Los textos de una exposición tienen que ser necesariamente editados: se acortan, se modifican, se juntan o se unen varios textos en uno solo, a fin que los textos resultantes definitivos se adapten a los criterios expositivos, las necesidades de una muestra, el espacio asignado, y el montaje (el ritmo, la relación con las piezas y con otros textos, y la ubicación de los mismos en relación al lugar, las piezas, la luz y la documentación complementaria). Una exposición consiste en una historia desarrollada en el tiempo y el espacio, en la que se alternan obras y documentos, imágenes y textos (originales y ensayos), textos de pared y de cartelas.
Esta entrada incluye los textos originales, antes de su adaptación al espacio de la sala y del libro, previstos para la exposición y el catálogo
Mediterráneo. Del mito a la razón (Caixaforum, Barcelona y Madrid, febrero de 2014-enero de 2015):
MEDITERRÁNEO. DE LOS ENIGMAS DEL MUNDO AL MISTERIO DEL ALMA (ss. VI
aC-IV dC)
PRÓLOGO
“El ser humano es una unidad”
(Hipócrates, Sobre la naturaleza humana)
“Muchas cosas hay portentosas, pero ninguna tan
portentosa como el hombre; él, que ayudado por el noto tempestuoso llega hasta
el otro extremo de la espumosa mar, atravesándola a pesar de las olas que
rugen, descomunales; él que fatiga la sublimísima divina tierra, inconsumible,
inagotable, con el ir y venir del arado, año tras año, recorriéndola con sus
mulas. Con sus trampas captura a la tribu de los pájaros incapaces de pensar y
al pueblo de los animales salvajes y a los peces que viven en el mar, en las
mallas de sus trenzadas redes, el ingenioso hombre que con su ingenio domina al
salvaje animal montaraz; capaz de uncir con un yugo que su cuello por ambos
lados sujete al caballo de poblada crin y al toro también infatigable de la
sierra; y la palabra por si mismo ha aprendido y el pensamiento, rápido como el
viento, y el carácter que regula la vida en sociedad, y a huir de la intemperie
desapacible bajo los dardos de la nieve y de la lluvia: recursos tiene para
todo, y, sin recursos, en nada se aventura hacia el futuro; solo la muerte no
ha conseguido evitar, pero si se ha agenciado formas de eludir las enfermedades
inevitables. Referente a la sabia inventiva, ha logrado conocimientos técnicos
más allá de lo esperable y a veces los encamina hacia el mal, otras veces hacia
el bien. Si cumple los usos locales y la justicia por divinos juramentos
confirmada, a la cima llega de la ciudadanía; si, atrevido, del crimen hace su
compañía, sin ciudad queda: ni se siente en mi mesa ni tenga pensamientos
iguales a los míos, quien tal haga”.
(Sófocles: Antígona, vv. 332-361)
“No hay ningún hombre
feliz, sino que miserables
Son todos los mortales
que el sol desde lo alto contempla” (Solón, 12 -15D-)