domingo, 28 de enero de 2018

El sueño de la razón produce monstruos



Museo de mosaicos, Parque arqueológico, Madaba (Jordania)

Fotos: Tocho, Enero de 2018


Si los primeros califas Omeyas, en los siglos VII y VIII, permitieron la representación profana animal y humana (pero no divina, ni siquiera antropomorfizada), no así aconteció con los siguientes gobernantes árabes musulmanes, a partir del siglo XII. 
Las plantas, sin embargo, en tanto que seres o entes inanimados, sí pudieron plasmarse en frescos y mosaicos.

El parque arqueológico de la ciudad jordana de Madaba, conocida por sus mosaicos romanos y bizantinos, paganos y cristianos, expone una imagen curiosa: un árbol que camina. Tal composición no responde a una representación de algún monstruo, demonio o pesadilla, sino que es el fruto de la casualidad. La imagen de un animal fue parcialmente borrada, sustituida por la de un árbol. Los miembros posteriores del caballo , así como su cola, no fueron, sin embargo, eliminados, por lo que el tronco del árbol, insertado en el vacío tras la  destrucción parcial del mosaico, se inserta a continuación de las patas del animal.

Esos torpes ejercicios con vistas a la eliminación o desfiguración de un ser de un conjunto se siguen practicando hoy en nuestras sociedades. La imagen sigue siendo temida
 

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