiento. Un teórico (theooros, en griego) es un espectador. Contempla lo que ocurre, lo que acontece ante su vista. Recibe una impresión. tan solo mira -y reflexiona sobre lo que se produce ante él. Es cierto que sin el espectador, el encuentro no se produce, la obra no se abre, no se expone. Pero incluso si el espectador acude con la esperanza de encontrarse con una aparición, ésta escapa a la voluntad de aquél. Éste no puede hacer nada para que el deslumbramiento se produzca.
Por el contrario, historia, en griego (istoria), significa búsqueda, exploración. La historia también es fruto de un encuentro. Pero éste es iniciado por el historiador. Se trata de un proceso largo y laboioso. Istoreoo se traduce por examinar, buscar, investigar, explorar. La investigación puede o no llegar a buen puerto. Puede dar lugar a una "buen" historia, a un relato, un informe que dé cuenta de los pasos emprendidos y los logros obtenidos.
La teoría es un súbito desvelamiento de lo que son y de lo que significan las cosas. Es una verdadera "revelación". El misterio se disipa de golpe.
La historia, en cambio, es una búsqueda a tientas, un juego de pistas que, poco a poco, construye o reconstruye lo que ocurtió, la vida de lo que se quiere conocer.
Un istor, en griego, es un juez. Llega a una conclusión, solventa un caso, tras estudiar, relacionar y ordenar pruebas, hasta construir un relato coherente. La historia exige esfuerzo, perseverancia, la teoria predisposición a ser golpeado, a dejarse embargar o poseer por lo que uno no se espera pero acepta.
La teoría se produce cuando uno se detiene; la teoría petrifica, la historia necesita de un constante avance. La teoria encuentra -es el fruto de un encuentro-, la historia busca, husmea, levanta; toca las cosas, les da la vuelta. La teoría no manipula ni fuerza; tan solo observa. Se deja seducir por las cosas, seducción que tiene que proscribirse en historia, porque la fascinación detiene la exploración.
La teoria atiende a la imagen, la superficie de las cosas, la manera cómo se muestran. La historia desconfía de las apariencias y hurga. El historiador sospecha de cómo se muestran las cosas; no da nada por sentado, mientras que el teórica acepta lo que las cosas quieren decirnos, acepta su presencia, y se deja embargar por ellas.
Dos maneras de aproximarse al mundo y de entenderlo: escuchando (teoría) o interrogando (historia). Queda por saber si se obtienen las mismas respuestas.