martes, 26 de noviembre de 2013

Partenón, Nashville
























Los viajes sirven para descubrir obras maravillosas y absurdas. El Instituto de Estudios sobre el Mundo Antiguo (ISAW) de Nueva York informó hace un par de días de un hito arquitectónico en los Estados Unidos que atrae cada año miles de visitantes norteamericanos: el Partenón, es decir, una réplica a escala natural del Partenón en el Acrópolis de Atenas (Grecia).
Nashville fue la primera ciudad norteamericana en disponer un centro de educación secundara público. El número de instituciones educativas era el más elevado de toda América del norte. Por eso, a Nashville se la conocía como la Atenas del Sur.
Una feria internacional celebró, a finales del siglo XIX, el centenario de la ciudad, reconstruida tras la Guerra Civil de la primera mitad del siglo XIX. Incluía réplicas de edificios antiguos. Sobresalía la copia del Partenón, si bien no se ubicó en un altozano, como el "original", sino en una pradera, como  si no estuviera relacionado con el paisaje circundante.
Este primer edificio, que hubiera tenido que ser desmantelado tras la feria, permaneció en pie a causa de la presión popular. Era mucho más fácil desplazarse allí que a Atenas.
La construcción, de yeso y madera, se degradó. Se reconstruyó en hormigón en los años veinte. Setenta años más tarde, se ubicó una réplica a escala natural de la estatua criselefantina (de oro y marfil) de Atenea. El año pasado, una nueva restauración convirtió el templo en un museo y un espacio para bodas, banquetes y convenciones.
Toda vez que fue erigido hace casi ciento quince años, posee detalles que se han perdido en Atenas. Hoy este Partenón moderno ya forma parte del patrimonio norteamericano. Permite que estudiantes y curiosos entren en contacto con la arquitectura clásica.
Monumento al kitsch, o educador, los estudiantes se forman en contacto con esta réplica. Dado que en el Partenón de Atenas, se trabaja para restituir todas las partes que faltan, y dado el aspecto que está adquiriendo, quizá la impresión de estar ante un testigo de la historia se tenga, hoy, más en Nashville que en Atenas.  

2 comentarios:

  1. Este tipo de cosas siempre producen controversia, como el mismo concepto de buen o mal gusto, de idoneidad.

    El Partenón de Nashville es indudablemente una obra kitsch y aunque la nuestra es otra época sabemos de muchas obras griegas por su copia romana. Todos conocemos la diferencia entre copia y plagio, la primera es sincera, la segunda no, la copia la reconocemos enseguida, el plagio esconde su verdadero valor como un billete falso. Copiando aprendemos, plagiando engañamos.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Precisión más que oportuna y cierta.
    El Partenón de Nashville no es un plagio; se trata de una copia con fines educativos -aunque se olvidaron de la relación entre edificio y entorno, en alto, que da sentido a la obra-, como las réplicas de yeso decimonónicas de estatuas clásicas y, sí, tantos templos romano-imperiales, copias de templos helenísticos. Aunque en este caso, había cierta comunión espiritual.

    ResponderEliminar