domingo, 28 de marzo de 2021

Dando la cara


 Todos los rectores de las universidades catalanas, como se ve, se han manifestado hoy en defensa de unos contratos y unos sueldos dignos -que no sean de tres a nueve meses, y de ochenta a quinientos euros brutos al mes, debiendo el profesor asociado pagarse la cuenta de autónomos-, que es lo que tiene o gana el cuarenta y cuatro por ciento ciento de los profesores universitarios asociados.


 Barcelona, 14 jul. 2020 (EFE).- Cataluña es la comunidad autónoma con más profesores asociados en las universidades, ya que pasó de tener 5.483 en el curso 2009-10 (33 % de la plantilla) a 7.579 en el curso 2018-19 (44 % del profesorado total).

La cifra representa un aumento del 38 % de profesores asociados y supone que en el curso 2018-19 Cataluña concentrase el 30 % del profesorado asociado total de España, mientras que el resto de profesorado universitario catalán representaba sólo el 13 % del total español.

Así se desprende del estudio "Profesorado asociado. ¿Experiencia profesional o precarización? Análisis de la evolución del profesorado asociado de las universidades públicas españolas 2009-2019", que los profesores universitarios Alfonso Herranz y Vera Sacristán han presentado este martes en Barcelona.

De los 25.081 profesores asociados que hay en España, el 30 % están en universidades públicas catalanas. En la Universidad Rovira i Virgili el 58 % son asociados, en la Universidad Pompeu Fabra el 49 % y destaca la Universidad de Barcelona, con un total de 2.425 profesores asociados, que representan el 9,7 % del total de España.

Encargado por el Observatorio del Sistema Universitario, el informe denuncia que "a causa del elevado número de efectivos de profesorado asociado, las universidades incumplen de forma sistemática el límite legal establecido por la Ley Orgánica de Modificación de la Ley Orgánica de Universidades.

Dicha ley establece que el personal docente e investigador con vinculación temporal no puede superar el 40 % de la plantilla de Personal Docente e Investigador (PDI)".

Con casi un 69 % de temporalidad de la plantilla de PDI en Cataluña, el porcentaje de profesorado asociado "crece sostenidamente y se encamina a duplicar la media española", según el informe.”


Barcelona, llegó la Pascua

 

 Filmación: Tocho, calle Montcada, Barcelona, Sábado 27 de marzo de 2021, inicio de las Vacaciones de Semana Santa.


Mientras, trescientos dieciocho visitantes pasaron ayer por el Museo Picasso de Barcelona. Antes de la pandemia, cuando no habían mesas de bar en la calle Montcada, atestadas de clientes, pasaban entre cuatro o cinco mil visitantes al día.

ADLAN (Fundación Joan Miró, Barcelona)















 
Fotos: Tocho, marzo de 2021


Ascender por la montaña de Montjuic, hasta la Fundación Joan Miró, en Barcelona, a finales del mes de marzo, constituye un paseo agradable, que pocas personas aún emprenden, pese a que el turismo francés e italiano ha vuelto notablemente a la ciudad.
Si acceden a la Fundación, podrán visitar una de las pequeñas mejores exposiciones que la Fundación ha organizado, clara, sugerente y luminosa, en la que la documentación y las obras se equilibran -las mejores obras de Joan Miró, de los años treinta, antes de la producción masiva a partir de mediados de los años cincuenta, cuando Miró a veces se asemejaba a un depurado Picasso surrealista-, para dibujar el retrato de una Asociación de amigos amantes del arte modero, de corta vida, en los años treinta, interrumpida por la Guerra Civil, de la que formaban parte galeristas, coleccionistas, historiadores, pintores, escultores, arquitectos, fotógrafos, diseñadores gráficos, músicos y poetas, como Miró, Sert o Foix, amantes del surrealismo, la arquitectura racionalista y la música jazz, que organizaban tertulias, conferencias y exposiciones de arte internacional (de Calder, por ejemplo, cuyo circo mecánico se expuso), entre éstas la primera de Joan Miró en Barcelona.
La exposición, bien explicada, muy bien presentada por el arquitecto Albert Imperial -con vitrinas de Victoria Garriga - (dos de los mejores arquitectos de exposiciones españoles), a través de folletos, carteles, filmaciones, libros de bibliófilo, revistas, cartas, dibujos, fotografías y pinturas, coleccionados por el Colegio de Arquitectos de Cataluña y los Archivos de la propia Fundación, recrea, a través de fulgurante imágenes, unos pocos años de libertad de pensamiento y gusto, llenos de humor y juegos, que hoy, bajo el peso de la corrección política, parecen ya  lejanos e imposibles.
  
 





Fotos: Tocho, tomadas en el Archivo del Colegio de Arquitectos de Cataluña, Barcelona, 2017

sábado, 27 de marzo de 2021

¿El hogar es lo que llevas contigo?

“ Home, is it just a word?

Or is it something you carry within you?”

(Steven Morrissey: “Home is a Question Mark”, 2017)

Teoría y práctica

Los cambios en los planes de estudio de la universidades europeas, siguiendo un modelo fijado en Bolonia, hace uno diez años, que introdujeron unas horas de prácticas con grupos reducidos en todas las asignaturas llamadas teóricas o "de pizarra", y las cuestiones que suscita hoy la relación entre la teoría y la práctica, en unos estudios universitarios, nos lleva a preguntarnos por las diferencias entre ambas aproximaciones a un mismo tema o contenido.

En una clase teórica, recurriendo a todos los medios que se juzguen pertinentes -lecturas, grabaciones, proyecciones-, un profesor explica, detalla y comenta un tema: aporta los datos, las principales aportaciones al conocimiento y resolución de un tema, y a veces su punto de vista personal. Esta aproximación, en cambio, bajo las indicaciones del profesor, la realizan los estudiantes en una clase de prácticas, a través de la exposición y el debate.

Este modelo fue "inventado" en Bolonia, posiblemente, pero no en el siglo XXI sino en el XI. En efecto, las clases universitarias medievales, que impartían Artes, Derecho civil y canónico, Medicina y Teología, consistían -así lo determinó el Estudio General o Universidad de Barcelona, tardíamente, en el siglo XVI, en un detallado programa inspirado en los programas de la Universidad de Toulouse, basados a su vez en los programas de os Estudios Generales de París y de Bolonia- en lecturas comentadas y explicaciones sobre un libro -desde la Biblia hasta los textos de botánica de Dioscórides, amén de textos médicos de Hipócrates y Galeno, y estudios de lógica aristotélica, presentados por autores árabes -el griego, el latín, el hebreo y el árabe eran las lenguas universitarias europeas-. Estas lecciones, de una hora, a partir de las 6 o las 7 de la mañana, dependiendo de la estación del año, impartidas por el profesor, eran seguidas de prácticas, durante las cuales los estudiantes debían ejercitarse escribiendo y enunciando redacciones propias que pusieran de manifiesto las características del autor comentado en la clase teórica. Dichos ejercicios debían dan lugar a debates entre los estudiantes, tanto durante la práctica, como en clases extraordinarias de discusión los sábados por la mañana.

En este sentido, las clases teóricas y prácticas actuales tienes sólidos fundamentos medievales de probaba eficacia.  

La relación entre teoría y práctica es particularmente debatida o conflictiva en carreras como Arquitectura. Las prácticas proyectuales y de urbanismo, pero también técnicas o tecnológicas, requieren la realización de trabajos gráficos. En cambio, las clases teóricas pueden basarse en ejercicios de dibujo o de expresión gráfica, pero dan mayor importancia a la lectura y comentario de textos, que incluso en el caso de ejercicios gráficos, sustentas o justifican los dibujos, bocetos o esquemas gráficos.

 Mas, esta oposición entre teoría y práctica, al menos en el campo de la arquitectura y las bellas artes, ¿es de recibo? ¿existe?

La arquitectura es el are de construir espacios que ofrecen una visión del mundo, en los que el ser humano, solo o en comunidad, pueda encontrarse a gusto. La arquitectura es la habilitación de una habitación propia, y de un espacio comunitario, es la articulación de lo propio y lo común, de modo que la vida pueda manifestarse sin conflictos, solucionando los conflictos. La arquitectura es el arte de hacer la vida llevadera.

Pero este proyecto de vida, esta ilusión, se construye con todo tipo de materiales "expresivos" que produzcan la sensación que la hora del cambio ha llegado o llegará efectivamente; la arquitectura es el arte de mantener la ilusión que la vida puede mejorar. No es el arte del embaucador sino del profeta que cree en lo que anuncia y logra que se le crea, manteniendo la confianza en una mejora de la vida. Los seres humanos vivimos porque soñamos. La pérdida de toda esperanza señala la rendición ante la desesperanza, el fin. La vida deja de tener sentido.

Se construye con "materiales de construcción", con palabras, imágenes plásticas, musicales y expresivas. Las casas, los castillos y las ciudades se describen, se evocan, se muestran, se construyen, en suma, ante nosotros, y nos alientan. Nos permiten respirar. Nos sentimos bien, nos despiertan el placer de aspirar -de tomar aire- a una vida mejor, de mejorar la vida de los "nuestros".

Estas construcciones que se alzan con palabras, gestos, sonidos y materiales son duraderas, aunque sean invisibles. Perduran en la memoria. Siempre podemos acudir a ellas rememorándolas, son imágenes que actúan como faros, castillos encantados a los que creemos que un día llegaremos.

Palabras, sonidos, gestos con los que creamos, recreamos, interpretamos poemas, ensayos, partituras musicales, textos teatrales, obras escenográficas, pasos de danza: los materiales propios de un ejercicio teórico que reflexiona sobre lo que esperamos, sobre los sueños que construimos, que proyectamos en clases de prácticas.

Teoría y práctica no se distinguen: son dos maneras que se interrelacionan de dotarnos de un marco que encuadre y de sentido a nuestra vida. Sin sueños, la arquitectura es solo construcción prosaica, sin nada qué decir(nos).  

viernes, 26 de marzo de 2021

Bagdad, 1953-1983


Denise Scott-Brown & Robert Venturi: edificio de la calle Khufala, 1980


Walter Gropius: mezquita del campus universitario de Bagdad, 1957



Konstantinos Doxiadis y Hassan Fathy: modelos de casas para distintos estratos sociales, 1957



Alvar Aalto: Museo de Bellas Artes, 1956






Frank Lloyd Wright: Ópera, 1955


Le Corbusier: Gimnasio, 1956
 

Ricardo Bofill y Taller de Arquitectura: Mezquita del Viernes Santo, 1980




Ricardo Bofill y Taller de Arquitectura: Barrio de Bab el Sheik, 1980


Gio Ponti: Ministerio del Desarrollo, 1956





Denise Scott Brown y Robert Venturi: Mezquita del Viernes Santo, 1980
 

Fotos: Tochoocho, fotos de trabajo en las reservas donde se guardan las maquetas, marzo de 2021


En 2007, los estudiantes de una asignatura optativa, impartida por el profesor Juan Puebla (fallecido el año pasado), en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona, realizaron maquetas de proyectos, construidos o no, que grandes arquitectos del siglo XX (Le Corbusier, Wright, Gropius, Aalto, Ponti, Sert) realizaron, por encargo del rey Faisal II, para Bagdad, en la década de los años 50 del siglo pasado, junto con proyectos que Venturi y Bofill llevaron a cabo, en los años 80, por encargo o bajo el mandato de Sadam Husein. Se trataba de operaciones urbanísticas que recurrieron a reconocidos arquitectos para volver a situar a Bagdad en el mapa, una operación que se adelantó medio siglo a lo que el Museo Guggenheim de Bilbao desencadenó a finales del siglo XX y principios del XXI.

Estas maquetas estaban destinadas a una exposición sobre dichos proyectos, muchos desconocidos en Occidente, y algunos incluso en el Próximo Oriente, que se documentaron gracias a los archivos de los arquitectos, dispersos en diversos países y, algunos, inéditos, que se presentó en Barcelona, Madrid y Murcia, al año siguiente, en 2008, con la colaboración de la Universidad de Bagdad. 
La exposición viajó entonces a Nueva York y a Boston, en 2010 y 2011, y en Ámsterdam en 2016, mientras que una versión de la misma, sin las maquetas, por razones se seguridad, se presentó en Ramala en 2012, y en la propia Bagdad en 2019.
El año que viene, con motivo del Campeonato Mundial de Futbol, el Museo de Arte Islámico en Doha (Qatar), inaugurará una gran exposición sobre la historia de la ciudad de Bagdad, que posiblemente incluya la muestra que hace trece años se presentó en Barcelona.
Las maquetas se hallan en un depósito de obras de arte.
Ayer se verificó su estado para el posible préstamo. Estaban en perfecto estado, y los colores, el tono de la madera de balsa de las maquetas había oscurecido, dignificándolas.

Tochoocho no existía en 2008, pero sí que dio cuenta de la itinerancia en Nueva York, Boston, Ramala y Bagdad. 
Esperemos que pueda mostrar la presentación en Doha el año que viene.

miércoles, 24 de marzo de 2021

El claustro (dar vueltas)









Nicolás Rubió Tuduri & Raimundo Duran Reynals: Monasterio de la Virgen Real de Pedralbes, 1922-1936, 1950. Filial del Monasterio de Montserrat, y sede de la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, Rodas y Malta, desde cuyo claustro ha sido autorizada esta mañana la retransmisión de la clase de la asignatura de Teoría de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona -que los estudiantes han tenido que seguir a través del ordenador.

Fotos: Tocho, marzo de 2021


 Peripatético: en griego antiguo, quien pasea dando vueltas.

Es así como se denominaban a los discípulos de Aristóteles, quienes seguían sus enseñanzas mientras deambulaban alrededor del pórtico que rodeada al Liceo, en Atenas, donde el filósofo impartía sus lecciones.

El Liceo: un centro de estudio cercano al santuario de Apolo Lykeios, o Apolo el lobo; el lobo, símbolo de inteligencia, que halla su camino gracias a sus luces, pero implacable en su avance, destruyendo los obstáculos que frenan el alcance de los fines que persigue. El lobo, que no cesa de rondar hasta lograr sus propósitos.

El Liceo resuena en una tipología arquitectónica que articula las distintas estancias de un nuevo centro de saber, cuando los centros tradicionales desaparecieron, tras la caída del Imperio Romano Occidental a finales del siglo V: el claustro de los monasterios que desde la Alta Edad Media, quizá desde el siglo IX, preservaron el conocimiento de los saberes de la antigüedad.

Como su nombre indica, un claustro es un espacio de clausura, cerrado. Pero el encierro que causa y simboliza solo es físico, pues la limitación del movimiento desordenado, que parece no saber hacia dónde ir, al que el claustro obliga, invita  al recogimiento, a la liberación espiritual. 

Ningún elemento ornamental ni escultórico distrae o detiene. El ritmo de los arcos y los columnas pauta, como una partitura, y acompaña el deambular, la cabeza gacha, ensimismada. El claustro, de estricta geometría invita a perderse en los pensamientos, a adentrarse en uno mismo.

El claustro se recorre pensativamente. A medida que se dan vueltas lentamente, poco a poco se logra aclarar los problemas que nos embargan, los obstáculos que nos detienen o nos preocupan. El claustro es el perfecto lugar para la meditación. Se piensa mientras se camina, porque se camina, en pos de la resolución de un conflicto. Un claustro no desata el eureka, la brillante y feliz idea, sino el lento y seguro descubrimiento de la verdad. Poco a poco, la luz brota -y ya no se extingue. Los descubrimientos a los que el claustro por el que se transita invita son perdurables. Las vueltas, los giros, desatascas los problemas en apariencia irresolubles. El tranquilo pero perseverante movimiento giratorio ahonda hasta que se alcanza una solución meditada.

Los claustros son lugares ideales, en estos tiempos en los que los encuentros y los diálogos están suspendidos, para reflexionar y reflejar o comunicar tanto los logros cuanto el proceso, los circunloquios que han permito llegar al fondo de un problema.

Cuando las aulas están cerradas, y los estudiantes encerrados en sus estancias, sentados ante la pantalla de un ordenador, el claustro, como el del Monasterio de la Virgen Real de Pedralbes, en Barcelona, perteneciente a la Orden de Malta -un organismo con la consideración de un estado-, es donde se puede levantar una clase que se retransmite a medida que se va rodeando, una y otra vez, el espacio que más da qué pensar.

Gracias al monasterio antes citado por esta enriquecedora e inesperada experiencia


Con la ayuda y la colaboración de Maribel Díaz, Oscar Poggi y el prior del monasterio, a quien agradecemos la liberalidad concedida