En busca de los asirios entre minas
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La Vanguardia: 08/11/2018 - 23:56h
“Hay que trabajar con cuidado porque el
Estado Islámico minó el yacimiento”. Pedro Azara, profesor de Estética en la
Universitat Politècnica de Catalunya, estaba hace diez días en el sitio
arqueológico de Qasr Shemanok, en Irak, con cuya excavación lleva colaborando
desde el 2012. La lidera la profesora de la universidad de la Sorbona de París
María Gracia Massetti, que trata de explicar qué importancia tuvo este túmulo
en la vieja cultura mesopotámica que ahora se disecciona en el British Museum.
Sobre el terreno, la vieja cultura asiria
sigue siendo carne de arqueólogo. En la campaña de este año han aparecido en
Qasr Shemanok –que fue Kilizu en la denominación asiria- algunas figuras y una
tablilla con escritura cuneiforme, aunque muy deteriorada. Posiblemente
acabarán en el museo de la cercana ciudad de Irbil, en el Kurdistán iraquí.
La misión de Massetti, en la que colaboran
también las universidades de Varsovia (Polonia) y Pavía (Italia), no tiene sin
embargo un interés específico en la búsqueda de bienes muebles sino inmuebles.
Trata de reconstruir cómo fue aquella Kilizu, en la que existen dos palacios y
lo que parecen ser diques. ¿En ese secarral? Parece que hubo un río hasta
navegable. La ciudad tuvo cierta importancia comercial, según apuntan las
investigaciones, iniciadas en el 2007, por su situación estratégica, en medio
del triángulo formado por Nínive, Nimrud y Assur. Uno de los impulsores de su
construcción fue Adad-Mirari I, en el siglo XIV antes de Cristo, aunque el
mítico Shenaqerib amplió los palacios.
La ubicación de Qasr Shemanok es
precisamente la que provoca que haya sido un lugar ocupado por todas las
culturas que han pasado por la región, hasta anteayer: el Estado Islámico se
fortificó aquí, después de haberlo hecho las poblaciones neolíticas, de la edad
del Bronce, los imperios asirio, neoasirio, helenístico, parto (contemporáneo a
los romanos), sasánidas, islámicos, otomanos y hasta Saddam Hussein; este
construyó un búnker de hormigón sobre las viejas ruinas para bombardear a los
kurdos, y en 2015 fue ocupado por el Estado Islámico. Tanto interés por el
lugar ha provocado que los estratos arqueológicos se hayan ido mezclando y
destruyendo.
En el lugar se excava desde el 2007,
tratando de entender las fases constructivas, y la financiación parece
asegurada para cuatro años más.
Las dos ciudades de referencia son Mosul e Irbil: en
la primera quedan restos aún del Estado Islámico; la segunda, explica Azara, es
“una especie de Los Ángeles, con rascacielos y autopistas o hasta un Chicago de
los años 20, el lugar donde se firman los grandes acuerdos petrolíferos del
país”.
Nota: el yacimiento estuvo minado entre 2012 y 2014, y ocupado por el ISIL en 2015, pero desde entonces ha sido "desminado" y hoy solo se encuentran casquetes de bombas y de balas y máscaras antigas enterradas.
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