domingo, 22 de noviembre de 2020

Retratos de El Fayum (ss. I.IV dC)



Retrato de Eirene, s. I dC, El Fayum (Egipto), Museo de Stuttgart


El hallazgo de centenares de momias tardías, en el área del oasis del Fayum, a principios del siglo XX, tuvo que causar cierta decepción. La testa de las momias estaba tan solo cubierta por tablas pintadas con la efigie del difunto, muy alejadas de las suntuosas máscaras de oro y piedras preciosas dispuestas, como en juego de muñecas rusas, unas dentro de otras. Hoy, sin embargo, estas máscaras inexpresivas, técnicamente perfecta pero indistinguibles unas de las otras, fascinan menos que las tablas pintadas tardías: éstas constituyen los primeros retratos de la antigüedad, equiparables a los retratos occidentales desde el Renacimiento, llegados hasta nosotros.

¿Qué son estos retratos? ¿Son verdaderamente retratos? Pintados en el Egipto faraónico muy tardío, bajo dominio del Imperio romano, entre los siglos I y IV dC, reflejan influencias helenísticas, etruscas y propiamente romanas. Los primeros retratos eran naturalistas, el modelado y las sombras, cuidadas; los últimos, por el contrario, se aplanaron y se esquematizaron, alejándose de la ilusión de realidad. Dichos retratos fueron realizados en vida del modelo. Pero la finalidad no se alcanzaba en este mundo, sino en el más allá. No estaban destinados para exhibirse en el espacio doméstico ni compartir el espacio con los vivos. Pese a la ilusión de vida que pudieran suscitar, eran retratos destinados al mundo funerario. Guardaban para la eternidad la efigie que el difunto tuvo en el momento de esplendor de la vida. Algunos detalles, como coronas de laurel pintadas con pan de oro, aluden al mundo de los muertos.

Los retratados, habitualmente, giran levemente la cabeza y miran al espectador. La mirada caracteriza dichos retratos: los ojos están bien abiertos, casi desorbitados en los retratos del Fayum últimos. Se ha comentado que esta mirada fija e hipnótica se dirige, desde el mas allá, hacia los vivientes tanto para asegurarles de su salvación como para animarles a no temer cruzar el umbral del mundo de los muertos. La vida sigue en el más allá, muy lejos de la vida evanescentes, en sombras, de las creencias griegas. La muerte no es el fin sino el inicio de una vida plena, una creencia del Egipto faraónico, así como del platonismo (que algunos han supuesto refleja influencias egipcias). Pero, sin duda, los retratos del Fayum no se preocupaban de los mortales. Dichos retratos se animaban en las tumbas, y los retratados miraban de igual a igual a los dioses y a los resucitados. Los retratos eran el testimonio de la creencia en la inmortalidad del alma y en la preservación del cuerpo.

A finales de la práctica de los retratos del Fayum, a lo largo del siglo IV dC, el imperio romano se cristianizó. El dios cristiano era un mortal a parte entera, sin que su condición moral supusiera mengua alguna de su divinidad. Mortal e inmortal al mismo tiempo, Jesucristo -su nombre doble aúna el nombre del mortal, Jesús, con el del inmortal, Cristo o el Uncido- murió, como cualquier mortal, y resucitó, como cualquier divinidad. Su muerte fue real; no fingió; sufrió, agonizó y falleció. Pero su resurrección también fue cierta. ¿Cómo representar esta doble naturaleza? Las figuras de Apolo, Hermes o Hércules fueron un modelo: dioses y héroes con cuerpo de ser humano. Divinidades paganas tardías, como Atis, Mitra u Osiris, nacían, morían, casi siempre con una muerte cruenta, y renacían. Pero estos dioses nunca fueron humanos. Siempre se manifestaron como inmortales cuya muerte acrecentaba su poder regenerador.  Aunque la figura de Cristo se modeló a partir de estos modelos divinos, la verdadera condición del dios cristiano, hombre y dios en igualdad de condiciones, se representó a partir de los retratos del Fayum: mortales que alcanzan la inmortalidad, sin que su naturaleza humana, idéntica a la de cualquier humano, quedara eclipsada ante el resplandor de la inmortalidad alcanzada. Las primeras representaciones de Cristo que supieron atender a ambas naturalezas, humana y divina, se pintaron a semejanza de los retratos del Fayum. Jesucristo era una figura que asumía su condición mortal, la cual no implicaba el final de la vida sino el inicio de una vida más resplandeciente, sin olvidar lo que había pasado, como los ojos bien abiertos de los iconos bizantinos evocaban. Los retratos del Fayum ofrecieron un modelo plástico convincente para destacan la humanidad de la divinidad, aunque también permitieron que algunos humanos trataran de mostrarse como seres superiores o sobrenaturales, como los emperadores bizantinos, con una mirada menos cercana o humana son más distante y displicente. La mirada de los retratos del Fayum, retomada por la pintura bizantina, sirvió para representar la complejidad humana, su temor ante la muerte y su arrogancia ante ella, entre un dios que se hizo hombre, y un emperador que se creyó un dios.


Nota: Versión de un texto para la una exposición virtual sobre el retrato en la Fundación Juan March de Madrid.

VERA CHYTILOVÁ (1929-2014): STROP (CIELO RASO, 1962)

Strop/Celing (Věra Chytilová, 1962) from Cristina Álvarez López on Vimeo.


Sobre esta cineasta checoslovaca, véase, por ejemplo, este enlace

viernes, 20 de noviembre de 2020

CHARLES KOECHLIN (1867-1950): L´ABBAYE (LA ABADÍA, 1908)


Sobre este compositor francés, reputado aunque de escaso éxito popular, véase, por ejemplo, esta página web

SUBÍAS (1925), GIRÁLDEZ (1926-2014) & LÓPEZ ÍÑIGO (1926-1997): FACULTAD DE ECONÓMICAS (BARCELONA, 1967)

 





































Fotos: Tocho, noviembre de 2020


En 1967, se inauguró la facultad de Ciencias Políticas, Económicas y Comerciales, obra de los arquitectos Xavier Subías (1926-2014), Guillermo Giráldez (1925) y Pedro López Íñigo (1926-1997), activo hasta finales del siglo XX.

Su primera obra, la Facultad de Derecho, deslumbró, y aún hoy es el mejor edificio universitario de Cataluña, quizá de España -junto con las obras de Miguel Fisac en Madrid-, y desde luego uno de los más hermosos edificios de Barcelona. Obtuvo el Premio FAD.

La Facultad de Económicas, diez años más tarde, no desmerece. En perfecto estado, encapsula un espacio, hecho de pasos y estancias, escaleras y patios, en los que uno se encuentra a gusto. Pasó desapercibido.

Tildados de arquitectos del régimen franquista -Subías fue arquitecto municipal-, fueron desacreditados por algunos colegas, y apeados de la historia de la arquitectura moderna española. Mientras edificios mediocres del estudio MBM o la postrera obra de Coderch, la Escuela de Arquitectura de Barcelona -un edificio inservible- obtuvieron Premios Fad de Arquitectura, la Facultad de Económicas, frente a la Escuela de Arquitectura fue juzgada con suspicacia, aunque arquitectos como Helio Piñón la defendieron fervientemente.

Los juicios estéticos sobre las obras están por desgracia contaminados por juicios morales sobre sus autores, que alaban o denigran obras en función de criterios que nada tienen que ver con el obrar. 

jueves, 19 de noviembre de 2020

ALFRED HITCHCOCK (1899-1980): VÉRTIGO (1958)

 


Lynn Hershman Leeson (1941): VertiGhost, 2017


Tras un fatal accidente causado por el vértigo, Scottie, el protagonista, un detective jubilado anticipadamente por el accidente que ha causado, recibe un extraño encargo de un antiguo compañero de pupitre: vigilar a su esposa, una misteriosa y elegante mujer, de mirada entre vacía, aterrada y alucinada, que apenas habla y que desaparece durante horas. Pasa las horas en el Museo de San Francisco, sentada, sola y en silencio, ante un gran retrato dieciochesco de Carlota Valdés -una desgraciada mujer, abandonada por su esposo, que vagaba como un alma en pena, un fantasma en su caserón-, con el que el detective descubre de inmediato mantiene una estrecha relación: pese a los dos siglos que median entre ambas mujeres, la misteriosa mujer modela su imagen y su porte a partir de la figura del retrato que parece ejercer una hipnótica influencia.

Con el paso de los años, Scottie descubrirá que la esposa, Madeleine no era tal sino una perfecta imitadora de la esposa verdadera, debido al parecido que mantenían, vistiéndose, peinándose y comportándose exactamente como aquélla, una imitación forzada por el antiguo compañero de Scottie La película acabará por revelar a qué responde esta doble suplantación, la mujer del cuadro suplantada por la misteriosa mujer que suplanta a la esposa legal.

Scottie se enamora perdidamente de Madeleine (un nombre de resonancias bíblicas, que evoca a una mujer pecadora, mal vista y perseguida, pero redimida), pero no puede evitar su aparente muerte.

Meses más tarde, después de haber creído ver en los mismos lugares que frecuentaba Madeleine y con ella -el museo, un restaurante-, a Madeleine resucitada, se topa con una mujer con un cierto parecido con Madeleine. Aunque vista y se peine de manera muy distinta, y el tono de voz, bajo, casi susurrante, y de pocas palabras que dejan entrever secretos inconfesables, en un caso, chillona, vulgar, casi deslenguada, y plana, en otro, no tengan nada que ver, la mirada es la misma. Pronto, Scottie descubre que Judy (otro nombre bíblico de resonancias también inquietantes) es una oficinista que vive en un hotel de mala muerte, una expresión adecuada para el lugar donde vive quien parece ser una aparecida tras un terrible fallecimiento (una mortal caída, también abismal, infernal).

Y, poco a poco, Scottie cree que podrá recuperar a Madeleine -o a la mujer del cuadro-, a una mujer muerta (debido a un accidente, o al paso de los siglos). Lentamente la forzará a vestirse, a peinarse, a comportarse como Madeleine: le compra caros vestidos, joyas deslumbrantes, le obliga a costosas sesiones de peluquería. Como Pigmalión trata de dar vida a una imagen. Y Judit se va volviendo como Madeleine: se convierte en el doble de una imagen, una imagen que a su vez era la imagen de una imagen, la imagen de una figura retratada en un cuadro, en un múltiple y vertiginosos juego de espejos gracias a los que, una figura espectral resucita "de entre los muertos" -que es el título de la novela en la que se basa el guion de la película Vértigo. Mientras, una mujer "real", sin dobleces, enamorada de Scottie, no logra, tras una fugaz relación, atraer la atención de Scottie. 

Pigmalión, en el mito, quiso que su creación, una imagen esculpida de una diosa -un ser invisible-, se animara y descendiera del pedestal. La figura esculpida doblaba a un ser venido del cielo, desencarnado. Judit dobla a Madeleine, ascendida desde el más allá, la cual, a su vez, encarnaba a una figura desencarnada, una figura pintada, fallecida desde hacia siglos. En ambos casos, las imágenes, imágenes de seres desencarnados, celestiales o infernales, se animan para devolver a la vida terrenal a divinidades o a espectros, imágenes más atractivas y convincentes que los seres de carne y hueso, figuras que cobran vida gracias a la luz -Judit y Madeleine siempre aparecen de noche, al atardecer, a contraluz, o bajo una tamizada y coloreada luz eléctrica que transfigura, otorgando el aura de una aparición- y al disfraz. Son seres huecos que solo se animan gracias al deseo de Scottie, figuras en las que se proyecta, anida y se satisface el deseo del protagonista que, no es casual, es un detective: alguien que persigue fantasmas, personas desaparecidas, voluntaria o trágicamente, o que no son lo que parecen, a las que debe seguir la huella hasta dar con ellas antes de que sea demasiado tarde, o de las que tiene que desvelar un misterio tal que requiere el oculto y silencio seguimiento de un ser invisible.  Un detective sigue estelas a las que trata de dar cuerpo y sentido.

Pero Scottie descubrirá qué ocurre cuando los deseos y las ilusiones dejan de ser nos sueños....

Llegará hasta el borde....


Curiosidades:

El  gran (y mediocre) retrato naturalista de Carlota Valdés, hoy perdido, fue pintado para la película por un conocido pintor expresionista abstracto norteamericano, John Ferren (1905-1970)

El actor protagonista, James Stewart, era arquitecto por el Universidad de Princeton.  

 

miércoles, 18 de noviembre de 2020

IVELINA IVANOVA (1976): Микрорайон (MICRODISTRICT, 2018) & SILENT LONDON (2019)

Микрорайон (Microdistrict) from Ivelina Ivanova on Vimeo.

Silent London from Ivelina Ivanova on Vimeo.


Sobre la artista búlgara Ivanova, instalada durante años en Londres, véase, por ejemplo, esta página web


DAN TOBIN SMITH (OPTICAL ARTS) : UTOPIA (2020)



Sobre el fotógrafo inglés Dan Tobin Smith, véase su página web.
y sobre su estudio Optical Arts, véase también la página web siguiente