martes, 24 de septiembre de 2024

Mercé (Mercedes)



Zurbarán: Cristo crucificado ante el fundador de la orden de la Merced


Barcelona amanece silenciosa: Nadie circula de buena mañana. Es fiesta. 

Barcelona, hoy, 24 de septiembre, como cada año, celebra su fiesta patronal, es decir, la fiesta de su patrona, la Virgen de las Mercedes.

Mercedes es un nombre común, de origen latino, convertido en un nombre propio. Significa ganancia. Se relaciona con el verbo latino, mereo, que significa merecer. Mercedes es una ganancia merecida o meritoria.

¿A qué mérito se refiere la virgen de las Mercedes -la madre humana del hijo de Dios en su faceta de dispensadora de méritos y beneficios?

Cuenta la leyenda que la Virgen de las Mercedes apareció ante los ojos de tres personas: Pedro de Nolasco, un religioso del ducado de Aquitania, a las órdenes del rey de los Francos; el rey Jaime I llamado El Conquistador (por su afán guerrero y su crueldad tras la toma a sangre y fuego de los reinos de Mallorca y de Valencia con la ayuda de los mercenarios almogávares), y el dominico Raimundo de Peñafort, confesor del rey, educado en el Estudio General de Bolonia, uno de los autores del derecho canónico, e instaurador del tribunal de la Santa Inquisición en los territorios de la Corona de Aragón. Estos hechos acaecieron a principios del siglo XIII.

La aparición divina tenía como fin la transmisión de una orden: la institución de la orden real, militar y religiosa de Nuestra Señora de la Merced y Redención de los Cautivos. Se trataba de una orden extraña, formada por caballeros, aunque no excluyó a las nobles. A los votos habituales de pobreza, castidad y sumisión a los designios divinos, se sumaba el voto de la entrega de la libertad, de la vida incluso, la aceptación del presidio.

 En efecto, la orden tenía como misión la liberación o el rescate de prisioneros cristianos en manos de musulmanes, tanto en los territorios árabes de la península, como en el norte de África, donde moraban piratas y se traficaba con prisioneros vendidos como esclavos. La liberación se negociaba a cambio de dinero. El conocimiento del árabe era fundamental, por lo que Pedro de Nolasco creó centros de estudios superiores en árabe tanto en la Península (en Murcia)  como en territorios cristianos en el norte de África (en Tánger). 

Si las negociaciones fracasaban, los mercedarios -los miembros de la orden de la Merced- debían estar dispuestos, así lo habían jurado, en entregarse a cambio de la libertad de los presos. 

Dicha orden actuó hasta el siglo XVIII. Se refundó a finales del siglo XIX y sigue activa hoy, aunque la función por la que se fundó la orden ya no sea de recibo. 

Entre los miembros más destacados de la orden no se encuentran militares, sino literatos como Tirso De Molina, autor barroco de la obra o del mito de Don Juan, preso de sus pasiones, y violador confeso. También destaca María de Cervelló, proclamada Santa, que trabajaba en el principal hospital medieval de Barcelona, el hospital de Santa Eulalia, cabe la catedral (hoy sede del museo diocesano), cerrado tras la fundación del hospital de la Santa Cruz a principios del siglo XV. Formó parte de la orden de la Merced y su voto particular le obligaba a rezar por los prisioneros y a proteger a los navegantes para evitarles encuentros con los piratas del norte de África. Su cuerpo incorrupto se halla en la basílica de la Merced de Barcelona.

Así que hoy, Barcelona celebra a una compleja faceta de la madre humana del hijo del dios de los cristianos, por la que se cruza la piedad con la intolerancia, el rechazo y la entrega, el desprendimiento con la violencia, es decir una faceta muy humana de la divinidad, proyectada en la divinidad que nos hemos imaginado.


No hay comentarios:

Publicar un comentario