Plaza de Syntagma, 20.35 h
Plaza de la Universidad, 23h
Plaza de Syntagma, 23.30 h
Fotos: Tocho, Atenas, 25 de enero de 2015
Por casualidad, viaje de trabajo a Atenas hoy domingo, 25 de enero de 2015.
Amenaza de tormento. Nubes de plomo y rayos a lo lejos.
La ciudad "tomada" por periodistas y cámaras armados de teleobjetivos y colgantes identificatorios, recorriendo nerviosos la ciudad, mirando el reloj, buscando algún acontecimiento en el centro.
Un par de camionetas de antidisturbios, comprando pistachos.
Familias paseando por los alrededores del acrópolis, bares y restaurantes en el barrio de Plaka llenos a las cinco y media de la tarde, y personas solas aprestándose a instalarse para pasar la noche durmiendo en la calle en las cercanías de la plaza Omonia
20.35. plaza Syntagma, centro de la ciudad. Una caseta de Nueva Democracia, y una pantalla gigante que difunde los primeros sondeos a todo volumen. Unos cincuenta periodistas, entrevistadoras y cámaras, en todos los rincones. Unas veinte o treinta personas miran distraídamente la pantalla. Al pie de las escaleras que llevan al parlamento, una entrevistadora se entrevista a sí misma. Varios "skaters" ocupan la parte alta de la plaza justo detrás de la presentadora presentada.
23 horas. Plaza de la Universidad. En una pequeña plaza aneja, un escenario casi vacío con altavoces que se oyen a centenares de metros a la redonda lanzan La Internacional y Bandera Roja.
Un segundo escenario en un extremo de la plaza de la universidad frente a los templos neo-clásicos de la biblioteca universitaria. Decenas de paradas con pinchos a la brasa. Cámaras subidos a altos taburetes. Unas pocas miles de personas que ocupan la mitad de la plaza. Algunas banderas rojas. Anuncian que a medianoche hablará Alexis Tsipras, ganador de las elecciones.
La avenida que conecta la plaza Syntagma con la plaza de la Universidad cortada al tráfico rodado por coches de policía. Nadie camina.
La pantalla de la plaza Syntagma sigue emitiendo para nadie.
En algún bar, unos pocos comensales miran una pantalla plana instalada en la calle. No hace fío.
Una sola pareja, entrada en años, camina con una bandera de Syriza.
Mientras, la realidad virtual de Facebook y periódicos digitales anuncian a veces que Atenas en un clamor de alegría.
Deben de existir realidades paralelas.
Por las calles cercanas a la plaza Monasteri, decenas de personas pasarán la noche en bancos o en escalones, seguramente como cada noche.
Gracias por esta crónica que ha podido hacer garcis a la casualidad.Si hay alguien ,no conocido mío en persona , de cuyo criterio me fío es del suyo.A pesar de ser de las que comparte una alegría escéptica.Será todo La alegría griega, la determinación de Tsipras ,el susto y las amenazas apocalípticas de la UE y las élites financieras...una diabólica escenificación a través de los medios de comunicación?
ResponderEliminarLa sorpresa fue percibir la diferencia entre la excitación en la prensa española por la victoria de Syriza y la tranquilidad con la que se vivió el día de las elecciones en el centro de Atenas, así como la discreta fiesta posterior.
EliminarLos pocos atenienses con los que hablé, votantes del partido ganador, no desprendían un gran entusiasmo. La dureza de la vida, en una Atenas devastada, parecía imponerse. como si no hubiera realmente una sensación de un futuro mejor. En año y medio, Atenas se ha hundido. Y eso que recorro el centro.
Desde finales de los setenta a principios de los noventa viajaba unas seis veces al año al norte de Grecia por trabajo, entre Albania y la actual Macedonia, unas veces pasaba por Atenas y otras por Thessaloniki.
ResponderEliminarSe podía decir pues que conocía y conozco a los griegos, pero esa clase de afirmaciones referidas a pueblos enteros siempre son imprecisas e injustas y por ello inciertas.
Las dimensiones y las consecuencias de la actual crisis, en Europa en general, en España en particular y en Grecia también, se me escapan, no tengo ni los conocimientos ni la preparación para entenderla del todo y, en consecuencia, poderla explicar y explicármela a mí mismo de manera correcta y ajustada, sólo consigo entrever retazos y algunos escasos fragmentos del espejo roto.
Pero el otro día, su amigo Gregorio Luri, en su Café de Ocata, haciendo una versión libre del famoso micro relato de Monterroso hacía una muy buena predicción del futuro y, por tanto, un mejor análisis del pasado.
“Cuando despertó, la deuda seguía estando allí”.
En este sentido, y a pesar de ser injusto e impreciso, no logro evitar pensar que los griegos no pueden dejar de ser lo que son y cuando despierten así seguirá siendo.
¿Y qué son los griegos?
Dicen de las personas que el carácter es el destino, seguramente con los pueblos ocurre algo parecido.
Saludos.