Fotos: Tocho, ARCO, Madrid, Febrero de 2018
La arquitectura es la medida del espacio: su acotación hasta dar con un espacio comedido; un espacio en el que se pone coto a la desmesura. La arquitecta ordena; el resultado, un espacio pautado, pausado.
La arquitectura traza límites a partir de unos centros. Centra el espacio y a los humanos. Les otorgo puntos de referencia, les brinda medidas con las que organizar su vida.
La regla y el compás son los emblemas tradicionales de la arquitectura, los instrumentos con los que se cerca y se levanta el espacio a partir de una base o unas bases sólidas, bien trazadas.
Instrumentos que son una promesa de un espacio reglado, de una vida regulada. Útiles ante los que el desorden se aquieta, que trazan las vías seguras por donde la vida se desarrollará.
Una de las últimas obras del artista cubano Carlos Garaicoa, son instrumento de medida en los que la arquitectura ya está contenida, en ciernes. No hace falta que el edificio se alce verdaderamente. Se sabe que podrá construirse porque nos hemos dotados de los instrumentos para definir y articular espacios y vidas. En tanto que emblemas, simbolizan la arquitectura que está ya presente, dispuesta ante las medidas que toma el arquitectura y el habitante.
Una hermosa, poética e inesperada visión arquitectñónica
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