lunes, 7 de enero de 2013

YAHVÉ: DE ARTESANO A PENSADOR, EN LA BIBLIA

El hecho que la Biblia no sea un libro escrito unitariamente, sino que conjuga textos de épocas (entre los siglos VI y II aC), culturas  y autores diversos, en hebreo y en griego, que reflejan creencias que necesariamente variaron, puede explicar que no solo la creación del mundo se narre dos veces sucesivas, de dos modos distintos, sino que también recoge, en diversos libros, narraciones o explicaciones que no tienen porque coincidir con uno u otro de los mitos de la creación narrados en el Génesis.

El Génesis, en efecto, suma  lo que posiblemente sean dos mitos, uno de tribus del sur, para las que la divinidadse llamaba Yahvé, con otro de tribus norteñas fieles a Elohim -nombre en plural pero que posiblemente refleje un plural mayestático-. Éstos, por otra parte, no son los únicos nombres que la divinidad de Israel, si es que se trata siempre de la misma, recibe.
 
El mito que concede la primacía a Yahvé sería el más antiguo, si bien es narrada en segundo lugar. La creación del universo es fruto de un laborioso trabajo artesano, en el que caben rectificaciones. El ser humano es modelado, la tierra es plantada y abierta, las aguas proceden de pozos abiertos esforzadamente. Es difícil saber si el texto refleja una creencia en un dios que trabaja manualmente como cualquier artesano, o si las descripciones de las labores divinas son metafóricas, mas, siendo éstas tan semejantes a las de otras culturas, mesopotámica, por ejemplo, es muy posible que, en una época más arcaica, Yahvé fuera un dios artesano cuya obra, el universo, era fruto de sus aptitudes manuales, de su trabajo físico con la materia.

El Génesis recoge una segunda versión de la creación, posiblemente más reciente, llevada a cabo por Elohim. Por razones que se me escapan, esta versión es la que aparece en primer lugar en la Biblia: se trata del primer texto. Elohim, en este caso, ya no es un artesano sino un orador. El mundo se hace según su dictado. El verbo divino es el que crea o nombra las cosas y los entes; éstos son engendrados, o se materializan, en cuanto son llamados. Esta versión no es insólita. Los mismos mitos mesopotámicos describen al dios ordenador del  universo, a Enki, ya sea como un dos artesano que moldea a los humanos, abre canales y trabaja la tierra -amén de masturbarse para llenar los cauces secos de los ríos-, ya sea como un ordenador cuyo verbo, cuyas palabras son efectivas ya que logran que las cosas sean o se muestren.

Los mitos mesopotámicos, en ocasiones, insisten en la capacidad planificadora de los dioses. Éstos, antes de crear, idean. Las imágenes mentales son generadoras. Están en el origen de las formas materiales. No queda claro, empero, dónde se hallan estas ideas necesariamente divinas, si en las divinidades o por encima o fuera de éstas, como si fueran otras deidades, superiores incluso a las que materializan dichas ideas. La importancia de la idea no va en detrimento de la materialización de las formas y los entes. Ambos procesos son necesarios y son llevados a cabo por deidades, si bien, parece que la ejecución material es confiada a deidades menores, engendradas incluso para la ocasión.

Tal concepción tiene su reflejo o corre de parejo con lo que cuenta algún libro tardío del Antiguo Testamento con son los Proverbios. Aquí, Yahvé, definitivamente planifica. Posee sabiduría. No queda claro, tampoco en este caso, si la Sabiduría divina consiste en una facultad divina, gracias a la que Yahvé idea, o si ser trata de una segunda divinidad, quizá emanada de Yahvé. Pero esta Sabiduría es anterior a la creación. Parece haber sido establecida por Yahvé. Fue engendrada antes que el universo; no se precisa por quien; mas es esta Sabiduria la responsable de la creación. Piensa por Yavhé, o es el pensamiento de Yahvé quizá hipostasiado, a quien Yahvé confía la creación del universo. El texto ya no describe trabajos manuales; tampoco se refiere a órdenes dadas, sino al trabajo intelectual de Yahvé que idea el universo gracias a la presencia de la Sabiduria, que dota a Yahvé de la capacidad de imaginarse el universo. La Sabiduría es la razón de ser de la creación; es lo que otorga entidad, da cuerpo a lo que va formando el escenario cósmico. Éste "responde" a un pensamiento, y existe ya en tanto que es concebido mentalmente. Su proyección material no altera ni completa, como si no fuera necesaria, la creación. Una idea es ya una obra.

Este proceso, que, casualmente recuerda la evolución de la concepción de la creación occidental -desde la manualidad artesana al arte conceptual, pasando por una fase en la que el artista da órdenes a los arrtesanos y aprendices de los talleres manieristas y barrocos italianos sobre todo, refleja el tránsito de la Edad de Bronce, en la que el trabajo de la tierra era esencial para la supervivencia, a la Edad del Hierro, cuando los intercambios comerciales eran constantes y fluidos, y los productos eran manufacturados en países o talleres, cercanos a fuentes materiales o a condiciones de trabajo más favorables, pero que respondían al gusto, los requisitos, los deseos de cortes muy alejadas. Las obras ya no eran trrabajadas por quienes las ideaban, y era la idea la que caracterizaba la creación; la factura manual, todo y siendo necesaria, no intervenía en la importancia o singularidad de la obra.

Peter Blake (1932): Sergeant Foster´s Lonely Hearts Club Band (2012)






La noticia (arquitectónica) del año 2013: Por fin, ¡un arquitecto en el Olimpo! ¿No somos dioses? Entonces....
Así que Sir Norman Foster entra a formar parte, por encima de Stella McCartney -modista, conocida por su ropa deportiva y, lógicamente, justo debajo de Mary Quant, la inventora de la minifalda -la arquitectura ha estado siempre ligado a la moda, y los edificios de Foster parecen todos gimnasios o "palacios" de deporte; son "minimalistas", transparentes, y dejan al descubierto la estructura de los cuerpos- de la nueva versión litografiada de la mítica portada del LP de los Beatles, Sergeant Pepper´s Loney Hearts Club Band (1967), en la que posan las nuevas estrellas, divos y luminarias de nuestro tiempo, que el autor de la misma, el octogenario artista pop Peter Blake, acaba de realizar este año.

Terry Gilliam (1940): Birth of Venus (El nacimiento de Venus, c. 1970)

domingo, 6 de enero de 2013

First Aid Kit: Ghost Town (2010)

David Hand (1918-2006): Mickey Mouse, Building a Building (Construyendo un edificio, 1933)

NEFILIM (NIFILIM, NEPHYLIM o NIPHYLIM)

Todo y relato los inicios del universo, el Génesis es un texto tardío -que recoge diversas tradiciones orales acerca de los tiempos primigenios-, redactado por sacerdotes del Templo de Jerusalén a la vuelta del exilio de Babilonia, en el siglo VI aC. El redactado une mitos y leyendas hebreos, de tradición oral, con mitos propiamente mesopotámicos, cuyo contenido o cuya versión escrita descubrieron los sacerdotes en las bibliotecas imperiales babilónicas a las que tenían acceso.
Es muy posible que esa redacción tardía explique algunas incoherencias de Génesis. Cohabitan diversas versiones que no se supo, no se pudo o no se quiso sintetizar en un único caso. Quizá no se viera la necesidad. Así, puede sorprender que la creación se explique dos veces, de dos manera distintas, así como la creación de adán y Eva sea tan distinta según qué versión (Yahvé habría creado a Adán, y luego a Eva, o a Adán y Eva simultáneamente, siendo Adán y Eva andróginos o no, o habría modelado un ser dotado de los dos sexos, Adan y Eva a la vez. La narración del nacimiento de Caín también es, voluntariamente o no, ambigua -cuya ambigüedad quizá solo salte a la vista hoy: no queda claro si Yahvé autorizó a Eva a engendrar a Caín de Adán, o si Caín es hijo de Eva y Yahvé, por lo que Eva ya no sería una humana sino una diosa -o una humana favorecida por una divinidad-, por lo que Caín sería un semi-dios, lo que explicaría que fuera capaz de fundar la primera ciudad, prerrogativa que, en la mayoría de las culturas, disfrutan solo dioses y semi-dioses o héroes.

La descripción de unos extraños seres, los Nefilim, en los tiempos primigenios, respondería así a la incorporación en el texto del Génesis de mitos de procedencia diversa.
Cuenta el Génesis que, en los tiempos antediluvianos, Adán -o, mejor dicho, el adán, es decir, el ser humano, por tanto, Adán y Eva- tuvo innumerables hijos -aparte de Caín, Abel y Set-; podría ser, también, que los los hijos de Noé, Sem, Cham y Jafet -siendo Noé un descendiente de Set- tuvieran innumerables hijas -solo hijas-. Lo cierto es que, las hijas de Adán y Eva, o las nietas de Noé, fascinaron  a los hijos de los dioses y tuvieron a los Nefilim. ¿Hijos de qué dioses?: no se precisa, y nada permite adivinar a qué seres sobrenaturales, distintos de Yahvé,  los redactores del Génesis se refieren.
¿Quienes eran los Nifilim: unos gigantes "de célebre memoria". Vivieron en tiempos antediluvianos. El significado del sustantivo nifil es desconocido. Se suele traducir por gigante, ya que así son descritos los Nifilim. En tradiciones esotéricas tardías, se pensó que los Nifilim eran ángeles caídos: Nifil significaría caído (del cielo, o en desgracia, más bien).
Poco se sabe de estas figuras. Solo son mencionadas dos veces en el Antiguo Testamento. Sin embargo existen numerosas referencias indirectas, pues el Antiguo Testamento menciona en diversos libros (el Eclesiastes, Sabiduría, el Apocalipsis de Baruc, al menos), la existencia de gigantes en los inicios de los tiempos.
La imagen de los Nifilim es contradictoria. En la mayoría de las referencias directas o indirectas, los gigantes (o Nifilin, si es que todos los gigantes de los tiempos primigenios a los que la Biblia se refiere, sin darles un nombre, son realmente los Nifilim del Génesis) son seres violentos. Baruc añade: dotados para la guerra, mas privados de sabiduría (episteme) y capacidad de planificación (fronesis), de luz y de medida. Fronesis también significa legítimo orgullo. Los gigantes, por el contrario, son descritos, como seres soberbios, cuya falta de visión les condujo a la locura, según Baruc y, por tanto, a su pérdida.
Los gigantes (o Nifilim) se oponen a los humanos, si bien los humanos los imitaron cuando decidieron levantar la torre de Babel. Serían así los Nefilim la imagen antitética, o el reverso, del ser humano, su cara oculta. Después de todo, Caín era también el hijo de una divinidad y una humana. Se podría pensar que esta comparación no es pertinente ya que los Nefilim son seres antediluvianos -mientras que la torre de Babel se construyó tras el Diluvio.
Sin embargo, cuando el pueblo de Israel llegó a la Tierra Prometida, halló que estaba poblada por seres descomunales que recordaban a los Nifilim. Cuentan: Hemos visto a los Nifilim. Los habitantes (de Canaan) descienden de los Nifilim. Nos veíamos como simples saltamontes. Nos veían, con sus ojos de gigante, como saltamontes" (Números, 13, 32). El pueblo se lamenta, y se encara con Yahvé: ¿por qué los ha traído hasta el país de los gigantes, en el que morirán y las mujeres serán raptadas? Mas, Moisés, tras prosternarse ante Yahvé, les hace ver  que "este país es bueno. Muy bueno. Este país exuda miel y leche. No temanos a sus habitantes. Su sombra no les protege". Los Nefilim no están, por tanto, iluminados por la divinidad. Mas viven en un país de Jauja. La tierra prometida es el Edén. El Éxodo narra la vuelta al Edén. Y, pues, el regreso al país de los Nifilim: seres que serán suplantados por el pueblo elegido que ocupa el lugar de los gigantes.
Lo que diferencia a los Nifilim de quienes están en gracia de la divinidad es su carácter bestial. Comen carne cruda; y solo conocen la violencia. No son seres civilizados. Mas la Tierra Prometida se caracteriza por el número de ciudades que acoge. Ciudades en las que viven los descendientes de los Nifilim. Si ya no están en gracia de la divinidad es, posiblemente, porque moran en un tipo de espacio que Caín inventó o fundó: para los Nifilim.
Es la ciudad, así, que habría convertido a los Nifilim en seres violentos, es decir, que les habría apartado de la luz divina.
La inquina de Israel, un pueblo de pastores, contra la cultura urbana y agrícola, quizá no se halla reflejado mejor que en la existencia y la historia de los Nifilim: los seres urbanizados por excelente, es decir, desgraciados. La ciudad los habría hecho caer.
El imaginario urbano bíblico es así complejo, contradictorio. Fascinante, pues, en el que se reflejan o entrechocan concepciones o visiones distintas de la historia, la evolución de la humanidad. Quizá sea el imaginario que revele mejor que la historia acarrea pérdidas y ganancias, progresos y retrocesos, y que cada paso implica una huella, una marca, una herida en la tierra.

Para Jordi Abadal, que exigía un texto sobre los Nefilim -después de la deriva bíblica de Tocho, que se compensará con la entrada siguiente.

viernes, 4 de enero de 2013

Neville Astley & Mark Baker (1959): Peppa Pig, Holiday House (Casa de verano, 2008) / Peppa Pig, Potato City (2008)




Tras tantas entradas bíblicas -y las que vendrán-, Tocho vuelve, temporalmente, a temas más serios y profundos: ¡Peppa Pig!
¡El éxito mundial! No se puede vivir sin esa serie.
La arquitectura -y el urbanismo- van a cambiar, al fin.

Todos los capítulos son fundamentales.