domingo, 28 de mayo de 2017
GUILLAUME BILJ (1946): ARCHAEOLOGICAL SITE (A SORRY INSTALLATION, 2017)
Un hondo hoyo de planta cuadrada, vallado, en la tierra. Desciende una decena de metros. Al fondo, en el centro, emerge una pirámide. Recuerda un pináculo. Todo parece que ha sido desenterrada. La imagen no es casual. El "yacimiento arqueológico" se halla no lejos de las iglesias tardogóticas de Munster (Alemania -donde cada diez años se celebra una exposición al aire libre de esculturas públicas encargadas para la ocasión). La excavación revela una catedral subterránea. Una primer templo que quedó sepultado -pese a no hallarse en ruinas aunque sí fragmentado-, quizá abandonado tras una guerra, o un templo completo ubicado en las profundidades que convierte, por comparación, a la catedral en la tierra en una verdadera construcción celestial.
Una instalación silenciosa, que no alza la cabeza ni la voz, que puede pasar desapercibido pero que, cuando es descubierta, evoca un monumento funerario -como si la tierra se hubiera tragado un espacio sagrado.
Obra del escenógrafo y "arquitecto" belga Guillaume Bilj
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