Fotos: Tocho
En los años setenta y ochenta, se puso de moda sustituir los antiguos pavimentos hidráulicos algo gastados, de principios de siglo, que cubrían y animaban los suelos de los viejos pisos del Ensanche de Barcelona, por piezas de gres brillante con una superficie que imitaba la piel de naranja y la celulitis , cuando la reforma “integral” de los pisos. Era moderno.
La fundación Joan Miró de Barcelona fue proyectada por el arquitecto José Luis Sert en los años 70. El edificio, en lo alto de un boscoso acantilado, como una acrópolis blanca, se estructuraba alrededor de un patio.
Las paredes eran rugosas y blancas. El suelo, de piezas cerámicas macizas artesanales.
La fundación sufrió una ampliación que resultó como un aumento de pecho. Se ganaba volumen pero equilibrio se desmoronó. El suelo se cubrió con piezas de gres.
Por fin, y salvo en contados espacios, siguiendo la traducción renovadora de pisos en Barcelona, todo el suelo se ha cambiado. El resultado salta a la vista. De un enlosado terroso, grueso, de terracota -cada pieza hecha a mano-, se ha pasado a un modelo de gres, casi brillante, que recuerda una piel de leopardo.
Los cuadros ya no son necesarios en las paredes. La vista solo se dirige hacia abajo.
Antes de salir corriendo....
No hay comentarios:
Publicar un comentario