La descripción de la vida en Iraq antes del embargo dibuja un panorama que nada tiene que ver con el actual. El dinar iraquí era mucho más fuerte que el dólar. Enseñanza y educación, primaria, secundaria y universitaria, eran gratuitas para todos los iraquíes. La universidad de Bagdad contaba con más medios y estudiantes que cualquier universidad española. La gasolina era muy económica. Algunos alimentos estaban subvencionados. Se trataba de un gobierno de corte soviético, dictatorial y asistencial, en el que el nivel cultural era muy elevado.
Sadam Husein cometió un error. Anunció que iba a invadir Kuwait, porque consideraba que este pais formaba parte de Iraq y extraía petróleo que pertenecía al país a cuyo cabeza había llegado con un golpe de estado. Todos los países le dieron la aprobación, incluso de manera entusiasta, como la embajadora de los Estados Unidos que poco después abandonaría Bagdad. Se piensa que se tendió una trampa a Sadam Husein. Si así fuera ¿por qué razón? Se especula para echar mano del petróleo de Iraq.
El embargo empobreció hasta niveles de degradación inimaginables al país, aunque no al presidente y Sadam Husein. Las familias vendían hasta las puertas de las casas. Se declararon epidemias hambrunas. En 1997, la ruina de las familias era absoluta. No había nada que comer. Salvo melocotones en almíbar, extrañamente. El dinar se deprecio hasta valer centenares de veces menos que el dólar.
La guerra civil que se ha desatado estos dos últimos días ha vuelto a avivar estas imágenes.
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