sábado, 30 de agosto de 2025

La primera y la última casa


 

El congreso de la Asociación Europea para la Enseñanza de la Arquitectura (EAAE), que tuvo lugar en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona y el Colegio Oficial de Arquitectos de Cataluña, en Barcelona, concluyó ayer noche con la proyección de la última escena de la película Melancolía, de Lars von Trier.

Una familia, compuesta por una madre, sus dos hijos, y su hermana, ascienden a una loma coronada por una sencilla choza de madera, similar a las primeras construcciones del paleolítico y de culturas “primitivas”: una choza en forma de tienda de campaña de planta circular.

Constituye un último refugio. El fin del mundo está a punto de acontecer, causado por la brusca irrupción en el cielo de un meteorito que avanza imparablemente. El choque es inevitable y está a punto de acontecer bajo un estallido de luz que ciega la pantalla.

La choza, a imagen de la primera casa, constituye la última morada antes del desvanecimiento de los cuerpos y de ls vida. El círculo se cierra. Lo que abrió las puertas a la civilización, a la instalación permanente en el territorio, a los asentamientos perdurables, ahora conforma el postrero espacio de encuentro. Lo que fue una casa decirme una tumba. Lo que abrió la puerta a la vida, es la misma que la cierra.

Una poderosa imagen, que deja un regusto, más que amargo, melancólico 

La última barraca






Fotos: Tocho, agosto de 2025


Bajo la sobria y funcional pasarela peatonal de Mühlberg, de estructura de hierro y un suelo de listones de madera, suspendida en el vacío, sorteando una brecha en un vertiginoso precipicio -la pared de una cantera- del monte Carmelo en Barcelona, se hallan todavía los restos de una construcción a la que se accede por un abrupto y estrecho camino que zigzaguea por la pared vertical rocosa, no apto para personas que sufren de vértigo.

Este último testimonio del barrio de chabolas del padre Alegre, entre los años 50 y 70 del siglo pasado, da fe de las condiciones de implantación del barrio, relegado a un lugar de casi imposible acceso, colgado de la nada, y carente de cualquier servicio, aferrado a la roca, las barracas apoyándose las unas sobre las otras. El acceso, aun hoy, es incierto, inseguro y dificultoso.

Chabolas siguen existiendo en Barcelona, bajo puentes y terrenos baldíos, a veces centrales, como, hasta hace mucho, a un lado de la plaza de las Glorias -un nombre que suena casi cínicamente. Pero el número de barrios de chabolas y su extensión disminuyó mucho desde principios de los años noventa .



Agradezco Xavier Justes haberme señalado los restos de esta barraca de obra, convertida hoy en un mirador ocupado por turistas inconscientes, y a David Capellas, quien vivió en el barrio actual 





 

jueves, 28 de agosto de 2025

JULIO MARÍA FOSSAS (1868-1945): CIUDAD DE LOS PERIODISTAS (BARCELONA, 1917-1921)













Fotos: Tocho, agosto de 2025


La Ciudad de los Periodistas fue -y es- el anverso, la cara lavada del barrio de chabolas de Can Baró, comentado en la “entrada” anterior.
Ambas, cara y cruz, reflejan bien cómo se urbanizó la parte alta de la ciudad de Barcelona, ubicada en las siete colinas que pautan las estribaciones de la Sierra de Collserola y, en este caso, el monte Carmelo.

Mientras las mansiones de la Ciudad de los Periodistas, rodeadas de jardines, en amplias parcelas bien defendidas por altos muros, se ubicaron en la parte baja de las laderas del monte Carmelo, fácilmente accesibles, constituyendo una ciudad-jardín, dispuesta en demi-círculo rodeando la base del monte, el barrio de chabolas del padre Alegre se emplazaró en la parte superior del monte, inaccesible, con fuertes pendientes y ninguna planificación: la ciudad-descampado.

La construcción de la ciudad de los periodistas, a cargo del arquitecto del gremio, sucedió a numerosas irregularidades. El proyecto logró acogerse a la reciente ley de las casas baratas que promovía construcciones económicas, con ayudas del estado, para las clases más desfavorecidas. Gracias a la complicidad del político millonario de derechas Cambó y del populista Lerroux, se levantaron mansiones de varias plantas a precios económicos, algunas ocupadas por directores de periódicos, y otras por personas ajenas a la profesión, en solares adquiridos al alcalde de la ciudad, de la familia del banquero Manuel Girona. 

Se ha mantenido una parte de estas villas, cerca de la plaza Sanllehy, donde la carretera del Carmelo inicia el laborioso ascenso que conduce al parque Güell, ubicado en una de las laderas del monte Carmelo, que la familia Güell adquirió a la familia Turull, una de las más ricas de España en el siglo XIX. 
Constituyen uno de los mejores ejemplos de ciudad-jardín en España, surcada por calles que culebrean por la ladera del monte, bien mantenidas, con sus luces y sombras originarias.

Agradecimientos a Xavier Justes, que nos comunicó la existencia y la historia de este conjunto, y a Joan Roig, por las numerosas indicaciones y reflexiones. Los errores son solo imputables al blog.




miércoles, 27 de agosto de 2025

Cristo en el monte Carmelo: FRANCESC FONOLLÁ JOVER (1948-2017): CASAS VERDES (Barcelona, 1976)



Barrio del padre Alegre o de Can Baró




















Fotos: Tocho, agosto de 2025: el barrio de Can Baró, hoy


Las devastadoras inundaciones de 1962 anegaron el barrio de chabolas del Somorrostro, en la playa de la Barceloneta (Barcelona).

Los supervivientes huyeron a la colina del monte Carmelo y se instalaron en el barrio de barracas del padre Alegre (un sacerdote que fundó el cercano hospicio religioso del Cottolengo para huérfanos). Se le conocía también como el barrio de las chabolas de Can Baró (un nombre nobiliario, de una familia aristocrática, que se remonta a la alta Edad Media, quizá hasta finales del imperio romano, en el siglo V, muy alejado de lo que se convirtió la propiedad). 

El barrio se extendía por las laderas más empinadas y rocosas del monte por el que zigzagueaba el camino -hoy carretera- del Carmelo, bajo una curva en horquilla, seguramente la más cerrada de todas las calles de pronunciada pendiente, vetadas al tráfico, de la ciudad. Este barrio, sin ningún servicio, ni calles accesibles, atravesadas por alcantarillas a cielo abierto, se extendía, en zonas por laderas imposibles, hasta el vertiginoso precipicio de una cantera -hoy un aparcamiento, cerca del cual se extiende  una pasarela colgante -el puente de madera, peatonal, de Muhlberg, no apto para personas con vértigo-, que sortea una abrupta falla en la ladera, un corte vertical intransitable. Las barracas, colgadas del vacío, con cubiertas de Uralita, se apoyaban unas sobre otras, como en unas terrazas inexistentes. 

El barrio fue sustituido en la segunda mitad de los años setenta del siglo pasado por un conjunto de altos bloques, construidos en lo alto de una pendiente tal que calle alguna ha podido trazarse, y que solo se recorre por escaleras de vértigo y rampas en zigzag. Los bloques de protección oficial, con pisos duplex, se dispusieron alrededor de dos plazas de irregular perfil, unidas por rampas y escaleras. 

La plaza más recoleta, a un lado, está presidida, a petición de los habitantes, por una talla de un Pantocrator, de pie, con una mano apuntando al cielo en un gesto de bendición. La talla, hoy en una urna, se dispuso sobre una peana apoyada en un promontorio rocoso que sobresale del enlosado: un eco de lo que fue el barrio, y un recuerdo del bíblico monte Carmelo, donde acontecerá el final de los tiempos. 

Las casas, que los vecinos quisieron que se pintaran de verde, y las plazas, maltrechas y descuidadas, se están rehabilitando al fin. Las obras no han concluido. 

Son un singular ejemplo de encuentro entre un pueblo -alrededor de una plazoleta presidida por una figura sagrada- del que el tráfico está excluido -la orografía, por otra parte, imposibilita su paso- y una urbe, ejemplificada por torres de pisos.


Agradecimientos a Xavier Justes, vecino cercano, por la información sobre este conjunto y su historia. Los errores o imprecisiones son solo importables al blog.


 

lunes, 25 de agosto de 2025

SERGE ELISSALDE (1962): LE BALAYEUR (EL BARRENDERO, 1990)


 

Serge Elissalde es un cineasta de animación francés.

Una animación dura y justa 


Sobre este cineasta, véase, por ejemplo: https://mubi.com/es/cast/serge-elissalde

El drama de los abuelos

(Escena playera, agosto de 2025)


Y el abuelo le cuenta a la nieta de tres años en la playa: y entonces, Blancanieves entró en la casita y vio siete camitas y siete platitos. 

Cuando los siete enanitos, hi ho, hi ho, después de trabajar, llegaron a la casita y se encontraron con…

La nieta coge dos piedras de cierto tamaño, planas, en la gruesa arena, tiende una al abuelo y le dice: móvil, móvil, mientras empieza a teclear a toda velocidad con ambos pulgares sobre el guijarro y acerca el canto de la piedra a la boca, y luego a la oreja.

Ahora, escucha…. 

Al abuelo se le caen los brazos….

domingo, 24 de agosto de 2025

ADRIEN MERIGEAU (1983) & BRECHT EVENS (1986): GENIUS LOCI (2020)




Cortometraje de animación para adultos con dibujos del célebre ilustrador belga Brecht Evens, inspirados en Klee, Kandinsky y Picasso. Una madre, sobrepasada por la maternidad, huye de casa y se deja arrastrar por el caos de la ciudad. Su imaginación exacerbada por la vida nocturna urbana acaba por metamorfoseas las coisas más cotidianas, como si el genio del lugar la poseyera y le abriera los ojos.

Candidato a los Oscars y al Premio Europeo de cine. Premiado en la Berlinale en 2020

sábado, 23 de agosto de 2025

Arquitectura, ¿una categoría estética?: notas para una ponencia del congreso de la EAAE (Asociación Europea de la Enseñanza de la Arquitectura), ETSAB & COAC, Barcelona, 27-30 de agosto de 2025

 

NOTAS PARA LA PONENCIA FINAL DEL CONGRESO de la EAAE (EUROPEAN ASSOCIATION FOR ARCHITECTURE EDUCATION):

ARQUITECTURA, UNA CATEGORIA ESTÉTICA

COAC, 29 de agosto, 18-19 h

 

PRÓLOGO

0.- Ejemplo introductorio: cuando la oposición a profesor titular en 1987, defendí -no era una elección de tema muy hábil para una oposición a funcionario- que entendía que se considerara que la estética y la teoría del arte, pese a que me fascinaban, no tenían razón de ser en unos estudios de arquitectura. ¿Estaba en lo cierto?

 

INTRODUCCIÓN

1.- Definición de categoría: concepto bajo el cual se juzgan ciertos aspectos o propiedades distintos de un conjunto de obras.

La categoría de arquitectura designa un concepto bajo el cual se juzga ciertas cualidades del espacio preferentemente construido o habilitado por el ser humano, sea denominado arquitectura, construcción, obra…

 

2.- Paul Valéry escribió en 1917:

a) “La buena arquitectura tiene mucho de las plantas. Y esto en el detalle -que es la modulación de las formas y permite conducir un edificio de abajo a arriba como un organismo vegetal (para la vista).

La ley del crecimiento debe sentirse.  Igualmente, la ley del cuidado de las aperturas - una ventana no debe ser un agujero horadado como con un taladro en una plancha de madera, sino como el resultado final de leyes internas, como la mucosa y el modelado de orificios naturales.” 

Valéry consideraba que la arquitectura era un organismo vivo. ¿Por qué?

b) Definición de arquitectura a partir del estudio etimológico de la palabra:

-Arje: origen, fundamento, primero, principio. Significa base solida y germen. Básico, fundamental, principal. No es algo secundario, prescindible.  Con un contenido ético: tener principios, que orientan y regulan la acción. Una acción recta -un adjetivo geométrico, y moral-, signo de rectitud.

-Técnica:

Del griego tiktoo (τίκτω). Crear, engendrar, dar a luz (en francés: mettre au monde : poner en el mundo. Algo desciende, se manifiesta y se materializa. Un gesto creador, en el sentido fuerte de la palabra. Nada había. Hay un ser ahora.

Emparentada con:

Teknon (τέκνον): hijo 

Tektoon (τέκτων): productor, trabajador, artesano (en concreto: carpintero, que trabaja con una materia viva, la madera, fruto de un pilar de la tierra, que sostiene el cielo y mantiene la triple estructura del mundo.

Arquitecto: arje + tektoon: Creador de vida, engendrador. Padre. (Dios padre: una expresión común en distintas culturas y creencias)

 

3.- El arquitecto. El patrón de la arquitectura

Uriel Birnbaum (1894-1956): Der Kaiser und der Architekt (El rey y el arquitecto): el sueño de un monarca: una ciudad celestial. Manda a su arquitecto que se la construya, que materialice un sueño. La primera maqueta no traduce dicha visión. El arquitecto lo intenta de nuevo, sin éxito. Producirá treinta maquetas, sin acierto. Hasta que entendió que lo que vio el rey fue una ciudad que alumbraba sin imponerse, un punto de luz.

La historia resigue la leyenda del patrón de los arquitectos -contarla brevemente-, el apóstol Tomás, que creó un palacio solo visible a los ojos del alma, cerrando los ojos físicos. Un palacio imaginado. Un sueño.

 

LA ARQUITECTURA COMO UNA CATEGORÍA

3.- La arquitectura, ¿es una categoría? ¿Por qué, y qué consecuencias acarrea si lo fuera?

 

4.- La categoría kantiana de belleza: un principio que atribuimos a lo que nos atrae. La belleza no es un atributo de las cosas, sino una cualidad que, suponemos, poseen las cosas con las que nos sentimos bien, pero que, en verdad, es una dádiva que concedemos a dichas cosas: una cualidad que, creemos, poseen lo que nos atrae y distrae.

 

5.- Siguiente el modelo kantiano de definición de las cualidades de las cosas que nos placen y complacen, cualidades que son una expresión de nuestro gusto, similarmente podríamos decir que arquitectura es la cualidad que atribuimos al espacio en el que estamos a gusto, en el que estamos bien. Donde reposamos. Donde nuestro ser se asienta y se siente bien. Donde nos mostramos cómo somos.

El gusto no es solo un sentido menor -bajo, o inferior, como se dice, pues implica un contacto físico con las cosas-, sino que es una cualidad anímica que nos permite discernir lo que nos gusta, lo que disfrutamos, y apreciar la “bondad” de las cosas que nos hacen bien.  “Tener el gusto de” significa que tenemos un encuentro satisfactorio y que nos colma. Nos sentimos “realizamos”, plenos. El encuentro nos devuelve a la vida.

Con la facultad del gusto, gustamos de la “esencia” de las cosas, de su sabor. No nos alimentamos -el hambre nos impide disfrutar de la comida que engullimos-, sino que saboreamos.  Las cosas insípidas no despiertan ninguna sensación, mientras que las amargas y las que están en “mal” estado, nos desagradan, y nos enferman. Nos hacen daño.

Tener “buen” (un adjetivo moral) gusto es una expresión de civilidad y educación. Nos permite apreciar las cualidades de las cosas.

Goûter, en francés, es probar: nos adentramos con precaución en algo que desconocemos, nos aventuramos. Podemos sentir disgusto, o, por el contrario, el goûter (la merienda) nos colma. Teníamos hambre, algo nos faltaba, y el “tast”, en catalán, nos deja satisfechos, ya sin preocupación.  

Ejemplos de espacios que pueden gustarnos:

En francés, maison. En español, mansion : del latín manere: morar, habitar, permanecer, perdurar. Lugar donde estar

Sede: asiento, donde sentarse, asentarse.

Habitación: del latín habere: haber, tener: un bien / hábito, costumbre: ropaje, costumbre (en francés, costume y coutume). Manera de ser: nos define o caracteriza. Es cómo nos mostramos, cómo nos insertamos en un lugar.

Todos éstos, son lugares donde recogerse y acoger: son lugares hospitalarios, en los que reina la hospitalidad, es decir la cualidad del recibimiento los brazos abiertos. Denota apertura de mente y de costumbres. Se opone al encierro, a la cerrazón, a la oposición al recibimiento, el intercambio, al enriquecimiento. Lo inhóspito nos rechaza. Nos impide sentirnos seguros, relajarnos, confiando que el espacio nos protegerá.

La hospitalidad -que se practica en un hostal, un hotel un hospital que ofrece curas- se opone también a la hostilidad.

 

6.- ¿Dónde se encuentran tales lugares acogedores, que calificamos de arquitectura?

En realidad, desde luego:

Algunos espacios encarnan cualidades arquitectónicas capaces de provocar emociones estimulantes. Son arquitectura, no mera construcción. Para mí, las bóvedas de las Tumbas Reales sumerias en Ur (Iraq), o la iglesia del Gesù en Roma de Vignola, especialmente justo antes de su cierre, al anochecer, cuando las sombras alargadas deforman el espacio como en una película expresionista. Por el contrario, el pasillo oscuro, desolado, aterrador, interminable y demasiado grande de la Unité d'Habitation de Le Corbusier en Marsella, encarna lo que es, y no debería ser, un espacio inhóspito e inhumano. La película de Kubrick, El Resplandor, podría haberse filmado perfectamente allí.

Pero la arquitectura se encuentra también, o especialmente, en otros mundos:

 

El cuento de Blancanieves nos lo revela. La madrastra inquiere una y otra vez al espejo mágico que le cuente la verdad y le revele si es la más guapa, o quien es la más guapa. El espejo no la engaña.

Las imágenes pueden confundirnos; pero también pueden ilustrarnos, haciéndonos ver lo que no éramos capaces de observar o no queríamos ver. Las imágenes son reveladoras. Muestran la cara de lo invisible. Nos lo acerca hasta ponérnoslo ante la vista. La práctica de la imagen plástica, su defensa o su condena, reside en su poder revelador de lo que queremos o no queremos saber. La imagen es tentadora. Permite otear y descubrir lo que se oculta. Puede velar o desvelar.

Recodemos que imago, en latín, se traduce, entre otros significados, por eco y por sombra: dobles fantasmagóricos de las cosas, apegados a éstas; pero también por imagen mental, incluso por pensamiento. Una imagen es un modo de reflexionar; acaso sea “la” manera.

Si aplicamos dicha facultad reveladora y profética de la imagen, son las imágenes que manifestarían las cualidades de los espacios que calificaríamos de arquitectónicas.

Imágenes de exteriores o de interiores, por ejemplo, que suscitan en nosotros el deseo de proyectarnos en aquéllos, dándonos la sensación que allí dentro estaríamos bien.

Pero también las imágenes pueden exponer cualidades negativas. La categoría de arquitectura también se aplicaría en este caso. Las imágenes nos expondrían lugares que nos harían daño. Nos detallarían aquellos lugares que deberíamos evitar. Serían ejemplos de lo que no es arquitectura. La categoría de arquitectura -que atribuimos a lo que nos suscita sensaciones vitales – no se ve derogada. Arquitectura sería lo que no son dichos lugares, cuyas cualidades dañinas quizá no habríamos sido capaces de discernir directamente.

 

7.- Caso de estudio:

Breve comentario de las cualidades positivas o negativas de los espacios que estas imágenes suscitan, y que merecen el calificativo de arquitectura.

Henri Matisse: Atelier rouge (Estudio rojo)








Atelier Rouge, que el artista francés Henri Matisse pintó en 1911, es una obra fundamental en la historia del arte moderno occidental (europeo y norteamericano, en particular) debido a la influencia que ha ejercido, la descendencia que ha tenido. Los cuadros abstractos monocromos, de estilo conocido como Color Field, derivan del Atelier Rouge de Matisse. No es una suposición o una interpretación. El pintor norteamericano Ellsworth Kelly, uno de los artífices de cuadros Color Field, reconocía su deuda con la obra de Matisse, en particular con este cuadro.

La fotografía nos muestra, más que un estudio de artista bohemio de principios del siglo XX, en el Bateau-Lavoir de Paris, por ejemplo, como nos lo podemos imaginar, un interior gris y burgués. Telas en las paredes, sillones, cortinas en la ventana, estanterías y, sí, cuadros de Matisse ya colgados. Tan solo un caballete denota que no se trata de un salón, al menos de un salón común. Este lugar no posee, a primera vista, ninguna cualidad especial. Es cierto que no estamos en el salón tal como se encontraba, sino que observamos una fotografía. Pero también es cierto que esta fotografía no parece tener ninguna ambición de mostrar lo que no se ve, sino que tal solo documenta “objetivamente”, de manera precisa y “neutral”, lo que uno debía percibir cuando entraba en esta sala. El objetivo de la cámara sustituye al ojo del visitante.

Matisse pintó un primer cuadro del estudio, en dicho estudio. La vista deforma el espacio; la perspectiva no responde al estricto canon renacentista. Los muebles (mesitas, taburetes) están simplificados, una representación que casa bien con la “rusticidad” del mobiliario de madera. Pero salvo estas manipulaciones, el cuadro documenta con precisión lo que se encontraba en el estudio. Todas las obras representadas con perfectamente reconocibles.  

Matisse no quedó satisfecho. El cuadro no reproducía la impresión que el estudio le causaba. De pronto, un día, sin saber por qué -no lo explicó ni justificó, no supo porque lo hizo, y nadie dio con una razón-, Matisse empezó a extender el color rojo por toda la superficie. El color inundó el espacio. Desbordaba del cuatro representado en el cuadro. El Estudio rojo se pintó en dicho estudio, que devino rojo después que el cuadro, titulado Estudio rojo, y que representaba el estudio y al estudio, fuere pintado. Se produjo lo que en francés se llama “une mise en abyme”, una imagen en una imagen que es la misma imagen, como si un espacio y su imagen en el espejo se confundieran. El estudio era la prolongación y la réplica del cuadro Estudio rojo. La relación entre continente y contenido se trastocó. El cuadro Estudio rojo creó el estudio rojo, el estudio enteramente pintado de rojo: paredes, suelo y techo, así como todo lo que contenía. El cuadro creó el lugar donde fue creado. Sacó los colores al estudio. Le dio vida, o le devolvió a la vida. Hasta entonces se trataba de un estudio gris y apocado. Nada permitía predecir ni explicar que Estudio rojo iba a ser pintado en dicho estudio. El cuadro Estudio rojo mostró esta realidad inimaginable: se trataba de la representación de los valores o cualidades latentes de dicho estudio, imperceptibles a simple vista, y que el cuadro Estudio Rojo expuso: un estudio que inspiró una obra maestra, cuyo particular influjo, propio de un lugar creativo, capaz de inspirar una obra maestra, solo se descubrió y se manifestó en el cuadro Estudio Rojo.

Las imágenes, al igual que la realidad, posiblemente más que la realidad, revelar la categoría de arquitectura, las cualidades arquitectónicas de lugares que, en la realidad no parecen posee atributo alguno.

   

7.-CONCLUSION

La arquitectura está en nosotros. Somos nosotros quienes transfiguramos una construcción en arquitectura cuando descubrimos las propiedades y cualidades de un espacio, que una música, un texto, una imagen, un espectáculo exponen.

La arquitectura no es obra del arquitecto, sino de quien sueña con habitarla, o la habita, incluso. Un calificativo que no e aplicaría, bien es cierto, si nadie -un arquitecto, por ejemplo- no hubiera edificado lo que suscita, posteriormente, imágenes placenteras.

Me equivocaba cuando consideraba que la estética y la teoría de las artes que nos muestra qué esperar de la relación con las imágenes, y como relacionarnos con ellas no tenía lugar en una carrera de arquitectura.

Quizá no solo tenga lugar, sino que quizá debería ocupar todo el lugar.

 Otras carreras podrían enseñar cómo construir. En una escuela de arquitectura se podrán enseñar a reflexionar sobre la construcción, una reflexión que quizá sirviera para desechar la construcción más habitual, carente de cualidades, incapaz de suscitar cualquier aprecio.

 

8.-PALABRAS FINALES

Agradecimientos a Félix Solaguren-Beascoa, director de la Escuela por la propuesta, a las sub-directoras Eulalia Gómez y Carolina García Estévez, a los profesores Marta Llorente con quien empecé a dar clase y a Joan Ramón Cornellana, con quien impartí la última clase el curso pasado, a los profesores, amigos y becarios del departamento de Teoría e Historia de la Arquitectura y Técnicas de Comunicación, de quienes he aprendido lo que sé, y he desaprendido lo que no hubiera tenido que saber, y ante todo a todos los estudiantes que me han obligado a no dar nada por sentado y tratar siempre de tener presente que fui un estudiante, que ironizaba sobre los profesores, agradeciendo, por fin a Xavier Rubert de Ventós, el que haya podido estar aquí esta tarde, tras haber disfrutado preparando esta ponencia, que le está dedicada.

FRANCISCO DE GOYA (1746-1828): LA CONSTRUCCIÓN DE UNA TORRE (O: LA DEPOSICIÓN DE UN SILLAR, 1787) & LA PIRÁMIDE (1800)






 

Espléndido y poco conocido cuadro de Goya, de gran tamaño, que muestra la construcción de una torre, entre andamios de madera, detenida por la retirada de un obrero que se encuentra mal, y dibujo de una pirámide o un arco de triunfo piramidal, que rivaliza con los proyectos utópicos de los arquitectos franceses del Siglo de las Luces (y de las Sombras, por el bienio del Terror).
En ambos casos, se trata de construcciones descomunales ante las cuales los humanos somos hormigas indistinguibles.


La figura postrada, asediada por una pesadilla de monstruos mientras dormita sentado, la cabeza apoyada sobre los brazos que descansan sobre un gran cubo -una figura geométrica perfecta que contrasta con los monstruos informes que lo acechan mientras no razona- estaba dibujando. La parte superior de su cuerpo cubre parcialmente un útil de dibujo y un papel. Se adivina que estaba proyectando un edificio gigantesco delimitado por una torre. El hombre a merced de sus fantasmas ¿es un arquitecto?
Estaba dibujando cuando le sobrevino el cansancio. El proyecto fantástico se realizaba bajo el imperio de la razón. O ¿acaso fue la razón, y su proyecto utópico, los que azuzaron los monstruos que, cuando se despertaron y alzaron el vuelo, le nublaron la vista y la razón y lo sumieron en el sopor?
En cualquier caso, el proyectista no pudo concluir el proyecto que la razón le dictaba. Los fantoches de la noche, alertados, lo impidieron. Quizá para bien.
Nota: el cuadro pertenece a una colección privada española.

Agradezco a la arquitecta Montserrat Domínguez el descubrimiento de esta obra.

jueves, 21 de agosto de 2025

MICHEL GONDRY (1963): MA MAISON (MI CASA, 1990) & LA VILLE (LA CIUDAD, 1992)



Añejo y entrañable videoclip, hecho con medios sencillos, del cineasta francés Míchel Gondry (tan imaginativo y menos voluntaria y ostentosamente extravagante que Wes Anderson, y autor de brillantes cortometrajes de animation, algunos en stop motion ), para el fugaz dúo pop francés Oui Oui,  fundado por el propio cineasta, en el que tocaba la batería y para el que creó varios videoclips.

miércoles, 20 de agosto de 2025

Arquitectura y botánica

 “La buena arquitectura tiene mucho de las plantas. Y esto en el detalle -que es la modulación de las formas y permite conducir un edificio de abajo a arriba como un organismo vegetal (para la vista).

La ley del crecimiento debe sentirse.  Igualmente la ley del cuidado de las aperturas.- una ventana no debe ser un agujero horadado como con un taladro en una plancha de madera, sino como el resultado final de leyes internas, como la mucosa y el modelado de orificios naturales (…)

La analogía no consiste en la imitación de las formas, sino de leyes traspuestas.” (1917)

(Paul Valéry: “Arte y estética “, Cuadernos, II )






martes, 19 de agosto de 2025

PHILIPPE COGNÉE (1957): BABEL






Cementerio marino y museo Paul Valéry, Sète (Francia)





























Fotos: Tocho, Museo Paul Valéry, Sète, agosto de 2025

































Fotos: Google Image
 

Una tapia, por la que sobresalen remates en forma de cruz de los panteones, en forma de templo clásico o de panteón, nunca mejor dicho, que delimita la parte más alta del cementerio marino, cantado por el poeta francés Paul Valéry, situado en una ladera que cae al mar en las alturas de la ciudad francesa de Sète, se enfrenta al museo, un edificio brutalista de hormigón dedicado al poeta, que acoge una exposición antológica del pintor francés Philippe Coignée, cuya obra gira principalmente alrededor de los mediocres y maltratados bloques de pisos de los años setenta de las periferias de ciudades francesas, que compara con la torre de Babel, y de las vanitas compuestas por calaveras, estableciendo una extraña y perturbadora relación entre temas tan aparentemente distintos.
Coignee parte de fotografías sin cualidades. Obtenidas de internet, a menudo de la aplicación Google Maps, que ofrece imágenes, a veces deformadas, de todos los rincones del mundo, en particular de ciudades y sus periferias. Pinta a la cera sobre las fotografías ampliadas a gran tamaño. Cubre la pintura con una lámina transparente por la que aplica una plancha caliente. Tras retirar la protección, la cera se ha corrido, como el maquillaje tras una calurosa noche de fiesta. La imagen es casi grotesca. Las imperfecciones, las miserias de los bloques se acrecientan. Saltan a la vista. Se convierten en ruinas evidentes. La vulgaridad, las limitaciones, la mala calidad del proyecto y de la materialización  de las construcciones, su sinsentido y su inhumanidad quedan al descubierto. Los edificios parecen saqueados o bombardeados, convertidos en espectros. Estallan en una multitud de astillas, convertidos en una nube de puntos que flotan.
Una breve serie de cuadros sobre castillos de arena concluye sarcásticamente -sin que el pintor lo explicite- la exposición.